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Los mamíferos son uno de los grupos de
vertebrados más importantes desde el punto de
vista de conservación y de evaluación ambiental
debido a que juegan un papel importante en el
funcionamiento de cada ecosistema en el planeta
(Tirira, 2007).
Los mamíferos mayores participan en procesos
como dispersión y depredación de semillas,
herbivorí, polinización, actúan como depredadores
y presas, y pueden alterar la estructura y
composición de la vegetación (Bodmer, 1991;
Boddicker et al., 2002). Además son uno de los
grupos más rápidamente afectados por la actividad
del hombre, lo que ha llevado a muchas especies a
estar en listas internacionales como CITES, Libro
Rojo de la IUCN y listas de especies amenazadas
del gobierno peruano, lo cual obliga a considerar a
estas especies en los estudios ambientales.
Los bosques secos en general están ubicados en
zonas relativamente pobladas, muchas veces en
suelos aptos para cultivos y por tal razón han sido
muy intervenidos y destruidos mucho más que los
bosques húmedos (Janzen 1988). La situación no
es diferente en Perú; sus bosques secos son poco
conocidos, muy amenazados y mantienen una
importancia económica para segmentos de la
población rural, suministrando productos
maderables y no maderables para subsistencia y a
veces para la venta. La baja diversidad del área de
estudio, así como la abundancia del L. culpaeus y
O. peruvianus coincide con lo encontrado en los
bosques secos y matorrales del VRA. Señalando
que en general, los bosques secos albergan menor
diversidad de especies que los bosques tropicales
(premontanos y montanos). La baja diversidad
expresada en este trabajo puede ser el hecho de
haber considerado solo mamíferos mayores. En
México, García-Herrera et al. (2014) registran para
un bosque seco hasta cinco especies de mamíferos
menores. Sin embargo, considerando todos los
grupos de mamíferos, García-Herrera et al. (2014)
reportas alta diversidad y endemismo, registrándo
8 órdenes, 16 familias, 35 géneros y 39 especies en
total de mamíferos.
Los valores de riqueza y abundancia fueron altos en
los bosques secos tipo sabana y en Matorral, lo cual
sugiere que la fauna fuera de estas áreas se ha visto
reducida como consecuencia de la pérdida y
fragmentación del hábitat y la cacería con fines
comerciales, actividad que es reiterativa en el
departamento de Amazonas, en donde los
mamíferos ocupan el segundo lugar en el comercio
de la región (Rojas-Briñez, 2011). Mientras que,
en la zona de Cultivo agropecuario + Vegetación
Secundaria los índices de diversidad obtuvieron el
valor de 0 debido a que solo se registró una especie.
Esto podría ser atribuido a la alta actividad humana
en esas zonas, dado que a pesar de ser zonas más
húmedas que los bosques secos y el matorral, su
diversidad es casi nula debido al fuerte impacto
generado por el hombre en estas zonas por la
presión de la caza y la pérdida de hábitats por
cultivos agropecuarios que ha provocado el
desplazamiento de los mamíferos mayores a zonas
más altas (Pacheco et al., 2009).
De las cinco especies registradas de mamíferos,
cinco se encuentran en el matorral, cobertura que
puede ser usada como sitio de forrajeo por las
especies, además que la vegetación asociada a los
cuerpos de agua provee de sitios de alimentación y
perchas temporales nocturnas que pueden ser
usadas por estas especies. Basado en lo anterior, la
presencia de los cinco mamíferos estaría
determinada por factores como la disponibilidad de
presas, la presencia de árboles y arbustos
(cobertura de escape) y variables estructurales
propias del bosque bien conservado, el cual debe
ofrecer buena cobertura de hojarasca, empleada
como cobertura térmica (Restrepo & Botero-
Botero, 2011).
Adicionalmente, la riqueza de plantas leñosas y el
desarrollo vertical, aportan alimento y refugio, así
como un hábitat más estructurado que permitiría la
coexistencia de una mayor diversidad de especies
(Bernard & Fenton, 2002).
En contraste, las zonas de Cultivo agropecuario
más Vegetación secundaria y Bosque Seco Tipo
Sabana albergan una especie y ninguna,
respectivamente, lo cual permite inferir que las
condiciones de refugio, alimentación y percha son
reducidas en estas áreas. Esto puede ser inducido
por los procesos antrópicos que son muy marcados
en estas áreas, producto de la tala, extensión de la
frontera ganadera y cultivos no tecnificados
inmersos en matorrales y pastos naturales (Jiménez
et al., 2008).
Más que nunca, los conservacionistas utilizan
Large mammals in Amazonas, Peru
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017