The Biologist (Lima), 2017, 15(2), jul-dec: 397-404
ORIGINAL ARTICLE / ARTÍCULO ORIGINAL
ARE WE DENYING OUR NATURAL HISTORY? RESULTS OF A METROPOLITAN LIMA SURVEY,
PERU
¿ESTAREMOS NEGANDO NUESTRA HISTORIA NATURAL? RESULTADOS DE UNA ENCUESTA
PARA LIMA METROPOLITANA, PERÚ
1Universidad Cientíca del Sur. Carrera de Biología Marina. Av. Carretera Panamericana Sur. Km 19. Lima, Perú.
Título corto: Encuesta sobre Historia Natural (Lima, Perú)
Autor para correspondencia: haponte@cientica.edu.pe
1,2 1 1 1
Héctor Aponte ; Daniel Barona ; Andrea Pazos ; Diego Ildefonso ;
1 1 1
Jannyna Mires & Luis Rios & Daniela Thorne
ISSN Versión Impresa 1816-0719
ISSN Versión en linea 1994-9073 ISSN Versión CD ROM 1994-9081
397
ABSTRACT
The perception of the city population of Lima was evaluated on some aspects related to the evolution and
natural history of the human being. A total of 384 individuals over the age of 18 were evaluated using an oral
survey. The results indicate that 34% of the population of Lima does not know our past during the last 70000
years, as well as our evolutionary history over the last 4 million years; 48% disagree that we have developed
from other animal species; and a 32% consider that humans lived at the same time as dinosaurs. The results
obtained should be used to establish policies to bring the population and scientists closer together. Also, these
results indicate the need to prepare the new generations with appropriate critical thinking, so that they can have
an appropriate perception of the environment and our evolutionary history.
Key words: Critical knowledge – evolution – Perception – Religion – Society
The Biologist (Lima)
RESUMEN
Se evaluó la percepción de la población citadina de Lima sobre algunos aspectos relacionados con la evolución
e historia natural del ser humano. Un total de 384 personas mayores de 18 años, fueron evaluadas por medio de
una encuesta oral. Los resultados indican que un 34% de la población de Lima desconoce el pasado de nuestra
especie de al menos unos 70000 años, así como la historia evolutiva de los homínidos, que tiene al menos unos
4 millones de años; el 48% no está de acuerdo con que nos hayamos desarrollado de otras especies animales; y
el 32% considera que los seres humanos vivimos al mismo tiempo que los dinosaurios. Los resultados
obtenidos deben ser utilizados para establecer políticas que permitan un acercamiento entre la población
general y los científicos. Asimismo, estos resultados indican la necesidad de preparar a las nuevas generaciones
con un pensamiento crítico apropiado, de manera que pueden tener una percepción adecuada del entorno y de la
historia evolutiva de nuestra especie.
Palabras clave: Evolución – percepción – pensamiento crítico – religión – sociedad
The Biologist
(Lima)
398
Desde que nacemos, los seres humanos
empezamos a explorar nuestro entorno y a nosotros
mismos. Con ayuda de nuestros sentidos vamos
conociendo el espacio que nos rodea y fijando ideas
sobre cómo este funciona. Al mismo tiempo que se
va desarrollando nuestro razonamiento
empezamos a hacernos preguntas difíciles de
responder como ¿De dónde venimos? y ¿Cuál fue
el origen de todo? A fin de satisfacer esta curiosidad
recurrimos a diferentes fuentes, entre ellas a) el
conocimiento empírico (que adquirimos a través de
nuestras experiencias diarias), b) la tradición
religiosa y sus revelaciones (las cuales son
adoptadas por personas creyentes en una o
múltiples divinidades, quienes informan de la
verdad a través de la inspiración de sus profetas) y
c) el conocimiento científico (el cual es adquirido a
partir de la evidencia física, la experimentación
sistemática y la comprobación de las hipótesis,
siguiendo un conjunto de metodologías
denominadas “método científico”) (ver por
ejemplo Dagher & Boujaoude, 2005). Las formas
en que la población va adquiriendo conocimiento
determinan su cultura, tradiciones y estilos de vida;
sus creencias son uno de los mejores indicadores de
las decisiones que toma la población a lo largo de su
vida (Mansour, 2008; Shapiro, 2012).
El Perú es un país muy creyente se encuentra dentro
de los países con más religiosidad; (Gallup
International, 2012), motivo por el cual
encontramos expresiones religiosas en muchas de
nuestras tradiciones y fiestas. La presencia
religiosa se aprecia en la Constitución Política del
Perú desde el siglo XIX (donde se excluye del
ejercicio a cualquier otra religión que no sea la
católica) hasta la actual (donde se reconoce a la
Iglesia católica como elemento clave en la
formación histórica, cultural y moral, pero no es
excluyente de otras religiones). Parte importante de
la educación primaria y secundaria de muchos
peruanos es también recibida en instituciones
educativas religiosas, e inclusive poseemos
instituciones de enseñanza superior con la misma
tendencia. ¿Podría la religión influir en la forma en
la que adquirimos o aceptamos conocimientos?
¿Podría ello estar marcando nuestra cosmovisión
en lo que se refiere a nuestra historia natural? Al
parecer la religión tiene una fuerte influencia en la
forma en como los estudiantes aprenden la
evolución, dado que ambos intentan explicar temas
en común como el origen de la vida (Kosasia &
Sikolia, 2015). La enseñanza de la evolución en los
centros educativos desencadena respuestas
religiosas, políticas y sociales, lo que puede afectar
la manera en que los docentes enseñan dichos
tópicos (Forbes 2001). Además, el pensamiento
religioso tiende a asociarse con la aparición de
conflictos con grupos que se encuentran por fuera
del grupo religioso en cuestión (Atran & Ginges
2012), por lo que ello también podría dificultar la
aceptación de cualquier idea que pueda erosionar
de alguna manera los dogmas establecidos, como
cuando se enfrentan el creacionismo y la biología
evolutiva (Coyne, 2012).
Desde hace algunos años, se vienen realizando
encuestas organizadas por Gallup, Ipsos MORI,
Pew Research Center y Eurobarometer, en las que
se han evaluado muchos aspectos de la sociedad
americana y europea. Dentro de estos tópicos, ha
resaltado la evaluación de la perspectiva que la
población estudiada tenía sobre su propia historia
natural, es decir, de algunos aspectos básicos
relacionados a la evolución del ser humano y el
contexto histórico en el que este se ha desarrollado.
Estas encuestas han mostrado que entre el 20 y 30
por ciento de la población de los países encuestados
(principalmente europeos) desconocen ciertos
temas importantes de la evolución e historia natural
humana (Dawkins, 2010). Dentro de los países
evaluados no se encuentra el Perú; por esta razón,
con el objetivo de conocer percepción de la
población citadina sobre algunos aspectos
relacionados con la evolución e historia natural del
ser humano, se tomaron estas mismas preguntas y
se las plantearon a los ciudadanos de Lima
metropolitana.
La muestra estuvo conformada por personas
mayores de 18 años (entre 18 y 86 años
exactamente) pertenecientes a todos los distritos de
Lima Metropolitana (la muestra fue tomada de sus
49 distritos). Se encuestaron un total de 384
personas, siendo este el mínimo para la población
(5% de error). Cabe mencionar que, cada uno de los
49 distritos fue muestreado de manera
INTRODUCCIÓN
MATERIALES Y MÉTODOS
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Aponte et al.
399
proporcional a la abundancia relativa de su
población con respecto a la de Lima. De esta
muestra, 182 personas fueron hombres y 202
fueron mujeres; 273 indicaron haber tenido
educación superior (completa o incompleta), 105
educación secundaria completa y 6 educación
primaria completa.
La encuesta fue aplicada de manera oral (no fue
entregada para el marcado) y se anotó la elección
del encuestado. Se explicó a las personas que la
encuesta sería anónima, voluntaria y como parte de
un trabajo de investigación. La prueba tenía dos
preguntas previamente validadas, relacionadas con
la historia natural del ser humano, tomadas de
encuestas realizadas internacionalmente durante
varios años (Dawkins 2010, Gallup 2017). Las
preguntas fueron:
Pregunta 1: Seleccione la alternativa correcta
a) Los seres humanos se han desarrollado
durante millones de años de formas de vida
menos avanzadas, pero Dios guió este
proceso.
b) Los seres humanos se han desarrollado
durante millones de años de formas de vida
menos avanzadas, pero Dios no tuvo parte
en este proceso.
c) Dios creó a los seres humanos
prácticamente en su forma actual en un
momento en los últimos 10.000 años más o
menos.
Pregunta 2: Indique verdadero o falso
a) Los seres humanos, tal como los
conocemos hoy en día, se desarrollaron a
partir de especies de animales anteriores
(_)
b) Los primeros seres humanos vivían al
mismo tiempo que los dinosaurios (_)
Un resumen de los resultados se muestra en la
figura 1, 2 y 3. Para la pregunta 1, el 38% prefirió la
afirmación a); 28% la afirmación b) y 34% la
RESULTADOS
36
22
47
108
88
77
0
20
40
60
80
100
120
140
160
a) Los seres humanos se han
desarrollado durante
millones de años de formas
de vida menos avanzadas,
pero Dios guió este proceso.
b) Los seres humanos se han
desarrollado durante
millones de años de formas
de vida menos avanzadas,
pero Dios no tuvo parte en
este proceso.
c) Dios creó a los seres
humanos práccamente en
su forma actual en un
momento en los úlmos
10.000 años más o menos.
Primaria Secundaria Superior
Figura 1. Respuestas a la pregunta 1: Seleccione la alternativa correcta. Los valores sobre las barras representan el número de
encuestas.
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Are we denying our natural history?
400
42
63
155 118
0
50
100
150
200
250
VERDADERO FALSO
Primaria Secundaria Superior
Figura 2. Respuestas a la pregunta: Indique si es verdadero o falso: Los seres humanos, tal como los conocemos hoy en día, se han
desarrollado a partir de especies animales anteriores. Los valores sobre las barras representan el número de encuestas.
35
70
84
189
0
50
100
150
200
250
300
VERDADERO FALSO
Primaria Secundaria Superior
Figura 3. Respuestas a la pregunta: Indique si es verdadero o falso: Los primeros seres humanos vivían al mismo tiempo que los
dinosaurios. Los valores sobre las barras representan el número de encuestas.
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Aponte et al.
afirmación c). Para la pregunta 2a, el 52% indicó
que la afirmación era verdadera, mientras que el
48% restante indicó que era falsa. Finalmente, la
pregunta 2b fue indicada como verdadera por el
32% de las personas encuestadas y 68% como
falsa.
A pesar de que la prueba no estuvo diseñada para
reconocer diferencias entre los grupos, las figuras
muestran que la mayoría de individuos de menor
formación académica (solo formación primaria)
tendían a una visión creacionista y negaron que los
seres humanos procedamos de antecesores
animales. No parece haber una diferencia evidente
entre los grupos con formacn acamica
secundaria y superior, salvo en la pregunta 2b, en la
que un gran porcentaje de encuestados que
indicaron que los humanos no vivimos al mismo
tiempo que los dinosaurios fueron personas con
formación académica superior. Cuando el análisis
401
a)
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
18-35 36 ó más
Porcentaje (%)
Edad (años)
A
B
C
b)
0
10
20
30
40
50
60
70
18-35 36 ó más
Porcentaje (%)
Edad (años)
VERDADERO
FALSO
Figura 4. Respuestas para las preguntas 1 (a) y 2a (b) en la población agrupada en dos rangos de edad.
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402
se realiza por rango de edades, se observa que los
limeños entre 18 - 35 años de edad eligen en
m i n o r í a l a a f i r m a c ió n 1 C ( 2 9 % ) y
predominantemente la afirmación 1A (40%), sin
embargo, pasa lo inverso con los mayores a 35 años
de edad, ya que estos eligen predominantemente la
afirmación C (42%), es decir la afirmación con una
idea creacionista. De forma similar en la pregunta
2a, estos dos grupos de rango de edades difieren en
sus respuestas. Los limeños entre 18-35 años de
edad creen mayoritariamente (57%) que los
humanos hemos evolucionado de otras especies,
mientras que la mayoría de limeños encuestados
mayores a 35 años de edad (58%) creen que no es
así (Figura 4). Ambos grupos creen en gran
porcentaje que los humanos no vivimos al mismo
tiempo que los dinosaurios.
La encuesta muestra que un 34% de la población de
Lima niega por completo nuestro pasado de al
menos unos 70 mil años como Homo sapiens
sapiens (Mayr, 1950), así como la historia
evolutiva de los homínidos, que tiene alrededor de
4 millones de años desde que Lucy dio sus primeros
pasos (Shapiro, 2012). Increíblemente, en
poblaciones como la de Estados Unidos, cerca del
40% de pobladores afirman que Dios creó a los
seres humanos prácticamente en su forma actual en
algún momento de los últimos 10.000 años más o
menos (Gallup, 2017) (una visión evidentemente
creacionista). Del mismo modo, en una encuesta
realizada por el Pew Research Center (2013)
acerca de la perspectiva de la evolución humana en
distintas religiones, el 26% de los católicos
americanos y 31% de católicos hispanos afirmaron
que no creían en ningún tipo de evolución;
defendiendo que el hombre habría existido siempre
en su forma actual; porcentaje que, al combinarse
con la información obtenida de evangélicos
protestantes (64%), representaría el 33% de la
población encuestada.
Asimismo, los resultados indican que el 49% no
está de acuerdo con que nos hayamos desarrollado
de otras especies animales. Aunque parezca
increíble, este porcentaje ubica a la población de
estudio en el segundo lugar de poblaciones que
piensan de esta manera (para la evaluación del
Eurobarometer (2005), donde no participaron
poblaciones americanas, y donde solo Turquía
tiene un valor de 73% que piensa lo contrario o que
no tienen conocimiento). Este resultado coincide
con lo obtenido por la (NSF, 2016) para Estados
Unidos, siendo 51% de los habitantes los que no se
encuentran a favor de dicha frase. En este mismo
estudio, el 74% de la población canadiense se
mostraba de acuerdo con que los seres humanos
hemos evolucionado a partir de especies
anteriores; cabe resaltar que este país cuenta con
uno de los mejores niveles de enseñanza educativa
del mundo (OECD, 2016).
Más preocupante aún es el 32% que considera que
los seres humanos vivimos al mismo tiempo que
los dinosaurios (cuando nuestra historia natural se
encuentra separada de la del linaje de los
dinosaurios por varias decenas de millones de
años). Un porcentaje similar ha sido encontrado en
países como Polonia, Italia, Chipre y Turquía
(estos dos últimos tienen un porcentaje mayor, en
todos los casos para el Eurobarometer (2005). En
una iniciativa de la Fundación BBVA, (2011) para
evaluar la opinión pública sobre temas ligados a la
ciencia y cultura, se encontró que un sector similar
de la población en países como Francia (31,2%),
Holanda (30,4%) y Dinamarca (30,4%) tenían la
misma percepción.
Con estos resultados queda en evidencia, que un
porcentaje considerable de la población de Lima no
conoce los aspectos básicos de la evolución de los
seres humanos o de la historia geológica del planeta
Tierra, como por ejemplo, el hecho de que tenemos
como antecesores a otras especies animales, la
edad de nuestro linaje, e incluso el hecho de que
nuestro planeta tiene una edad de varios miles de
millones de años. Asimismo, se muestra una fuerte
influencia religiosa, que se ve plasmada en aquel
34% de personas que coincidieron con una visión
creacionista. Los resultados podrían parecer poco
importantes; sin embargo, es fundamental
considerar lo encontrado en el presente estudio a
fin de generar políticas educativas que permitan
brindar a la población los conocimientos y
formación apropiados. La inclusión de temas
relacionados a la historia natural del ser humano y
sus civilizaciones es fundamental para tener una
DISCUSIÓN
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Aponte et al.
403
percepción adecuada de nuestro planeta y de
nosotros mismos. El rechazo al conocimiento
científico de la evolución en jóvenes muestra una
correlación con las creencias religiosas (Downie &
Barron, 2000), por lo que es un tema que debe
considerarse en el análisis sobre cómo estamos
haciendo llegar esta información en los niveles de
educación primaria y secundaria.
Por otro lado, el 38% de personas que
seleccionaron la pregunta 1a, encajan en lo que
J e r r y C o y n e ( 2 0 1 2 ) h a l l a m a d o
“acomodacionismo”, es decir, la postura que
sostiene que aceptar la evolución como proceso no
implica ninguna afrenta hacia la fe religiosa
personal. Coyne (2012) considera que una forma
en la que la aceptación de la evolución en las
sociedades se podría incrementar gradualmente, es
fomentando el acomodacionismo como estrategia,
de tal modo que las personas religiosas se
convenzan de que dicha aceptación de la evolución
no implica afrentas contra su fe.
A nivel mundial existe una fuerte separación entre
la ciencia y la sociedad. En el Perú, somos miles de
personas que nos dedicamos a esta actividad
(según el directorio nacional de investigadores e
innovadores, somos más de 40 mil investigadores e
innovadores registrados (CONCYTEC, 2017).
Muy probablemente, como fruto de este
desentendimiento contribuimos a mantener una
gran brecha entre la ciudadanía y la comunidad
c i e n t í f ic a , y p or e l l o f av o r e c e m o s
inadvertidamente que la visión popular de nuestra
historia natural se encuentre relativamente alejada
de la información científica actual. El choque entre
religión y ciencia en el Perú, que al comenzar el
siglo XX se encontraba en su apogeo, ha quedado
ya como algo del pasado (al menos dentro del
ámbito académico); esto significa que no hay un
intercambio de ideas, lo que no beneficia a la
difusión de información y a tener una población
más entendida (Marzal, 1995). En este contexto,
existen algunos aspectos importantes para resaltar:
a) Por un lado, los científicos tenemos el
importante reto de acercarnos a la
ciudadanía brindando información veraz,
fácil de entender y que refleje la
importancia de nuestra labor para la
generación de estrategias de vida
adecuadas, así como de la tecnología para
nuestro bienestar.
b) Por otro lado, los educadores debemos
enseñar a nuestros estudiantes a
desarrollar el pensamiento crítico, que
permita discernir entre lo que es real y lo
que es producto de la fantasía o la ilusión.
Para ello es fundamental enseñar cómo y
de dónde adquirir la información (en una
época donde la información está en todos
lados, esto es fundamental). En esencia:
enseñar a cómo pensar y no a qué pensar.
c) Finalmente hay una responsabilidad de
parte de la ciudadanía de acercarse más a la
ciencia y de reconocer su importante labor
en la vida diaria. Las medicinas, la
tecnología, los medios de transporte, los
alimentos y gran parte de los bienes que
utilizamos a diario, son obtenidos gracias a
avances tecnológicos que se han logrado
como fruto de investigaciones científicas.
Asimismo, deberíamos transmitir este
conocimiento en nuestros hogares y tener
como objetivo que los jóvenes adquieran
un pensamiento crítico de la realidad y de
la información que llega a ellos.
Agradecemos a Telassim Aldave, Antony Apeño,
María Avalos, Andrés Babilonia, Jannisse
Ballesteros, Gabriela Barreto, Ana Cabrera,
Gabriela Cazorla, Valeria Cortez, Mario Espinoza,
Jenny Gaviño, Angela Hernando, Yomel Huanca,
Alena Manini, Joel Mires, Ayumi Oshita, Lady
Paima, Gerald Pinto, María Rentería, William
Ruiz, Angie Sánchez, Stephany Torres, Cristina
Touzet, Yassmín Tovar, Katherine Tovar, María
Tovar y Adriana Troncoso quienes nos apoyaron en
la toma de datos del presente estudio. Asimismo,
agradecemos a los revisores anónimos del artículo,
quienes permitieron mejorar nuestro manuscrito.
El presente trabajo se desarrolló en el marco del
curso de Evolución de la carrera de Biología
marina (Universidad Científica del Sur).
AGRADECIMIENTOS
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Are we denying our natural history?
404
/file/14.pdf leído el 12 de julio del 2017.
Gallup International. 2017. Evolution,
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http://www.wingia.com/web/files/news/14
Received July 14, 2017.
Accepted August 2, 2017.
The Biologist (Lima). Vol. 15, Nº2, jul - dec 2017
Aponte et al.