New pathogenic variant in the
SOX9
gene related to campomelic dysplasia
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º
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T e Biologist (Lima)
T e Biologist (Lima), 2024, vol. 22 (2), 291-300
COMMENTARY / COMENTARIO
EVOLUTION AND THE SCIENTIFIC METHOD
LA EVOLUCIÓN Y EL MÉTODO CIENTÍFICO
Diego Sánchez-Véliz
1
, Álvaro Ibaceta
2
, José Ariel Fernández
3
, Jehoshua Macedo-Bedoya
4
*
& Mizraim Moroyoqui Cárdenas
5
ISSN Versión Impresa 1816-0719 ISSN Versión en línea 1994-9073 ISSN Versión CD ROM 1994-9081
Este artículo es publicado por la revista T e Biologist (Lima) de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemática, Universidad Nacional Federico Villarreal,
Lima, Perú. Este es un artículo de acceso abierto, distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional (CC BY
4.0) [https:// creativecommons.org/licenses/by/4.0/deed.es] que permite el uso, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que la obra
original sea debidamente citada de su fuente original.
DOI: https://doi.org/10.62430/rtb20
242221798
o
VOL. 22. N 2, JUL-DIC 2024
Universidad Nacional
Federico Villarreal
ABSTRACT
T ree main creationist claims that deny the scientif c nature of evolutionary theory are refuted: that it is not falsif able,
predictive, or observable. It demonstrates that evolution is falsif able since improbable f ndings could challenge it, and
discrepancies in data drive further research. T e evolutionary theory is also predictive and retrodictive, as evidenced
by Darwin’s conf rmed predictions about pollinators and the discovery of marsupial fossils in Antarctica. Moreover,
evolution is observable and testable, with numerous documented cases of adaptation and natural selection. In conclusion,
evolution meets scientif c criteria and has been consistently validated, thus refuting creationist assertions.
Keywords:
Falsif ability – fossils – natural selection – observation – prediction
RESUMEN
Se refutan tres principales alegatos creacionistas que niegan la cientif cidad de la teoría evolutiva: que no es falsable,
predictiva ni observable. Se demuestra que la evolución es falsable, ya que hallazgos improbables podrían desaf arla y
discrepancias en datos motivan nuevas investigaciones. La teoría evolutiva también es predictiva y retrodictiva, como
lo evidencian las predicciones conf rmadas de Darwin sobre polinizadores y los fósiles de marsupiales en la Antártida.
1
Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile.
2
Pontif cia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, Chile.
3
CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científ cas y Técnicas), La Plata, Argentina.
4
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima, Perú.
5
Universidad de Sonora, Hermosillo, México.
* Corresponding author: jehoshua.macedo@unmsm.edu.pe
Diego Sánchez-Véliz:
https://orcid.org/0009-0009-6180-9974
Álvaro Ibaceta:
https://orcid.org/0009-0009-9538-4839
José Ariel Fernández:
https://orcid.org/0000-0003-2341-6423
Jehoshua Macedo-Bedoya:
https://orcid.org/0009-0008-7958-5318
Mizraim Moroyoqui Cárdenas:
https://orcid.org/0009-0005-3184-0939
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Sánchez-Véliz
et al.
Además, la evolución es observable y experimentable, con numerosos casos documentados de especiación. En conclusión,
la evolución cumple con los criterios científcos y ha sido consistentemente validada, refutando así las afrmaciones
creacionistas.
Palabras clave:
Falsabilidad – fósiles – observación – predicción – selección natural
El principal alegato creacionista consiste en negar que la
teoría evolutiva tenga las características básicas y comunes
de toda teoría científca, es decir, niegan que sea falsable,
predictiva, observable, experimentable y que en general
niegan que la evolución se basa en el método científco
(Morris, 1985). El objetivo de esto no es otro que el
de negar la realidad científca de la evolución misma y
tratar de convencer a quien sea, de que la evolución no
es ciencia. Desafortunadamente para los defensores del
creacionismo, la evolución es una realidad innegable y la
teoría evolutiva, el modelo explicativo más lógico posible
de esta realidad (Gregory, 2008), y como tal, presenta
estas tres características distintivas y este artículo se
escribió con el propósito de demostrarlo.
(1) “La evolución no es falsable”
Esta es una de las acusaciones más frecuentes de los
creacionistas. Pero, ¿Exactamente a qué nos referimos
en ciencia por falsabilidad? Sin entrar a tantos detalles
sobre la flosofía de la ciencia, la falsabilidad es un
estándar deductivo en donde se considera la posibilidad
de someter una hipótesis o proposición a potenciales
pruebas y argumentos que la contradigan (Hansson,
2008; Humpiri
et al
., 2021). Para entender lo que se
viene, debemos entender qué es una hipótesis y una teoría
científca:
-
Hipótesis científca
: Una hipótesis en ciencia es una
explicación aceptada provisionalmente de manera
fundamentada con datos, que se propone para la
investigación y comprobación posterior (Wilson, 2023).
- Teoría científca
: Una teoría en ciencia es un marco
explicativo bien fundamentado en la evidencia para
una serie de hechos y observaciones que se pueden
probar y utilizar para predecir observaciones futuras.
Las teorías se guían de los hechos y de los datos, por
lo tanto, si la teoría deja de encajar con los hechos y
los datos, se puede modifcar o rechazar por una teoría
mejor construida (Álvarez, 2018).
Harding (1976) nos da como ejemplo la tesis de Duhem-
Quine en donde se afrma que es imposible probar o
falsear una hipótesis de forma aislada por dos razones:
1. Las hipótesis y teorías se basan en una serie de datos
de apoyo. Por ejemplo, ¿la exposición del fraude del
Hombre de Piltdown falsifca la validez de ese fósil
solo, o de toda la teoría evolutiva? Claramente solo
falsifca la validez de ese fósil, más no de la teoría
evolutiva en su conjunto (De Groote
et al
., 2016).
2. Una discrepancia entre las teorías y los datos no
necesariamente falsea la teoría en su conjunto. Por
ejemplo, a principios del siglo XIX, los científcos
descubrieron discrepancias entre la órbita de Urano,
y las predicciones de la teoría de la gravedad de
Newton. Sin embargo, esta discrepancia entre la
teoría y la evidencia no se consideró una falsifcación
de la teoría; con el tiempo, la discrepancia se resolvió
con el descubrimiento de Neptuno. A fnales del
siglo XIX, se descubrió una discrepancia similar en
la órbita de Mercurio (Biswas & Mani, 2008), la cual
condujo a la falsifcación de la gravedad newtoniana;
la discrepancia sólo pudo resolverse cuando Einstein
propuso su teoría de la relatividad. No obstante, esta
discrepancia no acabó con la gravedad Newtoniana,
pues cuando la teoría se rechaza no necesariamente
se rechaza por completo, pues siguen siendo útiles
en dominios particulares o bajo ciertas condiciones
(Winther, 2015), y ese es el caso de la Teoría
Newtoniana de la gravedad, que sigue siendo útil bajo
ciertas condiciones, aunque la Teoría de la relatividad
de Einstein la haya superado. La teoría de la relatividad
especial no descarta la gravitación Newtoniana, sino
que toma lo que funciona de aquel modelo y descarta
lo que no funciona y expande el modelo explicativo
para incluir las observaciones nuevas (Wiesendanger,
2014).
Los científcos no considerarán que una teoría sea falsa
simplemente por la existencia de discrepancias entre
las predicciones teóricas y las observaciones, de hecho,
intentar dar cuenta de tales discrepancias es lo que motiva
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mucha investigación científca (Baena, 2017). Dicho esto,
hay numerosas piezas de evidencia que podrían falsifcar
ciertos aspectos de la evolución:
- Encontrar cierto tipo de transiciones imposibles
e incoherentes, bajo el marco evolutivo actual,
podría dar lugar a dudas sobre ciertos aspectos
de la evolución. Por ejemplo, todas las evidencias
actuales (genéticas, morfológicas, paleontológicas, de
desarrollo y demás) nos muestran que los mamíferos
no evolucionaron de las aves (y viceversa), esas
evidencias separan ambos grupos en linajes evolutivos
diferentes, por lo tanto, la teoría predice que no deben
existir transiciones entre estos dos grupos (Hendrickx
et al
., 2015; Li
et al
., 2023). La evolución muestra que
de hecho los mamíferos evolucionaron de un grupo
llamado Synapsida (Figura 1), específcamente de los
Terapsida Cynodontia (Ruta
et al.
, 2013; Hackländer
& Zachos, 2020), y las aves evolucionaron de un grupo
llamado Sauropsida, específcamente de los Teropoda
Maniraptora (Hendrickx
et al
., 2015), como sabemos
que los mamíferos no evolucionaron de las aves ni las
aves de los mamíferos, entonces también se afrma
que jamás deberíamos encontrar una transición entre
estos dos taxones, y jamás se ha encontrado uno.
Asumiendo que mágicamente se llegase a encontrar un
fósil de transición inequívocamente entre mamíferos
y aves, con ello se estaría discrepando directamente
lo que sabemos sobre la evolución de los mamíferos
y evolución de las aves (Herron & Freeman, 2014;
Benton & Harper, 2020).
Figura 1
. Filogenia de grupos principales seleccionados de amniotas, Aves surgiendo de Sauropsida
y mamíferos de Synapsida (Fournier & Poole, 2018).
- Si los biólogos observaran directamente y de forma
inequívoca organismos vivos ser creados de forma
sobrenatural y compleja y apareciendo de la nada
sin pasar por un proceso evolutivo de especiación y
cambios evolutivos posteriores, entonces se estaría
observando directamente un caso de falsifcación a la
evolución.
- La propia defnición de evolución biológica,
entendida como descendencia con modifcaciones o
cambio en las características de la población a través
del tiempo (Herron & Freeman, 2014; Pontarotti,
2019; Abrams, 2023), implica que si se observas en
poblaciones incapaces de generar descendencia con
modifcaciones (morfológicas y/o genéticas) la teoría
quedaría falsada. Para la desilusión de los creacionistas
y críticos de la evolución, la variación en frecuencias
alélicas se ha observado constantemente en diversos
grupos de organismos (Herron & Freeman, 2014).
Por lo tanto: ¿Se puede falsear la evolución? La respuesta
es que sí.
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et al.
(2) “La evolución no es predictiva”
Las teorías científcas deben poseer un poder predictivo,
es decir, el poder de una teoría científca para generar
predicciones comprobables; los creacionistas alegan que
la teoría evolutiva no tiene este poder predictivo, y, por
lo tanto, concluyen erróneamente que la evolución no es
ciencia. Muchos creacionistas caen en el error de asumir
que las predicciones hechas por las teorías científcas son
direccionales solo para un sentido, o sea, se asume que
solo se pueden hacer predicciones a futuro, pero eso no es
del todo cierto, pues ignoran las retrodicciones (Barnett
et al.,
2021). Una retrodicción es el acto de predecir
los resultados aún no descubiertos de eventos pasados.
Campos científcos como la paleontología, arqueología,
las ciencias forenses y la cosmología se basan en las
retrodicciones, así que, si los creacionistas descartan a la
evolución (biología evolutiva) por esto, entonces deberían
admitir que también descartarían todas las ciencias
anteriormente mencionadas. Algunas predicciones/
retrodicciones hechas por la teoría evolutiva y que se han
comprobado son las siguientes:
- Darwin utilizó su conocimiento de la evolución y en
1862 en su libro “Fertilisation of Orchids” predijo
(hizo una predicción evolutiva) que dado que existe una
planta con un largo espolón en sus fores (
Angraecum
sesquipedale
Touars, 1822), también debería de
existir un animal complementario con una probóscide
de 30 cm para alimentarse de ella y polinizarla. De
forma complementaria, Wallace en 1867 apoyando
la predicción de Darwin afrmó y predijo con total
seguridad que, de existir tal animal, debía ser de la
Familia Sphingidae y estar viviendo en Madagascar.
Veinte años después de su muerte, se encontró una
forma de polilla halcón (
Xanthopan morganii
Walker,
1856) (Figura 2) que hacía precisamente eso y que
vive justamente en Madagascar (Arditti
et al
., 2012;
Minet
et al
., 2021).
Figura 2.
Xanthopan morganii praedicta
de Madagascar (Arditti
et al.,
2012).
- La teoría evolutiva nos dice que las Ballenas barbadas
(Mysticeti) y Ballenas dentadas (Odontoceti) poseen
un mismo ancestro común, que eran cetáceos con
dientes (Gatesy
et al.
, 2013; Gatesy & McGowen,
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2021), por lo tanto, la teoría evolutiva predice de
forma acertada que, si eso es cierto, deberíamos
ver evidencia de cómo las ballenas barbadas poseen
dientes, y lo hacemos (Figura 3). Está ampliamente
demostrado que, en el útero, las ballenas barbadas
inician el desarrollo embrionario con el desarrollo de
varias docenas de dientes en las mandíbulas superior
e inferior, pero hacia el fnal de la vida prenatal se
reabsorben y no queda rastro después del nacimiento,
y dan lugar a las barbas. Esto refeja que los ancestros
de los cetáceos barbados eran cetáceos dentados
(Tewissen
et al
., 2017; Deméré
et al.
, 2008; Peredo
et al
., 2018). Esto se refuerza aún más gracias al
descubrimiento fósil de
Janjucetus hunderi
(Fitzgerald,
2006) y
Llanocetus denticrenatus
(Mitchell, 1989),
las cuales pertenecieron a Mysticeti pero no tenían
barbas sino dientes. Además, el descubrimiento de
Maiabalaena
demuestra que las ballenas barbadas
perdieron los dientes antes de desarrollar las barbas
(Figura 3).
Figura 3.
Feto de
Balaenoptera physalus
(ballena barbada) con disección que muestra las
yemas de los dientes en la mandíbula superior (Deméré
et al.,
2008).
- Los marsupiales están presentes sólo en dos partes
geográfcas: En Australia, como los canguros,
bandicoots y cuoles (marsupiales de Australia) y en
América, como los cenoléstidos, zarigüeyas y el monito
del monte (marsupiales del nuevo mundo) (Nilsson
et al
., 2004). El ancestro común de los marsupiales
sudamericanos y australianos estaba presente antes
de que Pangea se dividiera (Figura 4), por lo tanto,
gracias a la biogeografía, la teoría evolutiva predice
correctamente que deberíamos encontrar fósiles de
los ancestros de los marsupiales sudamericanos y
australianos que datan de antes de que estas masas
continentales (Australia-América) se separaran. En
consecuencia, y de forma en que se corrobora la
predicción hecha por la evolución, encontramos los
primeros fósiles de marsupiales y Metatheria (como
Deltatheridium
y
Alphadon
) que datan del Cretácico
superior (Williamson
et al
., 2012; Wilson
et al.,
2016; Velazco
et al
., 2022), cuando América del Sur,
la Antártida y Australia aún estaban conectadas. Para
que el intercambio biótico de los marsupiales entre
Australia y América haya sucedido, por lógica y
deducción paleontológica obvia, es que los marsupiales
prehistóricos tuvieron que haber cruzado la Antártida
(Nilsson
et al
., 2010; Schiewe, 2010). En el Cenozoico
temprano, Australia todavía estaba conectada a la
Antártida hasta el límite Eoceno-Oligoceno, en donde
se separaron completamente. Curiosamente, hemos
encontrado fósiles de marsupiales en la Antártida
específcamente, en la Formación La Meseta, la
cual es extremadamente rica en fósiles. Entre los
marsupiales encontrados resaltan: Derorhynchidae,
Microbiotheria y Polydolopimorphia (Goin
et al
.,
2007; Eldridge
et al.,
2019; Defer
et al.,
2019; Vega
& Olalla-Tárraga, 2020). Esta es una asombrosa
confrmación predictiva macroevolutiva, dado que
ningún marsupial vive en la Antártida ahora.
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Sánchez-Véliz
et al.
Figura 4
. Se muestra el camino entre América,
Antártida y Australia. Imagen editada de Pangea,
basado en: Institute for Geophysics.
- Darwin predijo en su época que la pérdida de la
capacidad de volar de los insectos de las islas se debía
a la infuencia del viento (Darwin, 1859). Según
su hipótesis, los insectos que vuelan son llevados
al mar por el viento, los que quedan en tierra para
producir la próxima generación son los más reacios
a volar, y eventualmente la evolución hace el resto,
conduciendo a poblaciones de insectos con menor
capacidad de vuelo cada generación. Sin embargo,
Joseph Hooker tuvo sus dudas y debatió con Darwin
sobre esto. Más de 100 años después la predicción
de Darwin fue acertada, utilizando un conjunto de
datos sobre insectos de las islas subantárticas y árticas,
los investigadores de la Universidad de Monash
examinaron todas las ideas propuestas para explicar
la pérdida de vuelo en los insectos, incluida la idea
del viento de Darwin, la cual resultó ser la explicación
más contundente y coherente. Ninguna de las ideas
usuales (como las propuestas por Hooker) explica
el alcance de la pérdida de vuelo en los insectos
subantárticos, pero la idea de Darwin sí lo hace (Leihy
& Chown, 2020).
- Darwin en 1859, en su libro, predijo que los
murciélagos habían pasado de planear a volar en el
aire. En 2024 se logró comprobar eso conjugando
tres avances científcos: por un lado, tener un modelo
computacional lo sufcientemente apto para simular
el vuelo de los murciélagos primitivos (Giannini
et al
.,
2024). Por otro lado, contar con el fósil de murciélagos
más antiguo del que se tenga registro:
Onychonycteris
fnneyi
Simmons, Seymour, Habersetzer & Gunnell,
2008 (Figura 5). Y emular la atmósfera de esa época
(que era mucho más densa que la actual), con el fn de
establecer los mecanismos implicados en la evolución
del vuelo propulsado en los mamíferos en el medio
que les tocó para evolucionar. Con ello se puede
comprobar y validar la predicción de Darwin de que
el origen del vuelo era desde un planeador hacia un
volador (Giannini
et al.,
2024).
Figura 5
. Perfl aerodinámico reconstruido de los
dos especímenes existentes de
Onychonycteris
fnneyi
(Giannini
et al
., 2024).
Por lo tanto: ¿La evolución hace predicciones acertadas y
comprobables? La respuesta es que sí.
(3) “La evolución no es observable”
Este punto también tiene sus variaciones, como decir que
la evolución: “no es experimentable, no es verifcable o
no es repetible”, así que en este tercer y último punto
se abordarán las diversas variaciones de forma general.
La función principal de la ciencia es demostrar la
existencia de fenómenos que no pueden ser observados
directamente, esto mediante el uso de herramientas
lógicas y tecnológicas mucho mejores y precisas que el
ojo humano. Si la realidad nos fuera totalmente accesible
directamente por medios de los sentidos, no haría falta
la ciencia. Los descubrimientos más importantes de la
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ciencia sólo se han inferido a través de la observación
indirecta, la esfericidad de la Tierra se determinó sin
observar directamente la Tierra desde el espacio, o los
átomos se descubrieron sin que estos fueran observados.
La evolución se basa en observaciones directas e
indirectas. La evolución se ha observado y experimentado
ampliamente; incluso, la especiación, proceso por el cual
las poblaciones divergen hacia nuevas poblaciones, y
por consiguiente, a nuevas especies (Herrel
et al
., 2008;
Ratclif
et al.
, 2012; Bell, 2016; Lamichhaney
et al
.,
2017; Lenski, 2017; Momigliano
et al.
, 2017; Wagner,
2018; Herron
et al.
, 2019) (Figura 6).
Figura 6
. Nuevas especies de Pinzón gracias a la especiación híbrida. Los pinzones de Darwin son un
icono de la evolución de la diversidad, al haber evolucionado 18 especies a partir de un único ancestro en
el archipiélago de las Galápagos. Lamichhaney
et al.
(2017) demuestran que la hibridación ha dado lugar
a una nueva especie, los pájaros grandes (Wagner, 2018).
Consideraciones fnales:
Por lo tanto: ¿La evolución es observable/experimentable/
verifcable/repetible? La respuesta es que sí. La conclusión
es ya obvia, la evolución se basa en el método científco y
ha sido comprobada por método científco.
Aspectos éticos:
Aseguramos que se han cumplido con
todos los aspectos éticos a nivel nacional e internacional
en todo momento.
Author contributions
DSV
= Diego Sánchez-Véliz
AI
= Álvaro Ibaceta
JAF
= José Ariel Fernández
JMB
= Jehoshua Macedo-Bedoya
MMC
= Mizraim Moroyoqui-Cárdenas
Conceptualization:
DSV, AI
Data curation:
DSV, AI
Formal analysis:
DSV, AI, JAF
Funding acquisition:
DSV, AI
Investigation:
DSV, AI, MMC
Methodology:
DSV, AI
Project administration:
DSV, AI, JMB
Resources:
DSV, JMB
Software:
JMB
Supervision:
DSV, JMB, JAF
Validation:
DSV, JMB
Visualization:
DSV, AI, JAF
Writing – original draft:
DSV, AI
Writing – review & editing:
DSV, JMB, MMC
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Sánchez-Véliz
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Received July 4, 2024.
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