The Biologist (Lima). Vol. 13, Nº1, jan-jun 2015
Camacho & La Torre
aislaron actinomicetos del Sahara de un suelo
arenoso y seco y probaron sus efecto promotor
de crecimiento en plántulas de tomates en un
sustrato de características fisicoquímicas
similares a los sustratos 1, 2 y 3 de este estudio,
es decir sustratos arenosos y de pocos
nutrientes; observándose que las plantas
inoculadas con Streptomyces aumentaron el
peso fresco y seco de la raíz y las semillas e
incrementaron el número de brotes.
En los sustratos 5, 6 y 7, hubo diferencia
significativa principalmente en los parámetros
PST y %MST y el tratamiento A1-19/08 del
grupo Actinomicetos tuvo los mejores
resultados.
En el caso de los tratamientos inoculados con
cepas de Bacillus también promovieron el
crecimiento del cultivo en todos los sustratos.
Las tres cepas de este género tuvieron un
similar efecto promotor en todos los sustratos,
por lo que no resalta una que tenga mayor
eficacia. En los suelos compuestos en mayores
proporciones por arena, el PST fue superior
respecto al control significativamente. Las
Cabe resaltar que estos sustratos
presentaban una alta CE (Tabla 3), y son suelos
ligeramente salinos y
la salinidad del suelo es
uno de los factores más graves que limitan la
nodulación, el rendimiento y la respuesta
fisiológica en los cultivos, sin embargo aún no
se ha establecido el posible papel de las
rizobacterias promotoras del crecimiento
vegetal (PGPR) en la restricción de nutrientes
minerales y así aliviar el estrés de salinidad del
suelo durante el crecimiento vegetal. Han &
Lee (2005) estudiaron los efectos beneficiosos
de la inoculación con cepas de PGPR en
plantas salinoestresadas en condiciones de
invernadero y sus resultados sugieren que la
inoculación de estas plantas con cepas PGPR
podría aliviar el estrés de salinidad. Estos
sustratos también presentaron un mayor
porcentaje de P O que los sustratos arenosos;
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las bacterias PGPR por su capacidad de
solubilizar fosfatos podrían haber ayudado a la
asimilación de fosforo a la planta.
En cuanto al ensayo de invernadero, de los
resultados obtenidos se observa que en todos
los sustratos, los tratamientos inoculados
tuvieron un mejor resultado en todos los
parámetros de crecimiento en comparación
con el control, sin embargo algunos de ellos no
tuvieron diferencia significativa. Los
parámetros PST y PSP fueron los que tuvieron
diferencias significativas en la mayoría de
sustratos. El sustrato 4 compuesto por 40%
arena y 60% musgo no presentó diferencias
significativas en ningún parámetro de
crecimiento; sin embargo se puede observar en
la figura 2 que en este sustrato el número de
colonias de bacterias PGPR fue mucho más
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bajo que en los otros sustratos (10 UFC) y tal
vez no hubo una buena colonización de la raíz;
y la capacidad de las bacterias para afectar el
crecimiento de las plantas no únicamente
depende de su abundancia, sino de su
capacidad para proliferar a través de la raíz
(Loper et al. 1985). Por otra parte, este
sustrato, contenía más materia orgánica que los
sustratos 1, 2, 3, 5, 6 y 7 (tabla 2) y eso podría
haber ayudado al crecimiento de la planta que
si bien no fue significativo en los parámetros
de crecimiento evaluados con respecto al
control reportaron mejores resultados que éste.
Los actinomicetos en el suelo se encuentran en
casi todos los tipos y bajo condiciones
extremas disminuyen levemente la
concentración de la población. El tamaño de la
comunidad depende del tipo del suelo,
particularmente de algunas de las
características físicas, del contenido de
materia orgánica y del pH del medio ambiente
(Tate 2000). En este trabajo el tratamiento A1-
19/08 del grupo actinomicetos tuvo un efecto
promotor en los sustratos 1, 2 y 3, que son en su
mayor porcentaje arenosos, observándose ésto
en los resultados de los parámetros peso seco y
materia seca del tubérculo y de la planta. El
peso seco representa la cantidad de azucares,
proteínas y almidón que posee el tubérculo y/o
la planta. Estos resultados concuerdan con los
obtenidos por Goudjal et al. (2013), quienes
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