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| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Impacto del gasto público en la transición energética.
Caso: Departamento de Ayacucho 2020-2023
Impact of public spending on the energy transition.
Case: Department of Ayacucho 2020-2023
Eulalia Jurado Falconí
1
Reynaldo Uladislao Bringas Delgado
2
Abstract
The aim was to analyze the impact of public spending on the energy transition
of the poorest departments of Peru. Department of Ayacucho 2020-2023. The
information was collected using a survey of a sample of 19 members of the
Ayacucho Bar Association and interviews with ocials of the Ministry of
Energy and Mines of the Ayacucho region. It was evident that, in the Ayacucho
Region, the production of electrical energy is around 10.8 Gigawatts hour,
which is equivalent to 0.02% of national production; of which 9.8 Gigawatt
hours is from a hydraulic source and 0.99 Gigawatt hours is a thermal source.
Consumption grows at a slower rate than the growth in the cost of energy, access
to electric energy service through the public network has a coverage of 89.9%,
ranking 20th among the 24 regions; The coverage of the urban area is 93.1% and
occupies the penultimate place, in the rural area the coverage is 84%. The public
spending assigned to the departments in extreme poverty and that corresponding
to the department of Ayacucho is limited and tends to reduce year after year, the
energy transition is not yet attended to the magnitude it demands. It is necessary to
continue studying the issue to develop methods that help measure energy poverty
given its multidimensional nature, especially in a Region with energy poverty. It
is necessary for the regional government of Ayacucho and its local governments
to review, change or propose policies. alternatives, allocating resources to
dierent actions that contribute to the energy transition in their territory.
Keywords: Energy matrix, energy poverty, electricity production, energy
consumption, energy transition, public expenditure.
Resumen
El objetivo fue analizar el impacto del gasto público en la transición energética de
los departamentos más pobres del Perú. Departamento de Ayacucho 2020-2023.
Se levanto la información utilizando una encuesta a una muestra de 19 personas
miembros del Colegio de Abogados de Ayacucho y entrevistas a funcionarios
del Ministerio de Energía y Minas de la región Ayacucho. Se evidencio que,
en la Región Ayacucho, la producción de energía eléctrica es de alrededor de
10.8 Gigawatts hora, que equivale al 0.02% de la producción nacional; de los
cuales el 9.8 Gigawatts hora es de fuente hidráulica y 0.99 Gigawatts hora es
térmica. El consumo crece a un ritmo menor que el crecimiento del costo de
la energía, el acceso al servicio de energía eléctrica mediante red pública tiene
una cobertura de 89.9% ocupando el lugar 20 entre las 24 regiones; la cobertura
del área urbana es de 93.1% y ocupa el ante penúltimo lugar, en el área rural
la cobertura es de 84%. El gasto publico asignado a los departamentos en
extrema pobreza y el correspondiente al departamento de Ayacucho es limitado
y tiende a reducirse año a año, la transición energética aun no es atendida en
la magnitud que demanda. Resulta necesario seguir estudiando el tema para
desarrollar métodos que ayuden a la medición de la pobreza energética dado su
naturaleza multidimensional sobre todo en una Región con pobreza energética,
es necesario que el gobierno regional de Ayacucho y sus gobiernos locales,
revisen, cambien o propongan políticas alternativas, asignando recursos a las
diferentes acciones que contribuyan con la transición energética en su territorio.
Palabras Clave: Matriz energética, pobreza energética, producción de
electricidad, consumo energético, transición energética, gasto público.
ISSN 2955-8476 | e-ISSN 2955-8174
Recibido: 07 de noviembre de 2023 | Revisado: 23 de diciembre de 2023 | Aceptado: 28 de diciembre de 2023
1 Universidad Nacional Federico Villarreal – UNFV. Lima, Perú
Correo: ejurado@unfv.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-2524-9537
1 Universidad de San Martín de Porres – USMP. Lima, Perú
Correo: rbringasd@usmp.pe
https://orcid.org/0000-0002-3882-0376
https://doi.org/10.62428/rcvp2023221713
Este artículo es de acceso abierto distribuido
bajo los terminos y condiciones de la licencia
Creative Commons Attribution-
NonCommercial- ShareAlike 4.0 International
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| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Introducción
Existe evidencia de la responsabilidad de los
hombres en el calentamiento global vinculado a las
emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera,
el principal de estos gases es el dióxido de carbono, que
procede en gran parte del sector energético, pero que
también incluye a la generación de electricidad. Las
proyecciones indican que, de seguir la actual trayectoria
de emisiones, la temperatura media global del planeta
superará los 3°C respecto a la temperatura promedio
observada a comienzos del siglo XIX, generando un
impacto sin precedentes en la historia de la humanidad
(Figura 1).
El calentamiento global, además de provocar
la fusión de los glaciares y la subida del nivel del
mar, provoca otros cambios climáticos como la
deserticación y el aumento de fenómenos extremos
como por ejemplo huracanes e inundaciones e incendios;
la alteración del clima podría causar daños incalculables,
sequias y hambrunas, escasez de agua, caídas en la
productividad agrícola, etc., los cuales afectarán al
planeta en su conjunto; sin embargo, la severidad de
sus efectos negativos estará diferenciada por el nivel
de vulnerabilidad de las poblaciones, considerándose
que impactará con mayor dureza en las poblaciones de
mayor pobreza y con brechas de desarrollo.
Nota. Esta gura representa las anomalías de la temperatura de la supercie global desde 1880 hasta 2022. No muestra las temperaturas absolutas,
sino cuánto más cálida o fría estuvo la Tierra en comparación con el período base promedio de 1951 a 1980. La línea ploma muestra la anomalía de
la temperatura anual, mientras que la línea azul más gruesa muestra el promedio móvil de cinco años. Extraído imágenes de Nasa Earth Observatory
(2021).
Figura 1
Global Temperature Anomaly - Dierence from1880-2022, °C
En ese contexto, el cambio climático no es solo
un reto ambiental, sino también político, económico y
social, en función de esta situación el Perú como uno
de los países que rmaron el Acuerdo de París, se
comprometió con la reducción de emisiones de gases de
efecto invernadero, así como, al aumento y conservación
de sumideros de carbono.
Desde esta perspectiva es una urgencia la
revisión del proceso de asignación y ejecución del gasto
presupuestario nacional y subnacional para enfrentar
el problema del cambio climático, considerando tres
pilares fundamentales: las políticas públicas, el rol
que cumplen las instituciones públicas comprometidas
directa o indirectamente y el Gasto Público entendido
desde su programación hasta su ejecución en las
entidades involucradas.
En el Perú existe un importante marco de
políticas relacionadas con el cambio climático, las
cuales necesitan claricarse para ver cómo éstas se
traducen en programas, instrumentos y/o mecanismos
de seguimiento. Así mismo, resulta importante hacer
una revisión de las funciones y responsabilidades de las
instituciones y de sus capacidades en la formulación,
aplicación y coordinación de las respuestas ante el
cambio climático vinculadas a la transición energética.
De igual forma es fundamental efectuar un
análisis del Gasto Público, vinculado al proceso de
transición energética, identicando cuanto signica
ese gasto, así como, los otros esfuerzos scales que se
realizan tales como: incentivos y subsidios scales que
no formando parte del presupuesto también se suman al
esfuerzo por nanciar la transición energética.
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| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
La transición energética es el conjunto de
cambios en los modelos de producción, distribución
y consumo de la energía para evitar las emisiones
de gases de efecto invernadero, al respecto Linares
(2018), dene la transición energética como un cambio
signicativo en el sistema energético de un país, de una
región, o incluso, a nivel global. Indica que el cambio
puede estar asociado a la estructura del sistema (por
ejemplo, suministro centralizado vs descentralizado),
a las fuentes de energía que lo alimentan, a sus costes,
tanto económicos como de otro tipo, o incluso al
régimen político-económico en el que tiene lugar el
suministro y consumo de energía. Cuando se analiza los
elementos impulsores de la transición energética actual
se precisa que quizá el motivo fundamental que impulsa
la transición energética es la necesidad de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero causantes del
cambio climático, el cual básicamente es un aumento de
la temperatura global del planeta, que a su vez conlleva
una serie de cambios en los regímenes de precipitación
y la disponibilidad de agua dulce, el nivel del mar, la
biodiversidad, la producción de alimentos, los vectores
de enfermedades, etc, lo cual eleva los riesgos de
afectación en el mundo especialmente en los países más
pobres.
Por otro lado, el avance de la tecnología va
incorporando nuevas fuentes de energía y nuevos
procedimientos en los consumos tal como plantea
Guinart y Sánchez (2020):
Las más grandes e importantes compañías
eléctricas del planeta están encabezando
procesos de cambios estructurales importantes
bajo tres premisas: la descarbonización, la
descentralización y la digitalización, agrupadas
en un conjunto conocido como ‘las 3-D’(Figura2),
y lo hacen en medio de un proceso de transición
energética en el que la generación de electricidad
empieza a buscar maneras de renovarse y
cambiar sus paradigmas para disminuir la huella
de carbono. Estas 3-D en ningún caso deben
entenderse como independientes, dado que es
difícil entender una de ellas sin la existencia de
las otras. (p.33)
La transición energética se deduce de la
generalización de comportamientos relacionados con
la eciencia energética y el desarrollo de las energías
renovables, lo que implica una inversión sustancial
en innovación tecnológica, esto es posible si existe un
cambio de paradigma centrado en la descarbonización,
es decir, en el abandono paulatino de las fuentes fósiles
y, consecuentemente, en el cierre de las centrales de
carbón, así como, en el desarrollo de nuevas fuentes de
energía tales como la energía marina y el hidrógeno.
Nota. La descarbonización busca implementar la energía solar, eólica, biomasa e hidroeléctrica en el consumo con el n de reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero, producida a partir de fuentes fósiles. Con la digitalización se incorpora nuevas tecnologías, para recopilar datos en tiempo
real y aumentar la eciencia energética, sirve para mejorar la capacidad y evitar interrupciones en el servicio, creando una red efectiva e inteligente. La
Descentralización representa la ruptura con el modelo energético tradicional y favorece un enfoque diversicado, al ofrecer soluciones a comunidades
con acceso limitado a la energía. FORBES (de la Nueva era Energética: Descarbonización, Digitalización y Descentralización. Tomado de Cisneros
(01 noviembre de 2019).
Figura 2
Nuevo paradigma las 3D de Energía: Descarbonización, Digitalización y Descentralización
La Agencia Internacional de Energías
Renovables IRENA (por sus siglas en inglés),
(2018), sostiene que es importante conocer la huella
socioeconómica de la transición energética porque
después de iniciado el proceso de transición energética,
la mejora del PIB alcanza su máximo al cabo de una
década, pese a las uctuaciones del PIB y del empleo
que pudiera existir, mejorando el bienestar notablemente
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Nota. La gura muestra: 1. La hoja de ruta del IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables, por sus siglas en inglés) se reere a un plan
estratégico que establece las metas y objetivos a largo plazo de esta organización en el campo de las energías renovables. 2.Las perspectivas del
sistema socioeconómico que pueden ser alteradas con la implementación de la transición energética incluye todas las estructuras e interacciones
sociales y económicas existentes en una sociedad. 3. El modelo de transición energética no debe implantarse de forma independiente, sino integrada
en el sistema socioeconómico actual, produciendo asi numerosas y complejas interacciones entre ambos. 4. La huella socioeconómica de la transición
energética, se reere al impacto económico y social resultante de cambiar de fuentes de energía tradicionales (como los combustibles fósiles) a fuentes
de energía más limpias y sostenibles, como las energías renovables. IRENA International Renewable Energy Agency IRENA (2018).
Figura 3
Determinación de la huella socioeconómica una combinación de una hoja de ruta de transición energética y la estructura
y perspectiva de un sistema socioeconómico
Armonizar las estructuras socioeconómicas
y la inversión con la transición energética requiere
importantes inversiones complementarias a la inversión
necesaria para la adaptación al cambio climático que ya
está en marcha. Cuanto menos tarde en materializarse
la transición energética, menores serán los costos
de adaptación al cambio climático y del trastorno
socioeconómico.
Organizaciones internacionales se han
pronunciado en las últimas dos décadas para hacer un
llamamiento reiterativo solicitando sumar los esfuerzos
para evitar un incremento de temperatura que lleve a una
catástrofe medioambiental con consecuencias graves
para la población.
En este escenario Guinart y Sánchez (2020)
resaltan la importancia de la intervención de los gobiernos
locales en la gestión de sus recursos, la cual debe basarse
en criterios de eciencia energética, y sustentarse en un
cambio de rol por parte de los responsables mejorando
o cambiando el que han ocupado tradicionalmente.
En esta oportunidad el énfasis debería ubicarse en
procesos de concientización de la población para que
como ciudadanos demandantes de servicios, como
consumidores-usuarios, asuman la corresponsabilidad
de la correcta gestión nal de los recursos. Estas
campañas de concientización deben ir acompañadas de
normas y protocolos que garanticen el conocimiento de
dichas normas, así como de la posibilidad que desde
la administración local se pueda impulsar o, llegado
el caso y atendiendo al interés general, actuar a través
de medidas coercitivas que aseguren su necesaria
implantación y cumplimiento.
Carrizo y Núñez (2016) describen la
dependencia de la Argentina de fuentes de energía
primaria y el tiempo empleado en los cambios de la
canasta energética, carbón mineral-petróleo-gas, en un
periodo de 180 años aproximadamente, señalan que
los prolongados tiempos utilizados para estos cambios
hacen necesario tener acuerdos políticos amplios y
continuos ya que implementar cualquier programa
energético excede la duración de un gobierno, por lo
tanto, se necesitan políticas de estado que se sostengan
en el tiempo, que presenten reglas claras y sobre todo
estables.
Del Valle (2020) explica que es necesario:
“repensar la integración energética sudamericana
en los años posteriores. Las ventajas socioeconómicas
de la transición (bienestar) van mucho más allá de
los incrementos del PIB e incluyen notables ventajas
sociales y ambientales, por dicha razón la transición
energética no se puede considerar de forma aislada o al
margen del sistema económico en el que se produce, la
transición energética puede llevarse a cabo por distintas
vías, con distintos efectos en el sistema socioeconómico
(Figura3). Para transformar el sistema energético global
INRENA (2018) dice:
Será necesario un cambio fundamental en la forma
de concebir y operar los sistemas energéticos.
Para ello se deberá realizar una planicación
del sistema energético a largo plazo, así como
formular políticas más holísticas y adoptar
enfoques más coordinados entre sectores y países.
Esto es crucial en el sector eléctrico, donde la
implantación oportuna de las infraestructuras y la
reformulación de las normativas sectoriales son
condiciones indispensables para una integración
rentable de la generación solar y eólica a gran
escala. Estas fuentes de energía serán la columna
vertebral de las redes eléctricas para 2050. (párr.
3)
159
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
frente a la incertidumbre de la Integración regional y la
transición energética global” (p.22), maniesta que se
vive momentos de incertidumbre, tanto en lo político
como en lo ideológico y económico, con un incremento
en la demanda de las nuevas clases medias que
cuestionan las instituciones por la baja conanza que
se tiene en ellas, exacerbando el reclamo por mejores
servicios en la salud, la educación y la seguridad. En este
contexto, la transición energética aparece y sustenta la
dimensión ambiental considerando a la energía como la
base del desarrollo económico, la cual según sus fuentes
impacta en los dos elementos claves de la problemática
energética: el cambio climático y el desarrollo sostenible.
En el Perú el Decreto Supremo 064-2010-
EM (2010) aprobó la Política Energética Nacional
2010-2040, la cual tiene como objetivos, entre otros, al
acceso universal al suministro energético, el desarrollo
de un sector energético con mínimo impacto ambiental
y bajas emisiones de carbono en un marco de Desarrollo
Sostenible, y al fortalecimiento de la institucionalidad
del sector energético. Por tanto, es necesario asumir
nuevos retos y ámbitos de actuación, utilizando nuevos
instrumentos y metodologías, para informar, concientizar
y enseñar sobre el uso de las nuevas fuentes de energía.
A partir de lo expuesto el objetivo de este
artículo fue analizar el Impacto del gasto público en la
transición energética de los departamentos más pobres
del Perú, caso Departamento de Ayacucho 2023.
Método
La investigación se realizó en la región de
Ayacucho del 2010 al 2023.
Se levantó la información aplicando una
encuesta a una muestra de 19 personas, miembros
del Colegio de Abogados de Ayacucho, y mediante
entrevistas a funcionarios del Ministerio de Energía y
Minas de la región Ayacucho.
Resultados
Indicadores del sector eléctrico a nivel nacional al
2022
El Perú en los últimos años experimento
un proceso de expansión de la actividad económica
y crecimiento sostenido de la población, factores
fundamentales en el aumento del consumo de la energía.
El consumo nal energético distribuido entre los sectores
básicos de la economía, revela que el sector transporte
consume el 43%, el sector residencial el 19% y los
sectores: comercial, público, agropecuario, pesquería,
minero e industrial el (20%) del consumo total (Instituto
Nacional de Estadística e Informática - INEI, 2023)
(Figura 4).
El consumo nal de energía de todos los sectores
se cubre con la energía disponible de producción interna
y con importación. Durante el año 2022, se generaron
un total de 59 713 GWh de energía eléctrica en el país, y
se importaron 32 GWh. Al año 2023 la producción de la
energía eléctrica está a cargo de 124 centrales eléctricas,
de las cuales 75 son hidráulicas, 27 termoeléctricas ,7
eólicas, 8 de biomasa y 7 solares.
En cuanto a la energía eléctrica total disponible
(generación nacional más la importación) el 87,5% de
la energía total llegó al consumidor nal, el 11,1% se
perdió en el proceso de transmisión y distribución y
el 1,4% se utilizó para los servicios auxiliares de las
centrales eléctricas.
Nota. La gura muestra el consumo de energía en el Perú en el periodo 2010-2022 de cada uno de los sectores de la actividad económica. Tep es la
tonelada equivalente de petróleo (tep, en inglés toe) es una unidad de energía. Su valor equivale a la energía que rinde una tonelada de petróleo, cuyo
valor convencional es de: 41 868 000 000 J (julios) (41,87 GJ) = 11 630 kWh (kilovatios-hora). Construido con datos del INEI (2023).
Figura 4
Perú: Consumo de energía por sectores 2010-2022 (en 10
3
tep)
160
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
De acuerdo con la matriz energética del año
2022 la producción de energía eléctrica interna tenía
como fuente principal a la energía térmica que aporta
un 71% (en la que destaca el petróleo con 33%; el gas
natural con 34% y los combustibles fósiles, altos en
emisiones de dióxido de carbono y metano y carbón
mineral, con 4%), seguida de la hidráulica con 14%; y
otras fuentes de energía primaria con el 15%, entre las
que se encuentran la leña, los productos de caña y la
biomasa.
Entre otros factores que impulsan el consumo
de energía están, la expansion de las zonas urbanas
y la politica de gobierno que busca la ampliación de
la cobertura energética a las zonas rurales, según el
Ministerio de Energía y Minas - MINEM (2022). El
acceso al servicio eléctrico en el transcurso del 2020
incluyo a 58,961 habitantes de zonas rurales, acción
que fue posible por la culminación de ocho proyectos
de electricación (en Cajamarca que es uno de los
departamentos más pobres se culminaron tres proyectos
beneciando a más de 27 mil personas; en Amazonas dos
proyectos, beneciando a 6,782 personas, en Huánuco
se desarrolló el proyecto de mayor envergadura,
beneciando a más de 21 mil personas). En Áncash
y Huancavelica también se ejecutaron proyectos
permitiendo que 6,480 personas de esas regiones cuenten
ahora con el servicio (Organización Latinoamericana de
Energía - OLADE, 2022, p.20).
En el Perú, la transición energética hacia
una alternativa más limpia resulta necesaria, pues
actualmente el país depende de los combustibles
fósiles que seguirá siendo determinante, así como, la
contribución de los hidrocarburos líquidos y gaseosos
tal como lo revela la matriz energética. Lo preocupante
es que la fuente más importante de producción de
energía es la más contaminante por la alta producción
de “emisiones de CO2” que se genera durante el proceso
de combustión de las fuentes de energía fósiles y que
representa entre el 70% y el 90% del total de emisiones
antropogénicas.
Figura 5
Perú: Producción en GWH y demanda de energía eléctrica (número de clientes), 2012-2021
Nota. La gura muestra como el nivel de consumo sobrepasa a la producción interna con el agravante de que es producción basada fundamentalmente
en fuentes contaminantes. Construido a partir de los datos del INEI (2023) y el MINEN (2023).
El resto es emitido bajo la forma de monóxido
de carbono (CO), metano (CH4) y otra forma de
hidrocarbonos compuestos, que en el lapso comprendido
entre unos pocos días hasta 10 u 11 años, se oxidan en la
atmósfera para convertirse en “CO2” (OLADE, 2022, p.
47).
Por otro lado, la demanda de energía medida
por el número de clientes sigue creciendo (Figura
05), haciendo presión sobre la producción de energía
eléctrica que no abastece y que hace necesario importar
para satisfacer la demanda.
Producción y pobreza en el departamento, de
Ayacucho 2010-2021
El departamento de Ayacucho se encuentra
ubicado en la zona sur central de los andes peruanos, con
un área total de 43 821 km2, equivalente al 3,4 por ciento
del territorio nacional. Su suelo es muy accidentado por
el cruce de dos cordilleras que lo divide en tres unidades
orográcas: montañosa y tropical al norte, de abrupta
serranía al centro y de altiplanicies al sur. Se encuentra
políticamente dividido en 11 provincias y 124 distritos
(Banco Central de Reserva del Perú - BCRP, 2022).
De acuerdo con el Censo de Población y
Vivienda 2017 la población censada en Ayacucho fue
de 616 176 habitantes (2,1 por ciento de la población
censada nacional) de los cuales el 50,6 por ciento fueron
mujeres (INEI, 2017).
La Población Económicamente Activa (PEA)
del departamento al 2022 fue de 405,0 mil personas,
de las cuales el 93,1 por ciento estaban ocupadas,
mientras que el 6,9 por ciento estaba desocupada. De
la PEA ocupada el 50,4 por ciento laboraba en sectores
extractivos (agricultura, pesca y minería); 26,7 por
ciento en servicios (transporte, enseñanza, sector
público, restaurantes, entre otros); 13,8 por ciento en el
161
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Tabla 1
Participación del Producto Bruto Interno de los departamentos de Lima, Huancavelica y Ayacucho 2010-2021(en %)
Nota. El aporte a la riqueza del país (participación del PBI nacional), no se ha incrementado en los departamentos de Ayacucho y Huancavelica durante
el periodo analizado (2010-2021). Salir de la pobreza les exige la mejora continua de su nivel de participación relativa respecto al PBI Nacional.
Construido con datos del INEI (2023).
Incidencia de la pobreza en Ayacucho
El departamento de Ayacucho se ubica dentro
del área considerada con más población en condición de
pobreza en el Perú, calicada así por la incapacidad de
las personas para satisfacer sus necesidades básicas de
alimentación, salud, condiciones de vivienda, educación,
empleo, ingresos, gastos, y aspectos más extensos como
la identidad, los derechos humanos, la participación
popular, entre otros. INEI (2000) los mayores niveles de
pobreza se registraron en Ayacucho (40.5%), Cajamarca
(38%) y Huancavelica (36,9%) (Ministerio de Desarrollo
e Inclusión Social – MIDIS, 2023).
Del total de la población en situación de
pobreza, el 51,6% son mujeres. Asimismo, el 94,7% de la
población pobre ocupada tiene un empleo informal y solo
el 5,3% es formal. Además, el 61,1% es independiente y
el 38,9% se desempeña como dependiente (empleados,
obreros y trabajadoras del hogar).
sector comercio; 6,6 por ciento en construcción; 2,2 por
ciento en manufactura; y otros servicios 0,3 por ciento
(INEI, 2023).
Ayacucho: Producto Bruto Interno
La dinámica de la economía del departamento
de Ayacucho se resume en el PBI, cuyo comportamiento
durante los últimos años estuvo inuenciado
principalmente por las actividades agropecuarias; la
extracción de petróleo, gas y minerales; construcción,
comercio y otros servicios, los cuales en conjunto
representaron el 72,3 por ciento del VAB departamental
al 2021. De otro lado, las actividades con mayor tasa
de crecimiento promedio anual (2011-2021) fueron las
telecomunicaciones y otros servicios de información
(11,5 por ciento), construcción (5,2 por ciento),
extracción de petróleo, gas y minerales (6,2 por ciento),
administración pública y defensa (5,3 por ciento). BCRP
Huancayo (2021).
El aporte departamental a la generación
de riqueza del país, en el periodo 2010 -2021, fue en
promedio de 1.03 % en comparación con el departamento
de Lima que fue de 44% quien es a su vez el principal
generador de energía. El departamento de Huancavelica
que es el segundo mayor productor de energía aporta
menos del 1% a la riqueza nacional (PBI) (Tabla 1).
Figura 6
Ayacucho: Incidencia de la pobreza en 2012-2021
Nota. El departamento de Ayacucho no ha logrado mostrar una reducción de pobreza por debajo del 35% durante el periodo examinado. El esfuerzo
realizado para disminuir la incidencia de pobreza desde 2012 tiene su expresión máxima en el 2017 (35.6%), pero luego se inicia un sendero de
agudización que alcanza el (46.4%) en el 2020. Se espera que el 2023 mejore el indicador para el departamento (MIDIS, 2023).
162
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
La incidencia de la pobreza tiene un impacto
signicativo en el desarrollo de la población y en la
sociedad en general, limitando el potencial de crecimiento
económico de la región o el país, la incidencia revela
que porcentaje de la población es pobre en general,
muestra quienes tienen un menor poder adquisitivo y
menos capacidad para invertir en el desarrollo de sus
propias habilidades y en algún emprendimiento y revela
ser un limitante de acceso a servicios legales e incentiva
la discriminación y la exclusión social. Estos factores
pueden socavar la cohesión social y la estabilidad en
una sociedad. En el caso del departamento de Ayacucho
el gobierno con la implementación de las políticas y
programas para reducir la pobreza, en la década 2010-
2020, había reducido la incidencia de la pobreza de 52.6
% en el año 2012 a 35.7 % en el año 2017; no obstante,
a partir del 2018 la pobreza empieza nuevamente a
crecer, afectando a 40.5% de la población en el año 2022
(Figura 6).
Indicadores de la pobreza energética en Ayacucho
Figura 7
Perú: Producción de energía eléctrica por departamento 2021
Nota. La Figura muestra la importancia de Lima y Huancavelica juntos acumulan el 59.3% de la producción nacional, dejando el 40.7% es cubierto
por el resto de los departamentos (22 departamentos y la provincia constitucional del Callao). Diez (10) departamentos producen cada uno menos del
1.00% de energía eléctrica: Loreto, Ucayali, Tacna, Lambayeque, Amazonas, San Martin, Apurímac, Tumbes. Ayacucho y Madre de Dios. Las barras
rojas identican a los departamentos pobres y las barras azules a los departamentos no pobres. Construido con datos de INEI (2023).
Producción de energía
La producción de energía eléctrica en el
departamento de Ayacucho alcanza alrededor de 10.7
Gigawatts hora, la cual es una cantidad signicativa de
energía que contribuye a satisfacer las necesidades de
electricidad de Ayacucho, de forma segura y conable,
pero que no alcanza para cubrir la totalidad de la
demanda. En el contexto nacional esta producción de
energía eléctrica contribuye con 0.02% a la producción
total (Figura 09) y está constituida básicamente por
energía de fuente hidráulica y en menor proporción de
fuente térmica. El mayor productor de energía eléctrica
es el departamento de Lima (Tabla 02) que produce el
41.6% de la energía del país, que equivale a 23 848,6
Gigawatts hora, de los cuales el 70 % es de fuente
térmica altamente contaminante y el 30% restante es
de fuente hidráulica; Huancavelica que es uno de los
departamentos clasicados como pobre, aporta el 17.8%
a la energía total, equivalente a 10 202,5 Gigawatts hora,
de los cuales el 99% es de fuente hidráulica.
163
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Tabla 2
Perú: Producción de energía eléctrica - departamento y tipo de generación al 2021
Nota. Muestra la producción de energía del departamento de Ayacucho en relación con los departamentos de Lima, Huancavelica y el Resto. Construido
con datos INEI (2023).
Gasto en energía eléctrica
El gasto en energía, medido como porcentaje de
gasto de los hogares en energía eléctrica (medida a través
de un medidor), en comparación con los ingresos totales,
es alto, lo cual puede indicar una mayor vulnerabilidad
a la pobreza energética. A partir de la encuesta aplicada
se encontró que el 63.2% de los encuestados señalan
que gastan sumas entre el 10 y el 20 por ciento de sus
ingresos en el pago de energía (el hogar latinoamericano
promedio gasta en energía eléctrica 3.3% de los ingresos
y en gas doméstico 2%) a menores ingresos mayor gasto
en energía (Yépez y Jiménez, 2017).
Destinar un 15-20% del ingreso a las facturas de
energía representa una parte sustancial de los gastos del
hogar y pone en situación de vulnerabilidad económica
a la familia, dado que cualquier uctuación de los
precios de la energía resta su capacidad de compra de
otros bienes necesarios, esta carga afecta la capacidad de
consumo y por lo tanto su posibilidad de satisfacer otras
necesidades esenciales, tales como, alimentos, vivienda,
educación y atención médica. El dinero destinado al
pago de facturas de energía es dinero que no se puede
utilizar para mejorar la calidad de vida de la familia en
otras áreas, como el ocio, la educación o la inversión en
el hogar.
Revisando las variaciones del consumo (Figura
8) respecto a las de la facturación, se observa que si bien
la necesidad de la población respecto al consumo de
energía se incrementa esta no guarda una relación lineal
con respecto al costo que deben enfrentar para atender
ese mayor consumo, puesto que el costo, especialmente
a partir del 2014 en adelante, revela una variabilidad que
más que duplica la del consumo.
Figura 8
Ayacucho: Tasa de variación del Consumo y facturación de energía eléctrica, 2002 – 2022 (en porcentaje)
Nota. Muestra como fue evolucionando el consumo y la facturación de energía desde el 2003 al 2021. El crecimiento de la facturación es mayor que
la del consumo porque se factura más año a año que lo que se consume; El costo de la energía del 2014 al 2021 más que se duplica en su relación anual
con el consumo de energía del hogar. Construido con datos de Ministerio de Energía y Minas, MINEM (2022).
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Figura 9
¿Ha tenido problemas para pagar las facturas de energía en los últimos 12 meses?
Acceso a servicios energéticos
El departamento de Ayacucho para el año 2021,
se encontraba entre los departamentos con menor acceso
al servicio de energía eléctrica a través de la red pública,
ocupaba el lugar 20 entre los 24 departamentos con
una cobertura de 89.9% en comparación con Arequipa
que tenía una cobertura de 97,7%, Lima Metropolitana
de 97,6% y Áncash con 97,2% que son regiones
consideradas no pobres. En Ayacucho también existe
diferenciación de acceso a la red eléctrica entre el área
rural y urbana.
El área urbana, en Ayacucho tiene una
cobertura de 93.1% y ocupa el ante penúltimo lugar de
los 24 departamentos, mientras que, el área rural, tiene
una cobertura del 84% ubicándose comparativamente,
respecto al resto de áreas rurales de los otros
departamentos, en el puesto 12, la menor disponibilidad
de servicios básicos de energía, tal como la electricidad
y la calefacción en los hogares de la región, la falta de
acceso conable a estos servicios (accesibilidad) se
muestra como un indicador de la pobreza energética
del departamento. Cuando las familias están sometidas
a presiones de alzas de precios de la energía y esta
representa un porcentaje alto de su ingreso, entonces
el combustible para cocinar resulta caro y la población
puede por un lado recurrir a combustibles como la leña
u otras fuentes de energía tradicionales que pueden ser
dañinas para la salud y el medio ambiente.
Los subsidios a los combustibles pueden
ayudar a aliviar la carga económica de los ciudadanos
y las empresas, ya que reducen los costos de energía,
transporte y producción. Esto puede ser especialmente
benecioso para las personas de bajos ingresos que
dependen en gran medida de los combustibles para
satisfacer sus necesidades básicas.
En términos generales el 94.7 % de los
encuestados no tienen conocimiento respecto a
programas o subsidios de ayuda gubernamental para
pago de energía. El (57.9%) maniestan que no tienen
conocimiento alguno, y el (36.8%) que su conocimiento
solo llega a nivel de escucha sin conocer detalles; es
decir, el esfuerzo gubernamental puede que no tenga el
destino planicado y la transmisión de información boca
a boca pareciera que tampoco está funcionando. Solo el
5.3% maniesta tener un conocimiento básico de los
programas y subsidios.
Condiciones de vivienda
Las condiciones de vivienda y el acceso a
la energía están estrechamente relacionadas, ya que
la calidad de una vivienda puede tener un impacto
signicativo en el consumo de energía y, a su vez, en los
costos de energía para los residentes.
Entre los indicadores básicos de calidad de
vivienda está el acceso a servicios básicos y la capacidad
para mantener una temperatura adecuada en la misma,
también la Iluminación y los electrodomésticos se
revelan como problema, dado que los hogares con
iluminación ineciente y electrodomésticos antiguos
pueden consumir más energía de la necesaria.
Vulnerabilidad económica
La vulnerabilidad económica es importante
porque tiene un impacto directo en la vida de las
personas, en la igualdad social y está asociada al nivel
de ingreso. Ayacucho es un departamento con riesgo
de vulnerabilidad económica porque es el quinto
departamento con ingresos promedio más bajo del Perú.
El ingreso promedio mensual proveniente del trabajo al
2022, como principal fuente de ingresos (no considera
transferencias u otras fuentes secundarias de posible
ingreso), fue de 1222 soles cifra menor a la del promedio
nacional que fue de 1524 soles (INEI, 2023) y es la
cantidad monetaria con la que las personas enfrentan la
atención de los gastos de una canasta familiar limitada,
en la cual la valoración del pago de servicios es baja, y
los confronta con dicultades para cubrir la totalidad de
sus necesidades y obligaciones.
A partir de la encuesta se encontró que solo
el 15.8% de la muestra no ha tenido problemas para
la atención de pago de los servicios de energía, el
84.2% con diferentes grados de intensidad si ha tenido
problemas para pagar las facturas de energía (Figura 9).
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| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Mantener una temperatura adecuada de la
vivienda implica tener instalaciones para asegurar el
aislamiento eciente de la vivienda y evitar pérdidas
signicativas de calor en invierno y el ingreso excesivo
de calor en verano. Esto puede resultar en un mayor
consumo de energía para calefacción y refrigeración.
A partir de las encuestas se identicó que
el 21% de los encuestados señalan que no tienen
dicultades para mantener su hogar a temperatura
confortable, el 52.6% indican que, si tienen dicultades,
el 21.1% tienen y es bastante difícil manejarlas y el 5.3%
que es casi imposible mantener su hogar a temperatura
confortable (Figura 10).
Figura 10
¿Tiene dicultades para mantener su hogar a una temperatura confortable?
Otro de los indicadores de calidad es tener
acceso a la energía sin cortes ni interrupciones frecuentes
del servicio, porque los cortes pueden tener una serie
de implicancias importantes y negativas tanto a nivel
individual como a nivel de la sociedad en su conjunto,
las personas dependen de la electricidad para muchas
actividades esenciales. Los cortes de energía pueden
interrumpir la vida cotidiana de las personas y causar
inconvenientes. Esto incluye la pérdida de iluminación,
calefacción, refrigeración, acceso a dispositivos
electrónicos, y la capacidad de cocinar y conservar
alimentos generando estos hechos un alto costo
económico. Las empresas pueden experimentar pérdidas
nancieras debido a la interrupción de la producción y
las transacciones comerciales. Los cortes de energía
a menudo afectan de manera desproporcionada a las
personas en situación de vulnerabilidad, que pueden no
tener los recursos para hacer frente a las interrupciones.
Esto puede aumentar las desigualdades y agravar la
brecha entre diferentes grupos de la sociedad.
A partir de las encuestas se encontró que en
Ayacucho el 15.8% no ha experimentado cortes de Luz,
mientras que el 57.9% ha experimentado cortes de luz
con relativa frecuencia, y el 26.3% señala que tiene
cortes de luz muy frecuentes lo cual revela problemas en
la continuidad del servicio
Eciencia energética en los Hogares
La eciencia energética puede desempeñar
un papel signicativo en la lucha contra la pobreza
energética en localidades como Ayacucho porque al
mejorar la eciencia energética en los hogares, se
reduce el consumo de energía, lo que a su vez reduce
las facturas de energía. Esto benecia especialmente a
las personas de bajos ingresos que a menudo destinan
una parte desproporcionada de sus ingresos al pago de
servicios energéticos.
Un hogar más eciente energéticamente
suele ser más cómodo y saludable. La capacidad de
mantener una temperatura constante en el interior,
independientemente de las condiciones climáticas,
contribuye a una mayor habitabilidad y al bienestar de
los residentes.
Los resultados de las encuestas evidencio
que El 100% de los encuestados no ha recibido apoyo
o asistencia para mejorar la eciencia energética en su
hogar, de ellos el 73.7 % maniestan rotundamente su
negativa de haber recibido apoyo o asistencia y el 26.3%
señalan haber escuchado o conocer de manera básica
respecto a la existencia del apoyo, pero no lo ha recibido.
La iniciativa de la comunidad es fundamental
para la implementación exitosa de medidas de eciencia
energética. Las comunidades desempeñan un papel
esencial en la promoción y adopción de prácticas y
tecnologías que reduzcan el consumo de energía y
promuevan la sostenibilidad energética.
Las comunidades pueden aumentar la
conciencia sobre la eciencia energética y educar a sus
miembros sobre la importancia de reducir el consumo
de energía y las formas de hacerlo. Esto puede incluir
la organización de talleres, charlas informativas y
campañas de concientización. Cuando sus autoridades
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| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
demuestran un compromiso sólido con la eciencia
energética, pueden movilizar recursos.
Los hogares con una baja eciencia energética
están condenados a sufrir con mayor fuerza los impactos
del alza de precios de los combustibles, también pueden
aumentar su consumo de energía para mantenerse
cómodos, lo cual puede aumentar los costos energéticos
y aumentar la vulnerabilidad a la pobreza energética,
razón por la cual, resulta de suma importancia también
su capacitación en el uso de otras fuentes de energía.
A partir de las encuestas casi el 100% manifestaron no
tener acceso a ninguna fuente de energía alternativa.
Las respuestas inducen a pensar que para atender el
problema del uso de la energía nos debemos enfocar en
las mejoras para reducir su consumo.
El 78.9% de los encuestados señalan que no
han recibido información o capacitación sobre el uso
eciente de energía y el 21.1% que han escuchado algo
sobre el tema. Los resultados revelan que se necesita
acciones más contundentes por parte del estado para
divulgar la importancia de la utilización eciente de la
energía.
Potencial para producir energía
La red hidrográca del departamento de
Ayacucho uye a la vertiente del Pacíco involucrando
ocho cuencas principales: Pampas, Mantaro, Apurímac,
Ocoña, río Grande, Yauca, Acarí y Chala. Otras tres
uyen a la vertiente del Amazonas: Ene, Caravelí y
Chaparra; y una Inter cuenca denominada Santa Lucía.
El río más importante es Pampas y nace en las
lagunas de Choclococha y Orcococha en el departamento
de Huancavelica. La cuenca del río Pampas es la más
extensa del departamento. Asimismo, destaca la presa
Cuchoquesera, con una capacidad máxima de 80
millones de metros cúbicos. Al respecto, el embalse
se orienta a regular la descarga de los ríos Choccoro,
Apacheta y Chicllarazo, los cuales son auentes del río
Cachi.
Política Pública - Gasto público para la transición
energética
El gasto público en términos generales tiene
su correlato en el bienestar de la población, un mayor
gasto público y un gasto con calidad es sinónimo de
una sociedad que se desenvuelve adecuadamente por un
sendero de crecimiento. Es dentro de este razonamiento
que el gasto público desempeña un papel crucial en el
sector energético y es de esperarse que tenga una serie
de impactos signicativos en la producción y el consumo
de energía, así como en la transición hacia fuentes de
energía más sostenibles; juega un rol determinante en la
creación de la infraestructura básica para garantizar un
suministro de energía conable y eciente, al nanciar
la construcción y mantenimiento de plantas de energía,
redes de transmisión y distribución, y de proyectos de
energía renovable.
En el Perú el gasto público para la atención
relativa a los temas de energía se observa a través de
los recursos que se asignan al Fondo de Inclusión Social
Energético (FISE), creado para proveer compensación
social y promover el acceso al GLP de los sectores
vulnerables, urbanos y rurales (masicación del uso
del gas natural), y los recursos que se otorgan a través
del programa estratégico (PE 0008), posteriormente
(PE 0046) “Acceso a energía a localidades rurales” y
“Acceso y Uso de la electricación rural” que buscan
crear las condiciones básicas de accesibilidad.
La asignación presupuestal de los programas
estratégicos 0008 y 0046 a los departamentos de
extrema pobreza (Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica,
Huánuco, Loreto, Pasco y Puno), han representado en
promedio el 43% del total de recursos que ha manejado
el programa durante el periodo bajo análisis, dentro
de ese porcentaje a Ayacucho le ha correspondido en
promedio el 3.7%.
La Figura 11 muestra la relación en valores
absolutos entre el presupuesto aprobado al programa
estratégico y lo que le ha correspondido al departamento
de Ayacucho.
La asignación presupuestal al departamento de
Ayacucho como parte de los programas 0008 y 0046, no
muestra una relación directa con los montos aprobados
para los programas año a año. Asimismo, se observa que
entre 2013 (año en que se alcanza la mayor aprobación
presupuestal para el programa) y el año 2016 (año de
menor aprobación presupuestal para el programa) existe
una caída permanente en los recursos del programa. Es
a partir del 2017 que se identica una lenta recuperación
en la aprobación presupuestal del programa, la cual se
espera se mantenga hasta el 2023, y que además tenga
un efecto directo en la asignación que le corresponda al
departamento de Ayacucho.
167
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Figura 11
Asignación presupuestal total del Programa Estratégico 0008 (2010-2011) y 0046 (2012-2018): Acceso y uso de la
Electricación Rural y el Departamento de Ayacucho (en millones de soles)
En la Figura 12 se muestra la ejecución
presupuestal de los programas 0008 y 0046 en el
departamento de Ayacucho para el periodo analizado.
Las cifras reveladas no alivian la preocupación respecto
a la baja asignación de recursos para la atención de los
problemas de la energía, sino que más bien profundizan
la problemática al cuestionarse si los ejecutores del
gasto son conscientes de las oportunidades perdidas al
observar que los niveles de ejecución del gasto, durante
los años 2015 al 2018, alcanza en promedio el 55% del
total asignado.
Es un hecho indudable que el uso de la energía
Nota. Ayacucho en términos absolutos recibió la asignación presupuestal más alta en el año 2010 (soles 38.5 millones), luego en promedio su
asignación anual para el periodo 2011 al 2017 alcanzo a (soles 19.29 millones); en el 2018 recibe un monto más alto que el promedio referido, pero
aun catorce millones menor a la asignación que recibiera en el 2010. Construido a partir MEF (2023) Consulta Programas Estratégicos - Presupuesto
por Resultados.
se relaciona con casi todas las acciones y actividades que
realizamos día a día. En este contexto es preocupación
válida para mejorar la calidad de vida de las personas el
pensar en una energía limpia, libre de contaminación,
y sobre todo disponible y asequible. García (2014),
señala “Parece claro que superar la pobreza y mejorar
los niveles de desarrollo humano de la población en el
mundo es una meta que tendrá que ir acompañada con
el aumento en el consumo de energía per cápita para
todas las personas” p.7. Es decir que, contrario sensu, un
bajo nivel de consumo de energía implica un deteriorado
nivel de vida o situación de pobreza.
168
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
Figura 12
Nivel de ejecución del presupuesto asignado a los programas 0008 (2010-2011) y 0046 (2012-2018): Acceso y Uso de
la Electricación Rural-Asignación de Recursos del Programa a Departamentos de Extrema Pobreza y de Ayacucho
(en millones de soles)
Nota. El departamento de Ayacucho durante el periodo 2015 al 2018 recibió en promedio una asignación de 19.75 millones de soles, ejecutando en
promedio en el mismo periodo la suma de 10.65 millones.
La Figura 13 muestra la percepción de los
encuestados respecto a la afectación de la pobreza
energética en las comunidades urbanas y rurales en el
departamento de Ayacucho. Los resultados señalan que
solo el 21.1% percibe que la pobreza energética afecta por
igual a las comunidades rurales y urbanas; el diferencial
(78.90%) maniesta que en diferentes magnitudes la
pobreza energética si afecta a las comunidades urbanas
y rurales del departamento de Ayacucho.
Figura 13
¿Cómo crees que la pobreza energética afecta a las comunidades rurales y urbanas de Ayacucho de manera diferente?
Discusión
Considerando que existe una relación
vinculante entre la pobreza y el desarrollo, el acceso a
fuentes modernas de energía se convierte en un requisito
esencial para mitigar la pobreza, facilitar la creación
de oportunidades de empleo, mejorar prestación de
servicios sociales, elevar los niveles de educación de la
población y, en general, promover el desarrollo humano,
coincidiendo con lo planteado por Dehays y Schuschny
(2018). El departamento de Ayacucho requiere mejorar
la propuesta del gasto público para atender las demandas
sociales porque se encuentra entre las regiones de
mayor pobreza; asegurar la accesibilidad a las fuentes
de energía, es una prioridad que involucra la acción del
gobierno en sus diferentes niveles central, regional y
local.
Salir de la pobreza no solo es accesibilidad a la
electricidad, es también optar por un modelo diferente
169
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
de producción y consumo de energía, implica no repetir
el patrón tradicional de un estilo de producción y
consumo basado en combustibles fósiles. La tendencia
en el mundo es a sustituir a los combustibles fósiles
por las fuentes de energías renovables. Según ENEL
(2023) el proceso de transición energética no es algo
nuevo en la historia. En el pasado ya asistimos a otros
grandes cambios históricos, como el de la madera al
carbón en el siglo XIX o del carbón al petróleo en el
siglo XX. Lo que caracteriza esta transición respecto a
las anteriores es la necesidad de proteger el planeta de
la peor amenaza que hemos tenido que afrontar hasta
la fecha, el sobrecalentamiento de la tierra. Para evitar
continuar con este proceso, la herramienta principal es
la transición energética, o sea, cambiar de un sistema
energético radicado en los combustibles fósiles a uno de
bajas emisiones o sin emisiones de carbono, basado en
las fuentes renovables coincidiendo con Álvarez (2022)
que recomienda cambiar el modelo energético imperante
porque este resulta inviable si queremos preservar las
condiciones naturales que facilitan una vida civilizada
en el planeta. Sostiene que el actual modelo que ha
conducido a la crisis energética-climática revela con
mayor claridad los límites biofísicos de la civilización
industrial. El modelo energético vigente construido
sobre la base energética de los recursos fósiles y la
intensicación y expansión del industrialismo ha
evidenciado la existencia de límites en la disponibilidad
de los recursos y límites en la capacidad de asimilación
de los residuos. La contaminación del aire, de las aguas
y de la tierra con todo tipo de residuos (sólidos, líquidos
y gaseosos) no solo ha hecho del planeta un inmenso
vertedero, sino que además ha conseguido alterar el
clima en la troposfera y modicar la estructura de la
atmósfera.
Resulta un reto para los departamentos con
pobreza energética, como es el caso de Ayacucho,
postular la transición energética, no solo porque este
hecho signica el cambio de la fuente primaria de
energía, sino porque también implica la participación
del estado a través de una política pública precisa que,
acompañada de una asignación de recursos suciente
permita la construcción y mantenimiento de una
red de infraestructura para dar acceso universal a la
energía, así como, coadyuve a la modicación de los
estilos de consumo de energía de la población, entre
otros. El abastecimiento de energía eléctrica para las
actividades industriales y la población en general
implica la generación, transmisión y distribución de
energía limpia. En las regiones con pobreza energética,
es importante educar a las comunidades respecto de las
ventajas de la transición energética, así como, de los
benecios que pueden obtener de ella. Esto incluye la
promoción de la eciencia energética, la adopción de
tecnologías limpias y la comprensión de los impactos
positivos en la salud y el bienestar. La participación
de los tres niveles de gobierno (central, regional y
local) resulta de vital importancia; no obstante, se debe
destacar que el involucramiento, participación directa,
y compromiso por parte de los gobiernos locales en
la transición energética se revela fundamental, dada
su cercanía a la realidad, necesidades, características
geográcas, e idiosincrasia de su población, lo cual debe
contribuir a la identicación y propuesta de alternativas
que contribuyan de manera eciente con el proceso de
transición energética.
La transición energética debe ser llevada a
cabo de manera justa y equitativa. Esto signica que
se deben considerar políticas y programas que eviten la
marginación de las comunidades más vulnerables. Se
pueden implementar medidas como tarifas diferenciadas,
subsidios para energías limpias y programas de
capacitación y empleo en los diferentes sectores cuya
actividad afecta el medio ambiente con el uso de
energía inadecuados. Lo importante es que la transición
energética sea inclusiva y no deje a nadie atrás. En otros
términos, como sostiene ENEL (2023), la transición
energética debe ser justa, es decir, la lucha contra la
pobreza energética y las inversiones deben garantizar el
acceso a la energía limpia, y representar una importante
oportunidad de desarrollo para las comunidades locales.
La transición justa, es optar por una manera
diferente de atender las necesidades de energía, es revisar
el comportamiento del hombre en todos sus aspectos para
abordar los desafíos del cambio climático y la escasez
de recursos fósiles al combinar la descarbonización,
la electricación y la digitalización para crear un
sistema energético más limpio, eciente y sostenible, es
garantizar que las comunidades tengan acceso a fuentes
de energía asequibles y conables. Esto puede implicar
la expansión de redes eléctricas, el fomento de fuentes
de energía descentralizadas (como paneles solares o
micro redes) y la promoción de soluciones de bajo costo
y también estaciones de carga eléctrica.
Un aspecto importante para cambiar la matriz
energética está vinculado a la forma como la población
busca fuentes alternativas de electricación para la
atención de sus consumos, reemplazando la electricidad
producida a partir de fuentes fósiles por la generada
por fuentes renovables, así como también eligiendo
comportamientos vinculados a la eciencia energética.
Como plantea Cisneros (2019) Los consumidores, al
volverse más proactivos, harán que necesariamente
el comercializador de energía o el distribuidor, si es el
caso, busque nuevas formas y productos para atraer a
los clientes. En cuanto a las redes y operadores a nivel
de distribución, también tendrán mayores necesidades
de inversión ya sea por las infraestructuras de recarga,
las acometidas de viviendas, las adaptaciones de las
instalaciones eléctricas, o por la necesidad de integrar el
autoconsumo, y el uso de medidores inteligentes.
La implementación de la electricación en el
sector transporte en el Perú, sector con el mayor consumo
170
| Cátedra Villarreal Posgrado | Lima, Perú | V. 2 | N. 2 | julio - diciembre | 2023 |
de energía, demanda la existencia de estaciones de carga
eléctrica en un mayor número a las que en la actualidad
se tienen. Según los datos de la Asociación Automotriz
del Perú (AAP, 2023) solo se cuenta con 31 estaciones
de uso público, de las cuales 10 se ubican en Lima y en
Ayacucho solo existe una. Esta realidad demuestra que
hace falta la implementación de una mayor cantidad de
estaciones de carga, distribuidas en distintos puntos del
país.
A menudo, las regiones con pobreza energética
carecen de recursos nancieros para invertir en
tecnologías limpias. Es importante que haya apoyo
nanciero disponible, ya sea a través de subsidios
gubernamentales, nanciamiento asequible o inversiones
de organizaciones internacionales, para ayudar a estas
comunidades a realizar la transición.
Las autoridades en el departamento de Ayacucho
(gobierno regional y gobierno local), dentro del marco
de la política pública correspondiente, tienen que asumir
el compromiso de revisar los esfuerzos y resultados
hasta ahora obtenidos en la búsqueda de la transición
energética; es necesario, que a la luz de esos resultados,
de revelarse como insucientes o inadecuados, se
propongan políticas alternativas que debidamente
nanciadas contribuyan con la transición energética en
su territorio, asumiendo el rol protagónico en el cambio
del modelo energético en sus ciudades, enfrentando
los retos que este cambio implica, y utilizando nuevos
instrumentos y metodologías, para informar, concienciar
y enseñar sobre el uso de las nuevas fuentes de energía.
En el marco de este esfuerzo Ramón, Elliot
y Salazar (2023) presentan una propuesta que apoya
los esfuerzos y compromisos realizados por el Perú
para atender la reducción de las emisiones de gases
de efecto invernadero, plantean que el Gobierno
Central, a través del Ministerio de Energía y Minas en
coordinación con otras entidades nacionales relevantes,
impulse una política pública de transición energética
basada en los principios de accesibilidad, aceptabilidad
y asequibilidad, la cual implicara, entre otros, la
elaboración de una Ley de Transición Energética y
otros ajustes al marco legal y regulatorio existente. La
propuesta contiene una hoja de ruta básica que puede
ser el sustento para la consolidación e implementación
de una política pública que proporcione el fundamento
técnico y legal para las acciones a desarrollar orientadas
a la transición energética en el Perú.
Suma a este esfuerzo la propuesta de
Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y
Minería - OSINERGRMIN (2023) en la que sostiene
que en el Perú, existe un esfuerzo por hacer efectiva la
transición y proponen, la electromovilidad como una
buena alternativa; a pesar de que en el Perú, las ventas de
vehículos eléctricos han tenido una evolución creciente,
al pasar de 366 vehículos vendidos en 2019 a 2680 en
2022; la transición energética del sistema de transporte
es aún incipiente y está muy lejos de las cifras de países
vecinos como Chile y Colombia. Asimismo, al analizar
su participación en el mercado automotor peruano, las
ventas del 2022 solo representaron el 1.5% de las ventas
totales, mientras que en Colombia la participación fue
del 10.6%.
En el Perú, al igual que en el resto de los países,
la transición energética hacia una alternativa más limpia
resulta necesaria, pues actualmente el país depende del
consumo de combustibles derivados del petróleo.
Para alcanzar el Objetivo de Desarrollo
Sostenible 7 - ODS 7 (energía accesible y no
contaminante), se requiere de los esfuerzos del sector
público, el sector privado y la academia. En el caso del
sector público la información es limitada y tiene poca
difusión, hecho que restringe las acciones del sector
privado y hace evidente la necesidad de articular las
estrategias y labores que ellos implementan y llevan
adelante con el gasto público que se está efectuando
para atender las mismas. La academia, observadora
de hechos aporta con su preocupación y motivación a
efectuar estudios que evidencien el grado de efectividad
de esta articulación, contribuyendo así con la creación y
sistematización del conocimiento sobre la materia, que
es la intención de esta investigación.
Conclusiones
La pobreza energética en el Perú, es un desafío
aún pendiente de comprender y atender adecuadamente
respecto al cambio de la matriz energética y a los
compromisos internacionales asumidos relativos a la
reducción de emisiones de gases de efecto invernadero,
así como, al aumento y conservación de sumideros de
carbono.
La política pública, sustentada en el marco
legal existente y en la asignación presupuestal aprobada
durante el periodo analizado, revela que debe ser
revisada y mejorada, asumiendo no solo un mayor
compromiso respecto a los recursos que se proporcionan
para la universalización del consumo de energía a
nivel nacional, sino también en lo particular a los
departamentos de extrema pobreza que por su condición
presentan características y carencias distintas a las que
se observan en otros departamentos.
En el departamento de Ayacucho el consumo de
energía crece a una tasa menor que la tasa de crecimiento
de las tarifas de consumo eléctrico, situación que
profundiza la pobreza energética de la población.
Se evidencia la ausencia de programas de
desarrollo de capacidades en eciencia energética
y ahorro de energía, urge la necesidad de realizar
campañas de difusión pública respecto a la importancia
171
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de impulsar la transición energética, e implementar
programas de apoyo y asistencia para mejorar el manejo
de la energía en el hogar.
Recomendación
Es necesario llevar a cabo estudios especícos
para la medición de la pobreza energética (métricas)
debido a su naturaleza multidimensional, y así tener
una comprensión precisa de la situación de la pobreza
energética en el departamento de Ayacucho. Estos
estudios pueden ayudar a identicar las necesidades y
desafíos especícos de la región, lo que a su vez puede
orientar la implementación de políticas y programas
destinados a abordar la pobreza energética en esa área.
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