La configuración de un sistema textual en la narrativa de Washington Delgado
estéticas conformadoras de la cultura de
una época” (p. 1000).
La idea que interesó desarrollar en este
trabajo de investigación estuvo en la relación
entre textos que se pueden configurar a partir
de la producción literaria de un mismo autor y
que es una de las modalidades para la cons-
titución de los que se llama macrotexto, que
podría verse ya como el sistema literario del
autor. No es de extrañar que este tipo de re-
laciones se hayan desarrollado teóricamente
con el nombre de intertextualidad. A propósi-
to podemos decir lo siguiente: “(…) Entre los
diversos tipos de posible relación intertextual
señalado por la crítica, figuran la denomina-da
intertextualidad general (que se producen
entre textos de diversos autores, la restringida
(entre textos de un mismo autor) y la llama-da
intertextualidad interna o autotextualidad, que
es la relación de un texto consigo mismo, es
decir, la reduplicación interna que desdobla el
relato todo o parte bajo su dimensión litera-ria
-la del texto entendido estrictamente- o re-
ferencial, de la ficción (…)” (Estébanez,
2006: 450).
Una de la formas como se configura un sis-
tema literario del autor ha sido estudiada por
Campra al referirse a la narrativa de Roa Bas-
tos: “La frase con la que el narrador de ´Cuer-po
presente´ se refiere al cuento y recuento de la
vida de Chepé Bolívar puede considerarse como
una descripción, apenas metafórica, de la
organización general de la narrativa de Roa
Bastos. En efecto, uno de los caracteres más
evidentes en el caso de este escritor es, por una
parte, el retorno, en el interior de un mismo
libro, de personajes y situaciones que remiten de
un cuento a otro; por otra, la reproposición, en
cada uno de sus libros, de cuentos ya pu-
blicados en los libros anteriores: es como si El
trueno entre las hojas (1953) y El baldío (1966)
- que se presentan como conjuntos indepen-
dientes - afloraran y se entremezclaran en Los
pies sobre el agua (1967) y en Madera quema-
da (1967), hasta llegar a Moriencia (1969), en
donde los dos últimos son absorbidos” (Cam-
pra, 1987:789).
b. La narrativa de Wáshington Delgado
como sistema textual
En las Obras Completas de Wáshington
Delgado, el segundo tomo titulado Monólogo
del habitante / Cuentos y artículos culturales se
consigna lo siguiente: “Consta de seis cuentos
– uno de ellos ganador del Premio Copé – y
poco más de ciento veinte textos entre reseñas
literarias, pequeñas crónicas y artículos publi-
cados en diarios y revistas desde los años cin-
cuenta, muchos de los cuales aparecieron en la
columna Bagatelas del suplemento dominical
del diario El Comercio. Otros fueron publica-
dos en Letras Peruanas, Revista de Humani-
dades; en El Caballo Rojo, suplemento de El
Diario de Marka; y en el suplemento cultural de
el diario El Peruano.”
Cuando nos referimos a la narrativa delga-
diana, nos estamos refiriendo entonces a sus seis
cuentos que se configuran desde nuestra
perspectiva como un macrotexto, cuyas rela-
ciones intertextuales se perfilan a partir de las
relaciones intertextuales que existen entre ellos,
y como resultado de un afán técnico del autor de
crear un sistema textual a partir de micro-textos
que por sí solos podrían entenderse. Los cuentos
delgadianos son microtextos interrela-cionados
entre sí que configuran un macrotex-to; además,
dicha narrativa funciona como un sistema
textual: La muerte del doctor Octavio Aguilar,
Los relojes de tía Carolina, El tardío re-greso a
Lima, Tío Paco y el vagabundo, Mi primo Luis y
su prima Luisa y La carta fraguada.
El narrador de los cuentos anteriores se
configura como un solo sujeto que construye
las historias, además, del espacio en el cual se
desarrollan los personajes de los cuentos, me
refiero a la ciudad de Lima; las relaciones del
narrador con sus familiares que se establecen
a través de una relación de parentesco como
tíos, tías, primos, primas, etc. De manera ge-
neral se puede apreciar los elementos defini-
dores de un sistema textual.
Sin embargo, respecto a La muerte del
doctor Octavio Aguilar debemos recordar de
| Cátedra Villarreal | V. 3 | No. 1 | enero -junio | 2015 | 115