Propiedades Psicométricas del Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en adolescentes de Florencia de Mora-Trujillo- La Libertad 
 
 El nivel cognitivo: en el que están presentes 
fantasías  destructivas,  elaboración  de  planes 
agresivos e ideas de daño o perjuicio. 
 El nivel conductual: en el que pueden 
estar presentes manifestaciones corporales 
verbales y físicas explícitas. Este nivel es 
el  que  común-mente  denominamos 
agresión o conducta agresiva. 
 Las funciones  de  la  agresión  es reflexionar 
sobre la propiedad fundamental de la conduc-ta 
“motivada”  que  es  la  de  estar  orientada  a  la 
consecución de  metas  y  objetivos.  El  compor-
tamiento agresivo no está carente de objetivos, 
sino que por el contrario está dirigido al logro de 
una meta o finalidad específica. Claro está que 
la conducta orientada al daño se ve guiada por el 
propósito  deliberado  y  la  intencionali-dad.  Sin 
embargo,  la  planificación  y  la  ejecu-ción 
deliberada  de  comportamientos  agre-sivos  está 
mediada por diferentes procesos y mecanismos 
psicobiológicos  y  socioculturales  (Berkowitz, 
1996). 
 Durante las últimas décadas, la agresividad 
se ha clasificado de varias maneras en función 
de su expresión o según el objetivo de la agre-
sión. Sin embargo, el estudio de las funciones 
motivacionales de la agresión ha dado lugar a 
una  conceptualización  dicotómica  que  es  la 
que más valor heurístico presenta y es la que 
establece  una  clara  distinción  entre  agresión 
impulsiva – y premeditada (Andreu, Ramírez 
y Rainel (2006). En pocas palabras, esta dico-
tomía  viene  a  reflejar  la  acción  de  los 
procesos  biológicos,  psicológicos  y  sociales 
en  la  ejecu-ción  de  una  conducta  agresiva. 
Estos  procesos  corresponderían  a  distintos 
momentos en la secuencia que se origina en la 
codificación  de  indicios  en  una  interacción 
social, el de-seo de una meta, su búsqueda y, 
finalmente,  la  ejecución  de  la  conducta. 
Psicológicamen-te, la motivación tendría que 
ver con aspectos direccionales y prospectivos; 
mientras  que  la  emoción  haría  referencia  a 
reacciones afecti-vas referidas a la progresión 
eficaz hacia una meta determinada. 
 
 De tal forma, toda agresión conlleva la in-
tención de causar daño, pero  el perjuicio  no 
siempre es su principal objetivo o motivación. 
Existirían objetivos tanto a corto como a lar-
go plazo. Es decir, los agresores pueden tener 
otras metas en mente, además de la de produ-
cir daño, cuando atacan a sus víctimas. Para 
aclarar estos aspectos, Andreu (2010, citando 
a  Bushman  &  Anderson  2001)  incorpora  la 
distinción  entre  metas  o  fines  últimos  e  in-
mediatos  que  permite  comprender  mejor  las 
motivaciones de la agresión. La intención de 
causar daño estaría presente en toda agresión, 
aunque pueda expresarse de manera necesaria 
solo como un fin inmediato. Claramente, es el 
caso de la agresión impulsiva u hostil. Por el 
contrario, el fin último puede conducir a  di-
ferentes formas de agresión, de acuerdo a si se 
obtiene  beneficio  o  no.  La  distinción  entre 
fines  últimos  o  inmediatos  permite  analizar 
cuáles son los procesos comunes y específicos 
entre ambos tipos de agresión, con la ventaja 
de  poder  incluir  motivos  tanto  emocionales 
como  instrumentales  en  un  mismo  acto  de 
agresión (Andreu Ramírez, & Raine, 2006). 
 Por este motivo, la naturaleza y génesis 
de  la  agresión,  ha  conceptualizado  la 
agresión  impulsiva  como  una  agresión 
afectiva,  hostil  y  reactiva;  con  altos 
niveles  de  activación  neu-rovegetativa. 
(Andreu, 2010 citando a Siever, 2008). 
 Normalmente, este  tipo de  agresión se pro-
duce en respuesta a una amenaza percibida o a 
una provocación, ya sea esta real o imaginada. 
Por lo general, se  caracteriza por presentar ni-
veles  de  activación  emocional  de  enfado  y/o 
miedo,  y  habitualmente  representa  una  res-
puesta a un estrés percibido y se vuelve patoló-
gica  cuando  las  respuestas  agresivas  son  exa-
geradas frente a una provocación emocional. 
 Por  el  contrario,  la  agresión  premeditada 
suele definirse como una agresión instrumen-
tal, controlada o proactiva. Este tipo de agre-
sión  es  calificado  como  instrumental  porque 
tiene un objetivo más allá del daño que se le 
 
 
 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 2 | julio-diciembre | 2014 |  31