Elízabeth Leiva Loayza, Catalina Bello Vidal, Moraima Lagos Castillo, Carol Gorriti Rey
Introducción
Una quemadura es básicamente la apli-
cación de energía calorífica a los tejidos del
cuerpo con una intensidad tal que produce en
estos diferentes grados de destrucción.Un
porcentaje de quemaduras supone urgencias
de carácter gravísimo con tratamientos qui-
rúrgicos muy largos y secuelas físicas y psico-
lógicas muy importantes.Cualquier elemento
susceptible de producir calor sobre el organis-
mo puede producir quemaduras: calor, fuego,
corriente eléctrica, radiaciones, energía solar,
energía nuclear, productos químicos (Serra-
dell y Cateura, 2007).
Recordando la anatomía y fisiología de la
piel, diremos que la piel se divide en tres capas:
epidermis, capa externa de la piel formada por
células córnea; dermis o capa media, en ella se
encuentran los capilares sanguíneos y las ter-
minaciones nerviosas y tejido celular subcutá-
neo que es una capa formada por tejido graso y
conectivo entre la piel y las estructuras adya-
centes. La piel tiene diferentes funciones: sirve
de barrera contra las infecciones, contribuye a la
regulación de la temperatura y contiene el
sentido del tacto (De los Santos, 1999).
Serradel y Cateura (2007) las clasifica se-
gún su profundidad, en tres grados : primero,
segundo y tercer grado; algunos autores con-
sideran un cuarto grado. Las quemaduras de
primer grado se encuentran en la epidermis:
son dolorosas y eritematosas, pero no existe
lesión seria de tejidos, el eritema solar es un
ejemplo típico. Las quemaduras de segundo
grado presentan penetración parcial de los
efectos lesivos del calor en la dermis, lo que
implica a menudo la destrucción de glándulas
sebáceas, folículos pilosos y otras estructuras
de la dermis. Son exudativas e hiperémicas y
muy dolorosas. Las quemaduras de segundo
grado profundas comprometen los dos tercios
más profundos de la dermis. Los agentes etio-
lógicos suelen ser la llama directa o la acción
de líquidos calientes. La piel quemada puede
presentarse pálida o de color rojo brillante, de
consistencia dura o pastosa y puede haber
o no ampollas. Esta zona suele ser
insensible al ser punzada por lesión de los
terminales ner-viosas.
Las quemaduras de tercer grado también
denominadas de espesor total se caracterizan
por la destrucción en profundidad de las es-
tructuras de la piel, y aun pueden ser tan pro-
fundas como para afectar aponeurosis, mús-
culos, tendones, nervios, periostio o huesos;
estas últimas en realidad, serían las llamadas
quemaduras de cuarto grado. Presentan a me-
nudo un aspecto blanquecino y traslúcido y a
través de la piel puede observarse los vasos
sanguíneos, más oscuros, coagulados; el área es
indolora por la destrucción completa de las
terminaciones nerviosas. Tales quemaduras
producen cicatrices muy importantes y nece-
sitan tratamiento de cirugía plástica, en fases
posteriores a la curación. La ausencia de dolor
es de utilidad para valorar la profundidad de las
quemaduras en sus primeras 24-48 horas, ya que
el edema dificulta esta apreciación. Es entonces
que la prueba de la ausencia de dolor al
pinchazo, nos indicará que la lesión es pro-
funda. Sus agentes causales pueden ser la llama
directa intensa, agentes químicos muy agresi-
vos o líquidos calentados a gran temperatura
durante un período relativamente prolongado
(Schawartz,Chirino,Saenz y Rodriguez ,2008).
La extensión de las quemaduras se midió en
sujetos con quemaduras de segundo o ter-cer
grado. Refiere De los Santos(1999) que las
lesiones térmicas son cuantificables y los
transtornos fisiopatológicos se relacionan a la
extensión de la injuria. La palma cerrada del
paciente tanto adulto como niño corresponde al
1% de su superficie corporal y puede ser ins-
trumento rápido de estimación del porcentaje de
superficie corporal quemada en la escena del
accidente o en quemaduras pequeñas.Para
quemaduras extensas, tradicionalmente se uti-
liza el cómputo de la superficie quemada que
deriva de la “Regla de los nueves”.La superficie
corporal quemada se calcula en áreas de 9%
cada una, la cual incluye: cabeza y cuello, tó-
88 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 |