Efectividad del tratamiento con agua en
la rehabilitación del paciente quemado
Effectiveness of treatments using water
in rehabilitation of burn patients
Elízabeth Leiva Loayza*
Catalina Bello Vidal
Moraima Lagos Castillo
Carol Gorriti Rey
Recibido: abril 26 de 2014 | Revisado: mayo 20 de 2014 |
Aceptado: junio 10 de 2014
Facultad de Tecnología Médica
Facultad de Medicina Hipólito unanue
Universidad Nacional Federico Villarreal
Instituto de Salud del Niño
Ab s t r act
The goal of this study was to determine the benefits of water therapy in
the rehabilitation of patients with burns and to establish the
characteristics of the patient’s skin before and after the treatment. The
study sample was formed buy 112 patients. The inclusion criteria were
to present second and third degree burns in a stage of proliferation and
healing phase. The therapy sessions were held daily during an entire
year. The data was collecting using a special format detailing both
information and pictures from the stages before, during and after the
treatment. The results showed the effectiveness of the treatment in
relation to the color of the skin (p<0.001). Mc Nemar (?). About the
temperature and hydration values, we obtained a value of p<0.001.
About the thickness, no changes were observed, which an achievement
is already since skin naturally tends to thick. The study helped us
identify several risk factors: children younger than a year and a half
show OR = 8.5 of not achieving the normal parameter of skin color
compared to 7 year old children. Children who were admitted one day
or more after the initial burn presented OR = 4.9 of not achieving
normal parameters of scarring compared to those children who started
the treatment the same day of the accident.
Keywords: effectiveness, rehabilitation, water treatment,
burn patient
Re s u m e n
El objetivo de la investigación fue determinar los beneficios del
tratamiento con agua en la rehabilitación de pacientes con quemaduras y
establecer las características de la piel antes y después del tratamiento.
La muestra fue de 112 pacientes. Los criterios de inclusión fueron
presentar quemaduras de segundo y tercer grado en etapa de
proliferación y fase de cicatrización. Las sesiones fisioterapeúticas
fueron diarias durante un año. Los datos y fotos se recolectaron en una
ficha ad hoc en la etapa previa, durante y después del tratamiento. Los
resultados mostraron la efectividad en relación al color de la piel
(p=0.001). Con respecto a la temperatura e hidratación se obtuvo
p=0.001. En relación al espesor no se observaron cambios lo que
significa un logro, dado que la tendencia es a que la piel se engrose. El
estudio permitió identificar algunos factores de riesgo: los niños
menores de año y medio presentan OR=8.5 de no lograr el parámetro
normal de color de piel con respecto a los niños mayores de 7 años. Los
niños que fueron ingresados al día siguiente de la quemadura, o más
días, presentaron OR=4.9 de no lograr parámetros normales de
cicatrización con respecto a aquellos niños que iniciaron tratamiento el
mismo día del accidente.
Palabras clave: efectividad, rehabilitación, tratamiento con
agua, paciente quemado
* eleival@yahoo.com
| Cátedra Villarreal | Lima, perú | V. 2 | N. 1 | 87 - 97 | enero -junio | 2014 | issn 2310-4767 87
Elízabeth Leiva Loayza, Catalina Bello Vidal, Moraima Lagos Castillo, Carol Gorriti Rey
Introducción
Una quemadura es básicamente la apli-
cación de energía calorífica a los tejidos del
cuerpo con una intensidad tal que produce en
estos diferentes grados de destrucción.Un
porcentaje de quemaduras supone urgencias
de carácter gravísimo con tratamientos qui-
rúrgicos muy largos y secuelas físicas y psico-
lógicas muy importantes.Cualquier elemento
susceptible de producir calor sobre el organis-
mo puede producir quemaduras: calor, fuego,
corriente eléctrica, radiaciones, energía solar,
energía nuclear, productos químicos (Serra-
dell y Cateura, 2007).
Recordando la anatomía y fisiología de la
piel, diremos que la piel se divide en tres capas:
epidermis, capa externa de la piel formada por
células córnea; dermis o capa media, en ella se
encuentran los capilares sanguíneos y las ter-
minaciones nerviosas y tejido celular subcutá-
neo que es una capa formada por tejido graso y
conectivo entre la piel y las estructuras adya-
centes. La piel tiene diferentes funciones: sirve
de barrera contra las infecciones, contribuye a la
regulación de la temperatura y contiene el
sentido del tacto (De los Santos, 1999).
Serradel y Cateura (2007) las clasifica se-
gún su profundidad, en tres grados : primero,
segundo y tercer grado; algunos autores con-
sideran un cuarto grado. Las quemaduras de
primer grado se encuentran en la epidermis:
son dolorosas y eritematosas, pero no existe
lesión seria de tejidos, el eritema solar es un
ejemplo típico. Las quemaduras de segundo
grado presentan penetración parcial de los
efectos lesivos del calor en la dermis, lo que
implica a menudo la destrucción de glándulas
sebáceas, folículos pilosos y otras estructuras
de la dermis. Son exudativas e hiperémicas y
muy dolorosas. Las quemaduras de segundo
grado profundas comprometen los dos tercios
más profundos de la dermis. Los agentes etio-
lógicos suelen ser la llama directa o la acción
de líquidos calientes. La piel quemada puede
presentarse pálida o de color rojo brillante, de
consistencia dura o pastosa y puede haber
o no ampollas. Esta zona suele ser
insensible al ser punzada por lesión de los
terminales ner-viosas.
Las quemaduras de tercer grado también
denominadas de espesor total se caracterizan
por la destrucción en profundidad de las es-
tructuras de la piel, y aun pueden ser tan pro-
fundas como para afectar aponeurosis, mús-
culos, tendones, nervios, periostio o huesos;
estas últimas en realidad, serían las llamadas
quemaduras de cuarto grado. Presentan a me-
nudo un aspecto blanquecino y traslúcido y a
través de la piel puede observarse los vasos
sanguíneos, más oscuros, coagulados; el área es
indolora por la destrucción completa de las
terminaciones nerviosas. Tales quemaduras
producen cicatrices muy importantes y nece-
sitan tratamiento de cirugía plástica, en fases
posteriores a la curación. La ausencia de dolor
es de utilidad para valorar la profundidad de las
quemaduras en sus primeras 24-48 horas, ya que
el edema dificulta esta apreciación. Es entonces
que la prueba de la ausencia de dolor al
pinchazo, nos indicará que la lesión es pro-
funda. Sus agentes causales pueden ser la llama
directa intensa, agentes químicos muy agresi-
vos o líquidos calentados a gran temperatura
durante un período relativamente prolongado
(Schawartz,Chirino,Saenz y Rodriguez ,2008).
La extensión de las quemaduras se midió en
sujetos con quemaduras de segundo o ter-cer
grado. Refiere De los Santos(1999) que las
lesiones térmicas son cuantificables y los
transtornos fisiopatológicos se relacionan a la
extensión de la injuria. La palma cerrada del
paciente tanto adulto como niño corresponde al
1% de su superficie corporal y puede ser ins-
trumento rápido de estimación del porcentaje de
superficie corporal quemada en la escena del
accidente o en quemaduras pequeñas.Para
quemaduras extensas, tradicionalmente se uti-
liza el cómputo de la superficie quemada que
deriva de la “Regla de los nueves”.La superficie
corporal quemada se calcula en áreas de 9%
cada una, la cual incluye: cabeza y cuello, tó-
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Efectividad del tratamiento con agua en la rehabilitación del paciente quemado
rax, abdomen,espalda superior, espalda infe-
rior, glúteos, cada muslo, cada pierna, y cada
extremeidad superior.El periné completa el
1% de la superficie corporal total.Aunque útil
en adultos, la “regla de los nueves de Wallace
subestima la extensión en niños. En estos la
cabeza y el cuello presentan mayor
proporción de la superficie total y en infantes
y recién na-cidos más de un 21%. Para mayor
precisión y reproducción, la extensión de la
superficie corporal quemada debe ser
determinada en niños y hasta los 15 años de
edad, utilizando la tabla de Lund y Browder.
Tabla 1
Diagrama del área porcentual de las
regiones corporales según edad
Afirma Ortiz (2008) que las causas de las
quemaduras en el tercer mundo están directa-
mente relacionados a las condiciones de vida
de la población. A pesar de los avances cientí-
ficos y tecnológicos desarrollados, las quema-
duras siguen provocando la tercera parte de
las defunciones en niños en los países
industriali-zados y en los países llamados del
tercer mun-do, en EE.UU. constituyen la
segunda causa más común de muerte
accidental en niños menores de cinco años .
En Latinoamérica, las estadísticas de Chile
presentan a las que-maduras como la mayor
causa de muerte en-tre niños de uno a cuatro
años, en República Dominicana, también son
causa importante de morbimortalidad, con una
mortalidad del 18 al 26% en el 2002.
En el Perú, según datos estadísticos pro-
porcionados por el Ministerio de Salud (MIN-
SA, 2008) los pacientes accidentados por que-
maduras, a nivel nacional, constituyen el 4%
en menores de 1 año, de 1 a 4 años el 32%; de
5 a 9 el 5%; de 10 a 14 años 11%. Lo que sig-
nifica que los niños de 1 a 14 años constituyen
el 62% de la población con quemaduras. De
los 36,420 pacientes registrados en el (MIN-
SA) en el año 2008: 44% son niños de 0 a 9
años, 18% son jóvenes de 10 a 19 años, 31%
son adultos de 20 a 59 ,7% son personas de 60
años a más. De los niños que se accidentan,
aproximadamente, 70% corresponde a que-
maduras por líquidos calientes, 28% quema-
duras por fuego directo, 2% quemaduras por
electricidad y otros. De los niños quemados, el
70% es menor de cinco años.
La realidad de los datos estadísticos pre-
sentados sobre la situación de los pacientes
quemados constituye un problema de Salud
Pública. El Instituto de Salud del Niño, Ser-
vicio de Rehabilitación tiene un programa de
quemados en donde aplican un protoco-lo,
producto de la experiencia, con resultados son
bastante favorables y beneficiosos para los
pacientes. Utilizan solamente agua como ele-
mento que sustituye a los ungüentos o cremas
que, normalmente, se emplean en los pacien-
tes con quemaduras.
Sheridan( 2004) refiere que para lograr una
buena funcionalidad a largo plazo, los esfuer-
zos de rehabilitación comienzan en el mismo
momento en que se atiende al paciente, por lo
que los terapeutas físicos juegan un importan-
te papel desde el principio.Así mismo mani-
fiesta que si una parte del cuerpo queda inmó-
vil por un periodo prolongado, ocurre fijación
de las cápsulas y el acortamiento de tendones
y músculos.
Salvador, Novo, Lorda, Castillo, Torra i
Bou y Torregrosa (2011) realizaron una inves-
tigación comparativa acerca de la efectividad
del apósito de plata frente a otra aplicación, la
sulfadiazina argéntica en donde se men-
cionan que la quemadura produce un impor-
tante cambio en la flora dérmica del paciente,
de manera que se pierde inicialmente la flora
normal de piel y mucosas y se abre paso a la
colonización por gérmenes más virulentos. La
producción de exudados ricos en proteí-
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nas y los tejidos coagulados presentes en el
lecho de la quemadura constituyen un medio
de cultivo ideal para los microorganismos. La
utilización tópica de la crema de sulfadiazina
argéntica al 1 % se considera mayoritariamen-
te como tratamiento de elección para las que-
maduras a fin de tratar o prevenir la infección
local. Como resultado del estudio refieren no
haber encontrado diferencias significativas en
cuanto a la eficacia clínica, pero en re-
lación al número de curas (de 45 a 9) hasta la
completa reepitelización de la quemadura,
fase en la que esta investigación se concentra.
Terminada esta etapa curativa de reepiteli-
zación se inicia el pre experimento. A través de
los resultados se muestra el beneficio del agua
en la cicatrización de la piel que ha sufrido
quemaduras de segundo y tercer grado.
Antes se utilizaba, en la etapa de cicatri-
zación, cremas humectantes, masajes y ejer-
cicios (tratamiento conservador), lo que oca-
sionaba que la etapa de proliferación de la piel
se prolongue, debido a que la característica de
esta etapa es el aumento de la temperatu-ra. Por
ello, se estableció un nuevo protocolo de
atención para esta fase, reemplazando, las
cremas, masajes y ejercicios por el tratamiento
con agua (hidratación, humectación, presión) el
mismo que regula la proliferación de la piel. El
estudio planteado demostró la efectividad del
tratamiento de rehabilitación con el uso del agua
(elemento al alcance de las grandes mayorías) y
de costo mínimo.
Las fases del proceso de curación son: la
cicatrización que es la reparación de una
herida con tejido conectivo cuando falla la
capacidad del tejido lesionado para repararse
completamente por mismo y la regenera-
ción donde algunos tejidos son capaces de
reparar sus pérdidas de sustancia por medio de
la proliferación de sus elementos tisulares
respetados por la injuria, siempre que la pérdi-
da no sea de gran amplitud.
Tabla 2
Evaluacion de la cicatriz
Método
Diseño
La investigación fue cuantitativa, de diseño
pre experimental con pre prueba /post prueba
con un solo grupo (Hernández, Fernández,
Baptista, 2010). Los participantes fueron pa-
cientes con quemaduras de segundo y tercer
grado en etapa de proliferación, fase de cica-
trización. El ámbito temporal del estudio fue
de enero a noviembre del 2013 y el espacial
fue la consulta privada.
Participantes
La población estuvo conformada por todos
los pacientes que asistieron a la consulta y la
muestra la constituyeron los pacientes con
quemaduras de segundo y tercer grado, que
asistieron a la consulta y que reciben trata-
miento de las quemaduras con agua. El tama-
ño de muestra para una población de 150 con
un error de muestreo del 5% y nivel de con-
fianza del 95% fueron 112 pacientes. La uni-
dad de análisis fue un paciente con quemadu-
ra de segundo y/o tercer grado atendido con el
tratamiento con agua. La edad promedio
(±desviación estándar) fue de 4.3 (3.8) años.
La edad predominante fue de niños de 1.5 a 3
años (42.9%), siendo ligeramente más fre-
cuente el género femenino (52.7%).
Los criterios de inclusión fueron los pa-
cientes con quemaduras de segundo y tercer
grado en etapa de proliferación, fase de cica-
trización que asistieron al consultorio y acep-
taron el tratamiento de rehabilitación con
agua, y también rubricaron la ficha de consen-
timiento informado. Los criterios de exclusión
fueron: pacientes con otros grados de quema-
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Efectividad del tratamiento con agua en la rehabilitación del paciente quemado
dura, asistencia irregular, pacientes que no
aceptaron el tratamiento con agua, y aquellos
que durante el tratamiento requirieron de ci-
rugía, o presentaron comorbilidad (alergias,
enfermedades metabólicas).
Instrumentos
El instrumento fue la ficha ad hoc de
información. Se consignó en ella la filia-
ción, diagrama de áreas de quemaduras,
también se anotaron los grados de quema-
dura, localización, retractores articulares o
posible retracción, estado de la piel (color,
temperatura, hidratación, espesor) evolu-
ción semanal, parámetro normal para el alta.
Procedimiento
Los objetivos del programa fisioterapéuti-
co en el paciente con quemaduras fueron los
siguientes: recuperar las actividades perdidas
por la lesión, buscar la mayor funcionabilidad
y estética, asimismo lograr la máxima rehabi-
litación integrando al paciente a la sociedad.
Se recomienda que el inicio del trata-
miento sea precoz, es decir, el mismo día de
ocurrida la lesión; la frecuencia fue diaria
con monitoreo permanente, se reevaluó
semanal-mente para realizar los cambios
necesarios. Se considera que la duración del
tratamiento debe ser un año como mínimo,
dependiendo de la profundidad, extensión y
localización de la quemadura.
El tratamiento con herida cerrada post
injertos en la fase proliferativa, consistió en
primer término en la evaluación de la cicatriz
activa para después iniciar la hidratación; en
la fase de maduración o proceso de
inactivación se aplica presión y humectación.
Se consideró como cicatriz normal a aque-
llas en el que el restablecimiento epitelial se
efectuó con el mínimo rastro, sin depresión o
elevación, ni retracción o adhesión a los pla-
nos profundos o cambios de color; así mismo
sin causar dolor ni trastornos funcionales. Se
denominó reparación patológica a la inade-
cuada formación de tejido de granulación,
excesiva formación de componentes de repa-
ración y granulación exuberante. El control de
las cicatrices se realizó mediante la presión-
humectación. Con ella se controló la síntesis
de colágeno, y promovió la reagrupación de
las fibras de este y se obtuvo así cicatrices
pla-nas.La presoterapia se aplicó en el tejido
apto para recibir presión , mediante la venda
elás-tica, gradual y directa sobre la piel.
El programa de cuidado de piel consistió
en hidratación para restablecer el grado de
humedad normal de la piel, evitar presencia
de ampollas y piel seca, así como obtener
una temperatura normal de la piel. Los
parámetros normales para el alta fueron el
estado de la piel en cuanto al color que fue
el blanco, en rela-ción con la temperatura y
la hidratación que fue normal y el espesor
plano. Los pacientes que acudieron al
tratamiento se encuentran en etapa de
cicatrización de la superficie quema-da.
La hipótesis general fue “el tratamiento de
rehabilitación con agua del paciente con que-
maduras de segundo y tercer grado es efecti-
vay las hipótesis específicas, “el tratamiento
de rehabilitación con agua del paciente con
quemaduras de segundo y tercer grado es be-
neficiosa, logrando los parámetros normales
para el alta en relación al estado de la piel
(co-lor, temperatura, hidratación y grosor).
La prueba estadística utilizada fue la de
McNemar,por cuanto esta prueba se utili-
za para decidir si se puede o no aceptar
que determinado tratamiento induce un
cambio en la respuesta de los elementos
sometidos al mismo.Es aplicable a los
diseños pre prueba y post prueba.
La Tabla 3 muestra que los pacientes que
acudieron a la sala de quemados (SQ) el mis-
mo día en que sufrieron el accidente fueron
(82.7%). El 52.8% de niños ingresó al trata-
| Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 | 91
Elízabeth Leiva Loayza, Catalina Bello Vidal, Moraima Lagos Castillo, Carol Gorriti Rey
miento de rehabilitación con agua, a menos de una semana del alta.
Resultados
Tabla 3
Características generales de pacientes con quemaduras de segundo y tercer grado
Figura 2. Pacientes con quemadura según agente causal
92 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 |
Efectividad del tratamiento con agua en la rehabilitación del paciente quemado
Tabla 4
Color, temperatura e hidratación de la piel al inicio y después del tratamiento
En la Tabla 4, el resultado final fue que 34
niños mejoraron frente a 5 que empeoraron,
siendo esta diferencia significativa (p=0.001).
En relación a la temperatura, se muestra que
de los 57 niños que empezaron el tratamien-to
con temperatura aumentada , 59.6% logró una
temperatura normal, y 16.7% de los 18 casos
que iniciaron con temperatura normal
empeoraron, siendo estas diferencias signifi-
cativas (p=0.001). En el caso de la hidratación
los resultados muestran similitud con los de la
temperatura.Al considerar el espesor de la
piel, 89.8% se mantuvó espesor plano , y de
los que ingresaron con piel elevada, 88% no
cambiaron el estado de la piel.
Tabla 5
Factores de riesgo para no lograr los objetivos del tratamiento en relación al
color,temperatura e hidra-tación de la piel
| Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 | 93
Elízabeth Leiva Loayza, Catalina Bello Vidal, Moraima Lagos Castillo, Carol Gorriti Rey
En la Tabla 5, se observa que los niños me-
nores de año y medio presentan 8,5 veces ma-
yor riesgo de no lograr el parámetro normal de
color con respecto a los niños mayores de siete
años (OR=8.5). El riesgo disminuye a seis pero
sigue siendo alto en el grupo de 1.5 a 3 años. Y
no hay diferencias de riesgo entre los niños de
tres a siete años respecto a los mayo-res de siete
(p=0.322>0.05).
Otro factor de fracaso fue la demora de
ingreso a hospitalización, pues los niños que
ingresaron al día siguiente o más días después
de la quemadura, presentaron cinco veces más
riesgo (OR=4.9) de no obtener los parámetros
normales relacionados al color de la piel, con
respecto a aquellos niños que fueron lleva-
dos el mismo día del accidente.
Se observan los factores asociados a una
temperatura aumentada al final del tratamien-
to. Estos fueron la edad, el color de la piel, y
el agente causal. Los resultados muestran que
los niños que sufren quemaduras con fuego
producido por incendio, combustibles, o piro-
técnicos tienen 10 veces más riesgo de
man-tener una temperatura aumentada al
final de la terapia (OR=10.1), que
aquellos niños que sufrieron quemaduras
por artefactos térmicos (plancha, tubo de
escape, electricidad, tosta-dora).
En relación con el tiempo los resultados
muestran que a mayor duración del tratamien-
to, mayor probabilidad de lograr los paráme-
tros normales, pues los niños que se trataron
durante seis o menos meses presentaron siete
veces más riesgo de que su piel no se hidrate
en relación a los niños que se trataron durante
ocho a 12 meses (OR=7.1).
Discusión
Según los datos estadísticos presentados por
Ortiz en el 2008, las quemaduras siguen
provocando la tercera parte de las defunciones
en niños en los países industrializados y en los
países llamados del tercer mundo constituyen la
segunda causa más común de muerte acci-
dental en niños menores de cinco años .
94 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 |
Efectividad del tratamiento con agua en la rehabilitación del paciente quemado
En países latinoamericanos como Chile,
las quemaduras representan la mayor causa
de muerte, en niños de uno a cuatro años, al
igual que en República Dominicana, en
donde se observó una mortalidad del 18%
al 26% en el año 2002.
Los resultados de esta investigación mos-
traron que los accidentes por quemadura fue-
ron más frecuentes en el grupo de edad de 1.5
a 3 años (42.9%). En segundo lugar, fue el
grupo de niñas menores de 1.5 años (22%)
mientras que en los niños fueron los de 7 a
más años (23%). En el país, según datos es-
tadísticos proporcionados por el MINSA los
pacientes accidentados quemados a nivel na-
cional, constituyen el 4% menores de 1 año,
de 1 a 4 años el 32%; de 5 a 9 el 5%; de 10 a
14 años 11%. Lo que significa que los niños
de 1 a 14 años constituyen el 62% de la
población con quemaduras.
En la población estudiada, el 79.6%
estu-vo constituida por niños menores de
un año a siete años. Este dato es mayor al
registrado por el MINSA en el año 2008,
donde se con-signa que el 44% de los
niños tiene de uno a nueve años.
Los niños que se accidentan, en relación al
agente causal y según datos proporcionados
por el MINSA son aproximadamente un 70%
(que corresponden a quemaduras por líquidos
calientes). Los datos encontrados en esta in-
vestigación (70.3%) corroboran la informa-
ción proporcionada por el MINSA. En cuanto
a las quemaduras, el segundo grado constitu-
el 53.6%, y se encontraron niños con que-
maduras de segundo y tercer grado( 28.2%).
Sheridan en el 2004 refiere que para lograr
una buena funcionalidad a largo plazo, los
esfuerzos de rehabilitación comienzan en el
mismo momento en que se atiende al pacien-
te, por lo que los terapeutas físicos juegan un
importante papel desde el principio. La inves-
tigación revela que 52.8% de niños ingresó al
tratamiento de rehabilitación con agua, a me-
nos de una semana del alta de hospitalización.
Al no existir antecedentes para esta inves-
tigación presentamos los resultados obtenidos
y los beneficios del tratamiento efectuado que
se inician en la etapa de cicatrización estable-
ciendo un nuevo protocolo de atención para
esta fase, reemplazando las cremas, masajes y
ejercicios (tratamiento conservador) por el
tratamiento con agua (hidratación, humecta-
ción, presión) el mismo que regula la prolife-
ración de la piel. La piel es una capa continua
que reviste todo nuestro cuerpo. Se considera
el órgano de mayor superficie y peso y es el
órgano más afectado en las quemaduras. Uno
de los objetivos específicos fue establecer las
características de ella, después de la
aplicación del tratamiento.
Se analizaron los resultados de las caracte-
rísticas de la piel desde el color, la temperatu-
ra, la hidratación y el espesor y ellos mostra-
ron la eficacia de la terapia en relación al
color de la piel, dado que, de los 34 niños que
inicia-ron con la piel de color rojo, 26 (76.5%)
me-joraron ya sea a rosado o a blanco, y los
otros ocho (23.5%) permanecieron sin
cambio. Así mismo, ninguno de los niños con
cicatrices de color morado empeoró.
El resultado final fue que 76.5% de niños
mejoraron frente a 15.6% que empeoraron; la
diferencia fue significativa (p=0.001 McNe-
mar). En relación al color de la piel, este es el
que se logra en el mayor tiempo, pasando de
color blanco a normal (pigmentación) y depende
de la genética del paciente. El color indica el
grado de actividad de las células de la cicatriz,
cuanto más se acerca al color blanco indica
inactividad e inicio de pigmentación.
Con respecto a la temperatura, también
hubo un efecto positivo en el tratamiento, ya
que de los 57 niños que empezaron mismo
con temperatura elevada, 34 (59.6%) logró
normalizar su temperatura en 3 (16.7%) ca-
sos de los 18 que iniciaron con temperatura
normal empeoraron, siendo estas diferencias
| Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 | 95
Elízabeth Leiva Loayza, Catalina Bello Vidal, Moraima Lagos Castillo, Carol Gorriti Rey
significativas p<0.001. Así mismo, en el caso de
la hidratación se obtuvó resultados simi-lares
que en el de la temperatura, y se puede afirmar
que para estas tres características (co-lor,
temperatura e hidratación) la terapia tuvo un
efecto positivo dado que en algunos casos logró
los parámetros normales y en otros me-joría ya
que se evila formación de cicatrices tal como
afirman Serradel y Cateura (2007) “tales
quemaduras producen cicatrices muy
importantes y necesitan tratamiento de ciru-gía
plástica, en fases posteriores a la curación”.
Con respecto al espesor de la piel , si bien
es cierto, los resultados muestran que un
89.8% se mantuvo en el mismo estado en
relación al inicio del tratamiento; este efecto
es un logro dado que lo normal es que la piel
se engrose y llegue a un espesor elevado.
Los factores de riesgo para no alcanzar los
objetivos del tratamiento planteado se obser-
varon en niños menores de año y medio que,
por lo general, presentan casi nueve veces ma-
yor riesgo (OR=8.5) de no lograr el parámetro
normal de color con respecto a los niños ma-
yores de siete años. El riesgo disminuye a seis
pero sigue siendo alto en el grupo de 1.5 a 3
años y no se encuentran diferencias de riesgo
entre los niños de tres a siete años respecto a
los mayores de siete (p=0.322>0.05). Los re-
sultados aquí escritos, en cuanto al parámetro
normal para el alta, revelan que en los niños
menores de tres años los resultados son más
lentos y a veces no satisfactorios. Esto puede
deberse a que los niños mayores de 7 años
suelen ser más cuidadosos en relación a la ali-
mentación y cuidado de la piel.
Otro factor de riesgo, fue la demora para in-
gresar a la sala de quemados u hospitalización,
pues los niños que ingresaron al día siguiente de
la quemadura, o más días, presentaron 5 veces
más riesgo (OR=4.9) de no obtener los
parámetros normales (color blanco) con res-
pecto a aquellos niños que fueron llevados el
mismo día del accidente, lo que confirma lo
dicho por Sheridan (2004) en relación al inicio
temprano o precoz del tratamiento.
Por los resultados mostrados se puede afir-
mar la efectividad del tratamiento de rehabi-
litación y los beneficios de la utilización del
agua en el paciente con quemaduras de segun-do
y tercer grado. Asimismo, se concluyó en esta
investigación que en relación al lugar de
procedencia de los pacientes, la gran mayoría
pertenece al cono norte (Puente Piedra, asen-
tamientos humanos) así como a la zona histó-
rica donde se encuentran los distritos más po-
bres de Lima, y es precisamente en estas donde
ocurrieron la mayoría de accidentes por que-
maduras (28.6% y 18.8 respectivamente).Este
resultado confirma lo manifestado por Ortiz en
el 2008 “Las causas de las quemaduras en el
tercer mundo están directamente relacionadas a
las condiciones de vida de la población
La condición del paciente quemado re-
quiere una situación de cuidado de salud
pro-longada y costosa; la utilización del
agua (ele-mento al alcance de las grandes
mayorías) y de costo mínimo, para el
tratamiento de tan penosa dolencia es una
alternativa viable y constituye un gran
aporte a los pacientes de menos recursos.
Finalmente, esta investigación probó los
beneficios del tratamiento de rehabilitación
con el uso del agua al lograr recuperar las
acti-vidades perdidas por la lesión, obtener
mayor funcionabilidad y estética.
96 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 |
Efectividad del tratamiento con agua en la rehabilitación del paciente quemado
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