Nelson Villacrés - Nora Herrera - Wilfreso Hernández
Introducción
Dentro del universo de los compuestos
químicos existe una familia que es fundamen-
tal en los procesos naturales y sintéticos: los
polímeros (Baeza, 2012). Un polímero es un
compuesto químico natural o sintético, for-
mado por polimerización de unidades estruc-
turales repetidas (Arias, 2007).
Los plásticos de origen petroquímicos
son muy demandados por las empresas y
los con-sumidores finales (Meneses et al.,
2007). La generación de desechos
constituye un pro-blema medioambiental
que se agrava cada vez más (Elgegren et al.,
2012). La cifra global de residuos plásticos
aumenta año tras años, debido a su
consumo que alcanza un millón de bolsas
plásticas por minuto (Valero et al., 2013).
El aumento y la conciencia ambiental
gene-ralizada, así como los esfuerzos para
reducir el flujo de volumen de residuos
plásticos (Endres y Siebert, 2012), pone en
énfasis el desarrollo de nuevos materiales que
generen menor im-pacto al medio ambiente y
que posean las mis-mas propiedades.
El uso de los polímeros naturales como
matrices poliméricas y el proceso en la obten-
ción de un plástico, fueron las bases del desa-
rrollo de los biopolímeros plásticos (Arévalo,
1996), los cuales se introdujeron por primera
vez en 1980 (Vroman y Tighzert, 2009) y se
han convertido en una gran alternativa como
sustituto de los polímeros sintéticos (Mendo-
za y Velilla, 2010).
Dentro de la variedad de polímeros natu-
rales que se utilizan se mencionan: proteínas
(colágeno, queratina, gelatina, proteínas de
leche, proteínas de soya, entre otras) (Rubio y
Guerrero, 2012), lípidos (Pérez et al., 2013) y
polisacáridos (almidón (Caicedo et al., 2010),
celulosa (Martínez y Vásquez, 2009) y
pectina (Aldana et al., 2011), entre otros).
Al usar polisacáridos y proteínas (Quin-
tero et al., 2010), en la formulación de plás-
ticos, se obtienen películas transparentes que
presentan propiedades mecánicas modera-das.
Sin embargo, estas películas son solubles y
permeables al vapor de agua. Para mejorar
dichas condiciones se adicionan compuestos
hidrofóbicos tales como ceras o aceites, y se
realizan tratamientos de entrecruzamientos de
moléculas (Domínguez y Jiménez, 2012) aña-
diendo finalmente un plastificante (Abdorreza
et al., 2011).
El uso de plastificante para elaboración
de plásticos se remonta a 1865 cuando se
adicio-naba en exceso, aceite de semilla de
algodón y ricino para el nitrato de celulosa.
En 1930, sur-gió el DOP (di-octil-ftalato),
uno de los plas-tificantes de mayor uso en la
actualidad, utili-zado en la plastificación del
PVC (poli-cloruro de vinilo).
En 1934 existían 56 plastificantes, en
1943 eran 150. En la década de los 60 ya
eran 300 y al final de los años 70 existían
más de 600 variedades de plastificantes
(Ramos De An-drade, 2010).
Los plastificantes son solventes inertes de baja
volatilidad. Estas sustancias aumentan la
flexibilidad en la cadena del polímero, la resis-
tencia a la fractura, la constante dieléctrica y al
mismo tiempo reducen la tensión de deforma-ción,
la dureza, la densidad, la viscosidad, la car-ga
electrostática de un polímero (Adeodato et al.,
2011), la temperatura de fusión y la tempera-tura
de transición vítrea (Enríquez et al., 2012).
El objetivo principal de esta investigación
fue la obtención de biopolímeros plásticos, a
partir de un polisacárido (pectina comercial
SIGMA-ALDRICH®), dos derivados de fur-
fural (5-nitro-2-furadehído, 5-hidroxime-til-
2furaldehído) y glicerol; las técnicas espec-
troscópicas que se utilizaron FTIR, y UVvis;
las cuales permitieron estudiar las reacciones
que ocurren en la síntesis de los biopolímeros
plásticos obtenidos.
212 | Cátedra Villarreal | V. 6 | No. 2 | julio - diciembre | 2018 |