Arqueología del Valle del Chillón: patrones de asentamiento tardío
en el control de los sistemas hidráulicos y la
agricultura, que conllevan al manejo racional
del espacio, consecuentemente del agua. Esta
relación espacio-agua incorporado a la di-
mensión simbólica, nos permite entender otra
relación sociedad-ritual. Ambas relaciones es-
tán imbricadas en el manejo y control del
agua y la agricultura.
No es casual que en la mayoría de los asen-
tamientos actuales de la cuenca alta del Chi-llón
se practiquen aún ritos propiciatorios y fiestas
dedicadas al agua envueltas en una serie de
mitos de origen que legitiman sus actividades y
creencias. Si bien es cierto que estos rituales
consistentes en la memoria de los pueblos
obedecen a sociedades con escaso recurso de
agua o sociedades propensas a se-quías cíclicas,
los actos propiciatorios son un argumento de
justificación cuyas plegarias de-ben ser
escuchadas por los dioses del agua y de la tierra.
En este sentido, estos pueblos como Huaros,
Huacos, Culluhuay, San Miguel, San
Buenaventura, San José, Lachaqui y Arahuay,
tan solo de la cuenca del Chillón, son ejem-plos
de esta permanencia muy arraigada de evocar
los mitos de origen de las aguas y sus pueblos.
Al parecer en este límite se consagra los valores
de reciprocidad e intercambio de la instauración
del orden y principalmente la ra-cionalidad y el
manejo del agua y los recursos.
El control simbólico de las aguas carga-das
de rituales y mitos de origen, explica con
claridad la circulación del agua dentro de un
calendario agrario ligado a la cosmovisión
altamente sofisticada (Farfán, 2002). De este
modo, las evidencias materiales de estos actos
aparecen en los cauces de los canales, como son
las huancas, plazas sagradas y un sinnú-mero de
espacios denominados “paradas” que es una
especie de espacio ritual, a lo largo del cauce del
canal y las chacras. Aquí se evocan los mitos de
los héroes civilizadores, construc-tores de
canales, mallquis litificados y se legiti-ma un
orden y racionalidad. Estos parajes con estos
atributos son la sustentación material de estos
actos que según la narración oral perte-
necería a épocas pretéritas, es decir a la época
prehispánica y se prolongan en el tiempo. Par-
tiendo de este principio, asociamos a los sitios
arqueológicos y su entorno y se explicaría la
continuidad cultural de estos pueblos y el pro-
ceso de sacralización del paisaje.
En la época prehispánica, el poder econó-
mico siempre ha estado ligado a la producción
agrícola en terrazas tanto en el ámbito del
valle medio, como en el valle alto, aunque
debemos advertir que la ganadería fue otro
aspecto que contribuyó en la consolidación de
la econo-mía. Este fenómeno fue un factor
determi-nante de estos pueblos que originó
disputas con poder hegemónico, tales como
los Canta, Atavillos, Collis, etc.
La red de canales en ambas márgenes y las
poblaciones rurales articuladas a caminos
troncales por ambas márgenes, nos conduce a
plantear la existencia de linderos territoriales
de ciertos curacazgos como los cantas para la
margen izquierda y los Atavillos para la mar-
gen derecha, condicionada al control de los
recursos lo que ya Rostworowski (1978) había
mencionado a partir de los documentos de las
visitas. Estos linderos generaron disputas por
el cultivo y el agua; posiblemente, fueron el
factor más determinante que definió el poder
económico y político en esta cuenca. Sin em-
bargo, la ritualidad y los mitos de origen, son
dos factores vigentes todavía en los pueblos
actuales de la cuenca del Chillón, que están
ligados al agua y la ancestralidad. En muchos
casos las terrazas de cultivo son la morada de
los ancestros, como en el caso de las terrazas
de Huracaure y Aynas en Huaros.
Si a esto le agregamos la presencia de huan-
cas los denominados chacrayoc o dueños de la
chacra estaríamos hablando de una estructura
simbólica muy compleja que no solo denota un
factor propiciatorio dentro del discurso mítico o
ritual, sino otro factor ordenador donde se
involucra lo social lo económico y político. De
ahí que tanto el rito como el mito se convierten
en medios de control ideológico
| Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 | 83