Pautas socioculturales e interaccionales que
favorecen las relaciones violentas entre los
adolescentes de un Colegio Nacional de Lima
Sociocultural and interactional guidelines that favor violent
relationships among teenagers from a public school in Lima.
Recibido: febrero 12 de 2014 | Revisado: abril 21 de 2014 | Aceptado: junio 11 de 2014
Orfelinda García Camacho
Facultad de Ciencias Sociales
Ivonne Alfaro de la Cruz
Universidad Nacional Federico Villarreal
Patricia Benavente Velarde
Brenda Medina Frías
Karen Salvatierra Sauñi
Ab s t r act
The study was approached from a phenomenological-ethnographic point of view, designed to get to
know the sociocultural and interactional guidelines that impinged and favored violent relationships in
teenagers from a public school in Lima. We used questionnaires to a sample composed of 30 student
of both 4th and 5th year of high school between the ages of 15 and 18, two focal groups (9 male and 9
female students) and five in-depth interviews (2 to students, 2 to teachers and the last one to a non-
teaching professional). Teenagers mentioned indifference, neglect and discrimination they were
receiving from both parents and teachers as the most dangerous type of violence they were being
exposed to. However, they acknowledged that the most common type of violence was verbal, even
more common than physical violence, as opposed to the opinion of the teachers and non-teachers,
who mentioned that the most common type of violence between teenagers were phy-sical and verbal.
We also found differences in gender-based violence, noting that it began on a game and ended on
physical aggression. We concluded that, while it is true that teenagers of both genders stablished their
own ways, values and rituals in relation to violence, they reproduced sociocultural patterns stablished
by the adult world learnt in their own socializing environments of family, school and community, and
that besides of not properly fulfilling the social and educational roles of gui-ding and orientation in
conflict resolution, showed weak and inefficient interactional patterns that caused not just feelings of
loneliness, indifference and neglect, but also disorientation which favored of violent relationships.
Keywords: youth violence, adolescence, adolescent relationship violence
Re s u m e n
El estudio se abordó desde un enfoque fenomenológico - etnográfico, orientado a conocer las pau-tas
socioculturales e interacciónales que incidían y favorecían las relaciones de violencia entre los y las
adolescentes de un colegio nacional de Lima. Se aplicó, un cuestionario (30 estudiantes de cuar-to y
quinto año de secundaria en edades de 15 a 18 os), dos grupos focales (9 alumnos y nueve
alumnas) y cinco entrevistas en profundidad (2 a estudiantes, 2 a docentes y un a un profesional no
docente). Los adolescentes destacaron, la indiferencia, el olvido y la discriminación que recibían de
los padres y maestros como la violencia más dañina en este tiempo, sin embargo, no dejaron de
reconocer que la violencia más usual entre ellos era la verbal más que la física, contrariamente lo
sostenido por los docentes y no docentes, que confirmaron que las agresiones más frecuentes entre los
jóvenes, era la física y la verbal. Asimismo, se hallaron diferencias en la formas de violencia por
género, subrayando que esta se iniciaba a través del juego y terminaba en agresión física. Se conclu-
yó, que si bien, las y los adolescentes establecían sus propias formas, valores y rituales de relación de
violencia, ellos reproducían las pautas socioculturales de relaciones violentas establecidas por el
mundo adulto, aprendidas en los propios espacios socializadores familia, escuela y comunidad que
además de incumplir con los roles socioeducativos de formación y orientación en la resolución de
conflictos, sostenían pautas interacciónales débiles e ineficientes que provocaban en los adolescen-
tes, no solo sentimientos de soledad, indiferencia y abandono, sino desorientación que, favorecían la
construcción de relaciones violentas entre pares.
Palabras claves: Violencia juvenil, adolescencia, relaciones de violencia en adolescentes
| Cátedra Villarreal | Lima, perú | V. 2 | N. 1 | 55 - 71 | enero -junio | 2014 | issn 2310-4767 55
Orfelinda García Camacho
Introducción
La violencia ha existido a lo largo de la
historia de la vida del ser humano, al respec-
to. Aguirre (2005) sostiene que, la violencia
ha sido afrontada como problema social en
el debate público y como conflictividad
social hace pocas décadas. Esta reacción ha
produ-cido cambios en las instituciones
políticas y sociales y a su vez ha generado
nuevas reglas de distribución del poder en
las relaciones in-terpersonales, modificadas
tanto en el marco de referencia del
significado en las relaciones sociales como
en la inserción de los sujetos en la sociedad
y en la elaboración de los proyec-tos vitales.
Desde esta perspectiva, la violencia debe ser
comprendida como un fenómeno emergente de
la problemática actual, manifiesta de dife-rentes
formas en todos los espacios de la vida social.
En el desarrollo de este tema y antes de iniciar a
exponer los constructos vinculados a las
relaciones violentas entre los adolescen-tes, es
importante diferenciar los conceptos de
violencia y de agresión. La agresión es carac-
teristica de los seres humanos para defender-se.
Cuando esta se desborda se convierte en
violencia. Weber (1944) definió, la violencia,
“como una forma maligna de agresividad, que
ejerce el individuo contra otros de su misma
especie y se caracteriza por su carencia de jus-
tificación, tendencia ofensiva, o ilegitimidad o
legitimidad”. (p.12).
Corsi (1995); Galtung (1995) y Flores (2005)
analizaron, en diferentes investigacio-nes, la
violencia desde la perspectiva de los derechos,
en el que se busca la eliminación de los
obstáculos que se oponen al propio ejerci-cio del
poder, obteniendo el control de la re-lación a
través del uso de la fuerza y abuso del poder.
Para que el acto de violencia se desarro-lle debe
darse, el desequilibrio del poder, que puede estar
definido por el contexto o por las propias
maniobras interpersonales de control de la
relación. Entendiéndose por lo tanto, que quien
ejerce el poder impone su volun-
tad, su influencia y dominación en beneficio
propio y/o de los suyos y que, trasciende el
derecho de los demás que se considera que se
encuentra por debajo de su realización poten-
cial, en su lugar y momento.
Todos estos conceptos y características en
las relaciones de violencia, como la idea de
daño a otro y así mismo, vulneración de dere-
chos, la existencia de una asimetría en las rela-
ciones interpersonales, y también la noción de
poder que subyace y vincula a todas ellas, no
debe ser entendida solamente como acción de
“hacer” sino también de “no hacer”.
La violencia se manifiesta física, verbal
y/o para verbal con efectos en el mundo
psicológi-co, generalmente todas ellas se dan
de manera combinada. La violencia física, es
la más visi-ble, son agresiones en el cuerpo,
como pegar, empujar, patear, cortar, puede ser
ejercida con algún objeto, o con partes del
cuerpo, va des-de daños leves hasta daños
graves. En cambio, la violencia verbal y la
para verbal, la primera se manifiesta en
amenazas, insultos, burlas, frases dañinas de
manera usual y repetitiva y la segunda en
gestos o señas que tienen la intención de
insultar o dañar. Todos los tipos de violencia
afectan el mundo psicológico del individuo.
Entender el modo de relacionares de los
adolescentes, es aproximarnos de alguna ma-
nera a la comprensión de la forma en que
ellos tienen de expresar sus valores,
conceptos, mo-das, y vínculos que construyen
dentro de un marco histórico en una época
determinada. Es incluir los mitos, la historia,
las creencias, los miedos, los ídolos, hábitos,
etc., que los ca-racteriza como jóvenes, es
decir la identidad personal, social y cultural.
Una de estas formas o modos de relación de
los adolescentes es a través del juego, que
según, Callois (1958) no es más que una con-
ducta que traduce necesidades e impulsos como
amar, dominar, perseguir, destruir, etc. El juego
que en sí no reviste peligro alguno, sin
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Pautas socioculturales e interaccionales que favorecen las relaciones violentas entre los adolescentes
de un Colegio Nacional de Lima
embargo, puede volverse peligroso, cuando
no existe una autorregulación interna. Este se
transforma en peligro cuando se desenvuelve
en forma violenta, pudiendo resultar peligroso
por los elementos que se utilizan, el espacio,
no es el adecuado, el tiempo tampoco o la for-
ma abrupta de hacerlo.
En cuanto al “mito”, se entiende como, una
explicación ficticia de un hecho que se apoya en
la tradición y en la persistencia de creencias
populares. Oriol y Tornero en Blanco, García,
Grissi y Montes (2006), sostuvieron que, los
grupos de jóvenes funcionan como un dina-
mizador en la construcción de mitos donde sus
miembros comparten una autoimagen propia, la
forma de comportarse y acuerdan un sistema de
reglas de convivencia, lo que les permite
enmascarar la realidad de un modo en particular
y distintivo. Agregando, que la adolescencia en
misma es un mito, un ideal del cuerpo
potente, apariencia joven y aspecto saludable.
Generalmente, cuando se habla de adoles-
cencia se le asocia inmediatamente a conflic-
tividad, irresponsabilidad, energía potencial,
confusión existencial, entre otras etiquetas
construidas socialmente, sin embargo, la ado-
lescencia no es única, hay distintas maneras
de ser adolescentes con sus propias
referencias y procesos de identidad, lenguajes
y formas de sociabilidad, vividos en el marco
de la hetero-geneidad de lo económico,
cultural y lo social donde se construyen
hábitos y costumbres de una comunidad
reconocido como el modo ha-bitual de vivir.
La violencia en la adolescencia, requiere
ser analizada desde una visión histórico es-
tructural que no solo tenga que ver el orden
biológico o natural, exclusivamente. Se trata
de verdaderas construcciones sociales, mitos,
imaginarios o representaciones que la socie-
dad da en su momento histórico, variando sus
formas según las necesidades o condiciones
materiales de existencia.
Entendidos los constructos involucrados en
el conocimiento de la violencia y adoles-
cencia, nos lleva inevitablemente a plantear,
el porqué de un fenómeno que parece crecer y
desbordar socialmente en magnitud y latitud,
según los últimos estudios en diversos países
y en el nuestro, ha sido tan poco estudiado
desde la perspectiva de los propios adoles-
centes, para así obtener respuestas desde su
propia óptica para entender y comprender lo
que provoca el desarrollo de la violencia entre
los pares. Al respecto, Gamarra, (2009),
reveló que “la incidencia del bullying en los
colegios periodo 2007- 2009, es de 47%,
acotando, el 41.5% de jóvenes considera que
el bullying es el problema más frecuente en
las escuelas, muchas veces por la inmadurez o
escasos va-lores sociales”. (p.13)
La Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura,
UNESCO (2011) sostuvo, que, la violencia
entre estudiantes se constituye como un pro-
blema grave en toda América Latina, tanto por
su magnitud como por sus consecuencias
académicas, confirmando que, el 51,1% de los
estudiantes de sexto grado de educación
primaria de 16 países latinoamericanos exa-
minados dice haber sido víctimas de insultos,
amenazas, golpes o robos (bullying) por parte
de sus compañeros de la misma escuela. Re-
saltando que la agresión más frecuente es la de
robo (39,4%), seguida de la violencia verbal
(26,6%) y la violencia física (16,5%).
El crecimiento porcentual significativo de
estos delitos en relación al número porcen-tual
de jóvenes en el país, es trascendental. El
problema de la violencia llevada a cabo por
adolescentes trasciende en todos los ámbitos
públicos y privados dibujada y expresada en
diversas formas; pandillaje escolar, bullying
(es un anglicismo que se puede traducir como
‘matonería’. Comprende agresión, intimida-
ción o acoso sistemático), peleas callejeras,
además, democratizada en todos las clases so-
ciales y encauzada desde la violencia familiar,
grupal, comunal e individual.
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Orfelinda García Camacho
Es importante señalar que para la búsque-
da de antecedentes teóricos, investigaciones y
sistematizaciones de experiencias acerca de las
relaciones violentas entre adolescentes, no se
hallaron antecedentes específicos. Sin
embargo, se encontró cuantiosa bibliogra-fía,
investigaciones y artículos sobre violen-cia
juvenil como “delito o transgresión legal”,
“violencia juvenil como conflicto con la ley” y
otros tipos de violencia como la escolar y la
violencia intrafamiliar, que si bien aportan a la
comprensión de la problemática en general no
ayudan a la comprensión directa del es-tudio
que se orienta a conocer los elementos socio-
culturales que intervienen en el trato cotidiano
violento entre los adolescentes. Al respecto,
algunas investigaciones como la de Silva
(2007) desarrollaron un estudio sobre la
relación de la adolescencia con el entorno en
los ámbitos familiares, escolares y de ocio,
resaltando la violencia sufrida o ejercida por
los y las adolescentes. El estudio recurra di-
versas fuentes secundarias para recoger apor-
tes, conceptos y relacionaron conclusiones de
diversos autores de clínica psicológica. Con-
cluyeron, que diversos autores coinciden que
las condiciones que incrementan o reducen el
riesgo de violencia en la adolescencia es la
familia como agente importante y factor de
influencia en los modos de ser y estar de los
sujetos en estudio.
Alonso, Murcia y Murcia (2011) realizaron
una investigación con el fin de determinar la
influencia autoestima y relaciones interper-
sonales en jóvenes estudiantes de la División
Salud de la Universidad del Norte, Barran-
quilla- Colombia. El estudio fue descriptivo
transversal con análisis de cohorte. Se utilizó
un cuestionario y el test 16 PF, a 100 jóvenes
estudiantes entre 15 20 años. Las variables
estudiadas fueron: demográficas y autoestima.
Concluyeron que hay relación de la auto-
estima y las relaciones interpersonales ya que
una buena autoestima disminuiría los riesgos
de involucrarse en conflictos y si lo hacen los
jóvenes es altamente posible que tengan
capacidad de solucionarlos. Y, los alumnos
que no contaban con un buen nivel de auto-
estima presentaban relaciones interpersonales
inadecuadas. De tal manera que se necesita
educar, brindar tratamiento psicológico e in-
tegral acerca de la autoestima para modificar
conductas de riesgo en esta población, y evitar
relaciones interpersonales inadecuadas.
CCoicca, (2010) analila relación del Bu-
llying y Funcionalidad Familiar en una Ins-
titución Educativa del distrito de Comas, en una
muestra de 261 escolares del nivel secun-dario
(131 mujeres y 130 varones). La inves-tigación
asumió un diseño no experimental, de tipo
descriptivo- correlacional. Los ins-trumentos
utilizados fueron el Autotest Cis-neros y el
Apgar familiar. El nivel de bullying acumulado
es de 58,3%. Concluyendo, que el bullying era
ejercido por hombres y mujeres, siendo los
hombres los de mayor incidencia, la modalidad
más frecuente de violencia eran los apodos y
generalmente los y las jóvenes que lo ejercían
provenían de hogares disfuncionales entre leve
y grave. La correlación negativa dé-bil entre
acoso escolar y funcionalidad fami-liar y la
correlación por el lugar de origen de los
escolares de la muestra reportó una corre-lación
positiva débil.
Para abordar el objeto de esta investiga-ción,
se ha establecido como conceptos o cate-gorías
de análisis las expresiones relacionales violentas
y las pautas socio culturales estable-cidas en el
Ethos Epocal Juvenil.
Tomando en cuenta lo expresado por He-ller
(2002), el Ethos Epocal Adolescente, sería el
conjunto de valores, conceptos, modas y
vínculos que construyen los jóvenes dentro de
un tiempo histórico y lugar determinado. In-
cluyendo los mitos, la historia, las creencias, los
miedos, los ídolos, etc., que caracterizan y
conforman los elementos constitutivos en este
ciclo de vida, es decir la juventud personal, so-
cial y cultural.
Por ello, se consideró importante entender
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Pautas socioculturales e interaccionales que favorecen las relaciones violentas entre los adolescentes
de un Colegio Nacional de Lima
la violencia, como un proceso histórico social,
que expone los hábitos, costumbres y modos de
comportamiento que son usuales en un de-
terminado contexto y una época determinada.
Cada época tiene su propio Ethos, que expone el
modo de vivir en el mundo.
Los términos involucrados para
entender los aspectos constitutivos del
concepto Ethos epocal son los siguientes:
Dussel (1970) concibe a los valores, como
la representación puesta por el sujeto produc-
to de su propia experiencia y crecimiento de
mismo, el cual se concreta cuando la perso-
na otorga un enunciado valorativo positivo o
negativo que indica aceptación o rechazo de
un objeto o una situación cualquiera conocido
por él. En este mismo sentido, Arpini (1989),
agrega, que esta posición o punto de vista im-
plica un compromiso que regula la vida
social, ya que no solamente asume un
contenido, sino que tiene un significado
construido histórica-mente, lo cual permite la
organización de las relaciones sociales, la
vida y el desarrollo del ser humano.
Moda. La moda es imitación de un modelo
dado, lo que satisface la necesidad de apoyarse
en la sociedad librándose del tormento de de-
cidir, transfiriendo a los demás las exigencias de
ser originales, reduciendo la conducta de cada
uno. Pero «no menos satisface la necesi-dad de
distinguirse, la tendencia a la diferen-ciación, a
cambiar, a destacarse». Según, Lipo-vetsky
(1994), la moda lo único que le importa es solo
la variación, sin embargo, la tendencia es la
uniformización de la moda.
Con respecto a la identidad Arpini (1989),
sostiene que, esta se construye a partir de lo
más próximo, es decir de lo más próximo en
el que se actúa, vive, estudia, trabaja, etc. Es
decir, a partir de la convivencia con otros, que
se construye en el día a día en el tiempo y en
un lugar determinado. Dicha estructura pro-
porciona la historicidad, lo cual determina
nuestra situación en el mundo.
La identidad entonces implica poder pre-
guntarse y buscar respuestas de ¿quién soy
yo?, ¿quién soy yo a los ojos de los otros? y
¿quién quiero ser?, a través de la
historicidad, uniendo pasado y futuro en una
construcción presente. Siendo un asunto de
“llegar a ser” y “ser” en un momento
histórico y una cultura determinada.
Planteada la importancia de la construc-
ción del lazo social a partir de la construcción
de la subjetividad y del vínculo intersubjetivo
de los adolescentes y la función integradora
de la familia, la escuela y la comunidad como
agentes socializadoras y espacios de expresión
de relación de violencia emergente, resulta
significativo.
La familia es el primer espacio relacional
donde los seres humanos se vinculan a otros y a
partir de ese intercambio se comienza a
construir la subjetividad. Ésta influirá luego en
las modalidades de relación a la hora de con-
formarse nuevos vínculos. La socialización de la
familia es importante en lo relacional y so-porte
de la construcción de lo emocional, ya que en
ella se producen los aprendizajes bási-cos de
afectos y virtudes cívicas, donde cada miembro
construye su historia.
Otro agente de socialización y construc-
ción relacional es la escuela, que apoya los
me-canismos de vinculación del niño y el
adoles-cente con el mundo, constituyéndose
además como soporte en el proceso de
construcción de la identidad de los sujetos.
Por último y no por eso la menos impor-
tante, está la comunidad, entendida para los
fines de la presente investigación como el es-
pacio de inclusión y una de las salidas más
efectivas a la libertad y equidad, a pesar de las
inmensas asimetrías que en ella se manifies-
tan. El ámbito comunitario es un espacio pri-
vilegiado para desvictimizar al sujeto, lo que
significa considerar al otro como sujeto de de-
recho y protagonistas de la historia.
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Orfelinda García Camacho
El objetivo general fue comprender las
pautas socioculturales e interaccinales que in-
ciden y favorecen la aparición de las relaciones
de violencia entre los y las adolescentes de un
colegio nacional de Lima y los específicos:
Conocer las expresiones que los y las
adolescentes de un colegio nacional de
Lima, consideran como violentas para
descubrir sus valores, modas, mitos y
rituales y cómo estos influyen en sus
relaciones interpersonales.
Conocer la percepción que tienen los
y las adolescentes, de un colegio na-
cional de Lima, de las pautas
interac-ciónales mantenidas con los
agentes socializadores familia,
escuela y comu-nidad que favorecen
la construcción de relaciones
violentas entre los ado-lescentes.
Conocer los mitos que tienen los
pro-fesionales docentes y no
docentes de un colegio nacional de
Lima, de las relaciones violentas
que sostienen los y las adolescentes
con sus medios de socialización.
Método
La investigación se llevó a cabo con ado-
lescentes hombres y mujeres, estudiantes de
un colegio nacional mixto de Lima, que con-
taba con total de 691 alumnos (406 de secun-
daria y 185 de primaria). Los alumnos prove-
nían de los distritos de San Martín de Porres,
Independencia, Ventanilla, Puente Piedra,
Cercado de Lima, Rímac, Comas, Callao y
Los Olivos.
Las fuentes de información fueron las si-
guientes: para el estudio sociodemográfico se
eligió a 20 estudiantes de cuarto y quinto año
de secundaria, en edades de 15 a 18 años que
tenían más de dos años en la institución edu-
cativa. Obtenido el perfil socio demográfico,
se seleccionaron 16 estudiantes; ocho varones
y ocho mujeres para el grupo focal y de ahí se
seleccionó a dos estudiantes para la
entrevista en profundidad, identificados
por estudiantes, docentes y no docentes
como agresor y vícti-ma.
En cuanto a los profesionales docentes y
no docentes, los docentes fueron; un varón y
una mujer profesores elegidos y reconocidos
por los propios alumnos como los más preo-
cupados por la formación académica de los
estudiantes. Para el estudio se utilizaron las
siguientes técnicas e instrumentos:
Encuesta
Como instrumento se utilizó la ficha socio-
demográfica y económica, diseñada y aplicada a
los y las adolescentes colaboradores del gru-po
focal y en la entrevista en profundidad. El
propósito de su aplicación fue conocer los da-tos
socio demográfico y económico de los es-
tudiantes. Para la evaluación socioeconómica se
recurrió al método de Necesidades Básicas
Insatisfechas (NBI) que midió cuatro varia-bles:
acceso a la vivienda, acceso a los servi-cios
básicos, acceso a la educación y capacidad
económica.
Grupo focal
Como instrumento se utilizó el guion de
discusión, formado de dos dimensiones ex-
presiones relacionales violentas y pautas so-
cioculturales constituido por 11 preguntas en
total. Se desarrollaron dos grupos focales en
dos sesiones que tuvieron una duración apro-
ximada de una hora y media o dos horas.
Entrevista en profundidad a adolescen-
tes con diferentes roles en la violencia (EPA)
Se utilizó como instrumento el guion de
discusión compuesto por siete preguntas cla-
ves. Este procedimiento no directivo se reali-
con el propósito de conocer la percepción
que tienen los adolescentes y las adolescentes
de los agentes socializadores familia, escuela
y comunidad que favorecen la construcción
de relaciones violentas entre los adolescentes
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Pautas socioculturales e interaccionales que favorecen las relaciones violentas entre los adolescentes
de un Colegio Nacional de Lima
Entrevista en profundidad a
docentes y no docentes
Se apoyó de un instrumento denominado
guion de discusión formulado con seis pre-
guntas claves, semi- estructuradas. Se respe-
taron los criterios establecidos, docentes y no
docentes con más de tres años en el colegio,
reconocidos por su interés y preocupación
académica y personal por los alumnos.
Para lograr una mejor comprensión de las
percepciones de los y las adolescentes que
subyacen en su mundo ideológico, se recogie-
ron sus opiniones, saberes, creencias y valora-
ciones sobre el tema en estudio. Las palabras
de los y las informantes fueron recogidas en
la propia institución educativa.
El propósito de esta investigación cualita-
tiva - como todo estudio de este corte no fue el
de medir variables para llevar a cabo infe-
rencias y análisis estadísticos, ya que lo que se
buscaba era comprender la percepción y el
significado de los actores directos e indirec-tos
de la cuestión en estudio. Al respecto, Ro-
dríguez, (1999) sostenía que, “en el enfoque
cualitativo no hay, ni variables, dimensiones o
indicadores preconcebidos que se consideren
independientes o dependientes, como se hace,
en la investigación cuantitativa, sino que, estas
emergen de la interacción de las partes cons-
tituyentes, en la que se hace en la búsqueda de la
información en base a una estructura con su
función y significado” (p.12).
Para abordar el objeto de investigación
se analizaron los siguientes conceptos y
catego-rías:
Pautas socioculturales, asumidas como
construcciones socio-históricas que re-
gulan las interacciones de los sujetos, y
se expresan desde un Ethos epocal (es-
pacio y época) particular las relaciones
familiares, relaciones con los pares
tanto en el contexto escolar y
comunitario que imprimían sentido a la
existencia de los adolescentes.
Expresiones relacionales violentas, asumi-
das como los diferentes modos o formas
de interacción que se expresan a través de
comportamientos y relaciones que expo-
nían las fuerzas desiguales, con respecto
a la toma de decisiones y pensamiento,
así como, la participación, corresponsa-
bilidad, acceso al conocimiento, libertad
de expresión y vinculación con el entorno
en esta época y lugar determinado (fami-
lia, escuela o comunidad) llamado Ethos
epocal, construido de acuerdo a sus:
Valores: otorgar un enunciado
valorati-vo positivo o negativo a un
objeto cual-quiera conocido.
Moda: la moda es imitación de un mo-
delo dado, obedecer a una necesidad de
distinguirse, la tendencia a la diferen-
ciación, a cambiar, a destacarse.
Identidad: llegar a “ser” y de “ser
al mismo tiempo.
Mito: creencias populares que se
cons-tituyen en “ideas fuerza” que
se apoyan en la tradición y
encubren una reali-dad.
Validez y confiabilidad
Siguiendo a Lerner y Echegaray (1994)
para la viabilidad de los instrumentos, los
guiones tanto para el grupo focal como para
las entrevistas en profundidad, las preguntas
fueron aplicadas a cinco adolescentes (hom-
bres y mujeres) así como, a dos profesionales
docentes y no docentes respectivamente. La
finalidad fue reajustar, cambiar o restructu-rar
las preguntas convenientes determinando la
claridad de las preguntas antes de que los
guiones fuesen aplicados.
Asimismo, para la confiabilidad se
re-currió a la concordancia interpretativa
entre los observadores, evaluadores y jueces
parti-cipantes del estudio que llegaron a la
misma conclusión. Para reducir las
amenazas en la confiabilidad interna, se
utilizaron las siguien-tes estrategias:
Se recurrió a categorías descriptivas de
bajo nivel de inferencia, es decir, se tra
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Orfelinda García Camacho
de ser concreto y preciso. La
información fue verificada por los
propios adolesles-centes en estudio.
Todo el proceso y procedimiento se
tra-bajó en equipo para garantizar un
“mejor equilibrio de las observaciones,
análisis e interpretación.
Se solicitó la colaboración de los
sujetos informantes para confirmar la
“objetivi-dad” de las notas o apuntes de
campo du-rante y después del estudio.
Para las entrevistas grupales e individua-
les se utilizaron los medios técnicos dis-
ponibles como las grabaciones en audio
y video; material revisado y analizado
por los observadores y evaluadores de la
in-vestigación.
El proceso investigativo caracterizado por
asumir una posición sujeto- sujeto. Para los
dos grupos focales fueron capacitados y
entre-nados los colaboradores del equipo de
investi-gación quienes asumieron los roles de
facilita-dores, observadores y apuntadores.
La dimensión de este tipo de
investigación involucró al equipo
colaborador tanto para el diseño como para
la aplicación y análisis de la información.
Recolección de la información
Se concretaron los siguientes
principios éticos en el trabajo de campo:
La participación fue voluntaria.
Se brindó información detallada sobre
el tema, la modalidad de entrevista, el
tiempo requerido y el lugar.
Se garantizó la confidencialidad y
el anónimato.
Se desarrollaron las entrevistas en pro-
fundidad de manera que no provoca-ra
interrupciones e intromisiones de
otros agentes ajenos a los miembros
responsables de la entrevista.
En todo el proceso de la entrevista
a los participantes se les brindó la
oportu-nidad de hablar libremente
en el mo-mento que lo deseaban.
Se aseguró el respeto entre los
partici-pantes sin juicios, respetando
las deci-siones y los procesos,
evitando crear falsas expectativas.
El equipo investigador fue
consciente de los efectos de la
investigación sobre los participantes.
Análisis de información
La información fue analizada desde la
perspectiva de género, a partir de la óptica del
enfoque fenomenológico y etnográfico.
“Fenomenológico porque el estudio se planteó
con la finalidad de conocer el fenómeno so-
cial de la violencia desde el mundo relacional
de los y las adolescentes cuyo interés radicó
en el conocimiento de las formas o estrategias
empleadas por las personas para construir, dar
sentido y significado a sus prácticas sociales
cotidianasRodríguez, (1999, p.57). Etnográ-
fico porque se centró en los modelos de com-
portamientos, costumbres y lenguaje utilizado
por los y las adolescentes para conocer las
his-torias, rituales y mitos empleados por los
y las estudiantes en sus interacciones sociales
vin-culadas a la violencia. Hernández,
Fernández y Baptista (2006).
Pasos:
1. Transcripción de las entrevistas grupales y
las individuales. Se respetó fielmente el re-
lato de los entrevistados, sus silencios, así
como sus exclamaciones, interrogantes, pero
sobre todo el relato mismo.
2. Decodificación y sistematización de las
entrevistas. A partir de las dimensiones
relevantes a la comprensión de las dimen-
siones del estudio, se procedió al vaciado
del relato de acuerdo a una matriz simple
que permitió diferenciar las dimensiones;
pautas socioculturales, expresiones rela-
cionales violentas. Para esta sistematiza-
ción se respetó el relato del entrevistado.
Una vez ordenado el relato en función de
esta matriz de vaciado, se procedió a
identificar las ideas centrales contenidas
en cada una de estas dimensiones. En esta
parte de la sistematización se trabajó en
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de un Colegio Nacional de Lima
colaboración estrecha con los observado-
res y evaluadores para controlar y poder
discutir en torno a estas ideas síntesis con-
tenidas en las dimensiones del estudio.
Una vez identificadas las ideas centrales en
cada una de las dimensiones, se procedió a la
caracterización de cada uno de los discursos
de los entrevistados, cuidando identificar las
ideas centrales y comprender la lógica o mo-
delo subyacente para cada uno en términos de
sus valores, mitos, modas y rituales
empleados por los y las adolescentes.
Una vez finalizada esta etapa descriptiva
de cada uno de los entrevistados, se procedió
a vaciar las ideas síntesis en una matriz que
permitió la comparación entre las poblaciones
adolescentes de estudio (varones y mujeres).
En el caso de las entrevistas en profundi-
dad se centró en extraer los conceptos, afir-
maciones y explicaciones sobre el problema
en estudio vertidas por los dos estudiantes y
el personal docente y no docente.
Este tipo de análisis es muy similar al aná-
lisis de contenido, pero se diferencia de este en
tanto no incorpora el procedimiento de enu-
meración, relación y frecuencias absolutas y
relativas propio del análisis de contenido.
Por último, se procedió a la interpretación
y análisis de los datos tomando en cuenta los
objetivos propuestos en la investigación.
Resultados
Características socio- demográficas y
econó-micas de los y las adolescentes
Con respecto a la primera pregunta del
estudio, señalamos que las y los participantes
fueron de cuarto y quinto año de estudios de
15 a 18 años de edad entrevistados. De los 20
adolescentes encuestados, 12 y 8 cursaban el
quinto año y cuarto año de secundaria res-
pectivamente; 11 varones y 9 mujeres. Las y
los entrevistados tenían entre 15 y 18 años de
edad, 14 (70%) de ellos vivían en Los Olivos,
3 (15%) en San Martín de Porres, 2 (10%) en
el Callao y 1(5%) en Puente Piedra.
En cuanto a su situación económica, 11
(55%) eran pobres, seis (30%) se hallaban
en extrema pobreza y tres (15%), no eran
pobres. Del total de encuestados, 11
(55%) vivían en familias nucleares
completas, 7 (35%) vivían en familias
mono parentales y 2 (10%) en familias sin
núcleo (vivían con hermanos o abuela).
El 50% de los participantes en la
invesiga-ción tenía de cinco a más años en
el colegio y el 50% restante refirió tener
tres a cuatro años de antigüedad.
Del total de los encuestados, 16
participa-ron en los dos grupos focales,
ocho mujeres y ocho varones y dos en las
entrevistas en pro-fundidad. Uno del total
de la muestra decidió no participar.
Los resultados fueron los siguientes:
Expresiones que los y las adolescentes
con-sideran como violentas y que reflejan
sus valo-res, modas y modos.
Las y los adolescentes coinciden en
considerar que la forma e
intercambio de ataques más
frecuentes entre grupo de pares, en:
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Orfelinda García Camacho
Los y las alumnas especificaron que en la Institución Educativa (IE) se presentaba con mayor
frecuencia la violencia verbal mas no la física contrariamente a la brindada por los profeso-res,
auxiliares y registros de disciplina, que revelaron la existencia de enfrentamientos físicos:
Este tipo de violencia era exteriorizada tanto en hombres como en mujeres como un proceso, es
decir se presentaba como episodios lúdicos hasta llegar a la violencia física; en un primer
momento se hacían “bromas”, “burlas”, “insultos”, o se llamaban por “apodos”. En un segun-
do y/o tercer momento, se “chantajeaban” y “amenazaban” hasta llegar a la agresión física. Este
proceso cíclico de la violencia entre pares lo realizaban mediante el juego que al final les cau-saba daño
tanto al que lo/la ejercía como al que lo/la recibía. El juego tal como lo expresan las y los
adolescentes se vuelve provocativo para que se desencadene la violencia. La broma o el
juego apare-cen como la “puerta de entrada”, prueba” o “preámbulo”, dado que los
juegos entre los adolescentes en estudio concluían en violencia en forma reiterada.
Las y los adolescentes manifestaron que la violencia generalmente se originaba por
motivos de discriminación o marginación.
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Los valores más importantes que han surgido en el análisis comparativo son:
Las y los adolescentes conceptualizan el
“respeto” en el marco de libertad de decisión,
decisión para optar, asimismo se refieren en el
marco del mismo término, “ser tratados con
consideración” pues perciben que son tratados
con indiferencia, desinterés, poca respuesta a
sus inquietudes, poca escucha y distancia-
miento de los adultos, mostrando pocas
opor-tunidades para mantener una
relación amical y confiable. Incluían en
este valor a padres y profesores.
En cuanto al modelo de vida, los ado-
lescentes varones exponen abiertamen-
te su posición crítica a algunos hechos
sociales que muestran su desacuerdo
con el mundo adulto (reflejo de la vio-
lencia) mas no muestran una actitud
crítica frente a lo que está de moda al
igual que las mujeres. Sin embargo, al-
gunos adolescentes hombres y mujeres
resaltaron a sus propios modelos fami-
liares fundamentando la elección por
su valor y sacrificio para luchar contra
la pobreza y la adversidad.
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Orfelinda García Camacho
Con respecto a los ritos los adolescen-
tes varones, principalmente, recurrían a
la resolución de los conflictos, juntar-se
a la salida del colegio para dirimir
mediante la agresión física, las dificul-
tades y desacuerdos cotidianos. Tanto
hombres como mujeres coincidieron
que estos enfrentamientos eran
menos frecuentes.
Los factores que los adolescentes atribuían a la aparición de las relaciones
violentas, son los siguientes:
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de un Colegio Nacional de Lima
Rosa y Zoila Marco y Jesús
Pautas interaccionales sostenidas con los agentes socializadores familia, escuela y
comunidad que fa-vorecen la construcción de relaciones violentas entre los adolescentes
Las pautas interacciónales sostenidas con los agentes socializadores familia, es-
cuela y comunidad que favorecen la construcción de las relaciones violentas en-
tre los adolescentes, son el sentimiento de soledad, la indiferencia y el abandono:
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Orfelinda García Camacho
Mitos que tienen los profesionales docentes y no docentes con respecto a las relaciones
violentas que sostienen los y las adolescentes con sus medios de socialización
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Discusión
Esta investigación nos aproximó a la com-
prensión de las relaciones de violencia entre los
y las adolescentes referido a las formas de
abuso que se producen entre ellos, promovidos
por diversos factores tales como la considera-
ción del otro, el poder, la comunicación y los
procesos desarrollados de identidad, ligados a la
influencia principalmente de sus agentes de
socialización, familia, escuela y comunidad.
Respecto a la noción de expresiones rela-
cionales violentas, se observó similitud entre
los hombres y las mujeres con respecto a la
conceptualización de la categoría central ela-
borada al comienzo del contacto y a la inter-
pretación que los adolescentes hicieron de la
misma. En especial, en lo referido a la consi-
deración del otro como objeto y las desiguales
relaciones de poder que generan abuso y posi-
cionamiento asimétrico que se generan.
Los adolescentes en estudio reconocieron
la violencia verbal como la principal forma y
modo de expresión relacional violenta, de-
jando en claro que cualquier tipo de violencia
generaba secuelas psicológicas irreparables.
(Menéndez, 2009).
Las condiciones de vulnerabilidad y exclu-
sión social experimentada cotidianamente por
los adolescentes debido a la inestabilidad la-
boral en sus hogares, debido al cambio de em-
pleo y lugar con el fin de obtener el sustento y
muchas veces a este acontecimiento se suma la
inestabilidad de las relaciones familiares por
separación, divorcio o abandono de uno o de
ambos padres generan baja valoración perso-
nal, retardo en su construcción de identidad y
resentimiento social visibilizado en actitudes
contrarias y opuestas a la de los adultos.
La violencia en los y las adolescentes se
presenta como un proceso cíclico iniciado
mediante el juego (burlas, bromas, juego de
manos, puntapiés que se intensifican poco a
poco…) que luego se cristaliza en actos de
violencia física (golpes de puño, patadas, cor-
tes con objetos punzo cortantes….) fuera del
colegio entre los jóvenes involucrados en
el conflicto y acompañados como un acto
soli-dario por todos sus compañeros que
los ro-dean y motivan su enfrentamiento.
Referido también por CCoicca, (2010).
Este proceso, por un lado tiene una dimen-
sión recursiva que se presenta como causa y
efecto de la violencia. Hecho que refuerza la
participación de los factores y pautas sociocul-
turales que actúan en la producción y repro-
ducción de la violencia. De otro lado, está la
dimensión como expresión de los valores y la
ritualidad en la violencia juvenil. Como valo-res
se exponen la solidaridad y la lealtad como
grupo y el ritual violento se visibiliza como un
espacio extraescolar para dirimir mediante la
agresión física cuál es el hombre o mujer más
fuerte dentro de las relaciones de poder, apa-
reciendo como un fenómeno de reivindica-ción
y marcación territorial.
Los y las adolescentes identificaron como
nuevas formas violentas, la indiferencia y la
discriminación refiriéndose expresamente a
los actores involucrados de su formación. Sin
embargo, ellos suelen discriminar a sus pares
por razones de pobreza, apariencia física, por
su carácter introvertido (considerado como
sobrado, creído) o por ser nuevo en el cole-
gio. Estas formas son captadas y aprendidas
de su entorno social inmediato que por un lado
producen una reacción ambivalente de crítica
y rechazo cuando se trata de ellos mismos y
aprobado y aceptado cuando se trata de otros
sujetos.
Los adultos entrevistados justifican ciertas
conductas violentas derivadas de sus propios
constructos e imaginarios mentales que se
traducen como mitos elaborados sobre la ado-
lescencia y sus relaciones violentas que exis-
ten entre ellos. Miradas distintas que ofrecen
perspectivas fragmentadas y reduccionistas
que contribuyen o reproducen estereotipos
sobre las y los adolescentes que lejos de per-
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Orfelinda García Camacho
mitir su comprensión fomentan actitudes ex-
cluyentes y poco viables en la construcción de
puentes para establecer mejores formas de en-
tendimiento y relaciones más saludables entre
los grupos pares.
La familia, la escuela y la comunidad son
sistemas socializadores reconocidos por los
propios adolescentes como importantes pero
ausentes como formadores de una cultura de
paz y mediadores de la violencia entre pa-res.
Por lo tanto, el comportamiento de los agentes
socializadores más que constructores y
mediadores en la resolución de conflictos
entre los adolescentes se presentan como fa-
cilitadores y activadores de la propia violencia
dada su fragilidad y escasa reacción para en-
frentar y afrontar con habilidad las situaciones
de violencia vividas por las y los adolescentes.
Coincidiendo con Silva (2007)
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