Víctor Santiago, Emilio Bonifaz, Alfonzo Alegre, José Iannacone
Introducción
Los insecticidas sintéticos causan efectos
secundarios como el desequilibrio ambien-tal,
resistencias, problemas en salud huma-na y
surgimiento de plagas más agresivas (Food
and Agriculture Organization FAO, 1999;
Iannacone et al., 2007); además de ser
responsables de la perdida de depredado-res
naturales y polinizadores (Freemark y Boutin,
1995). Es por estos problemas que se busca
alternativas para el control que pue-dan ser
usadas en el manejo integral de plagas
(Bunch, 1997). Es ahí donde los extractos de
plantas han cobrado importancia al poseer
metabolitos secundarios que pueden actuar
como biocontroladores (Celis et al., 2008).
Chenopodium ambrosioides L. (Amaran-
thaceae) también llamada “paico” en el Perú, es
una hierba perenne cuyas hojas, raíces e inflo-
rescencias se han usado a lo largo de la historia
de pueblos nativos de América Latina y el Ca-
ribe como planta medicinal o para sazonar ali-
mentos (Nascimento et al. 2006; Mostacero et
al., 2011). Así mismo, su aceite esencial ha sido
usado para tratar parasitismo por helmintos en
humanos y otros animales (Quinlan et al., 2002).
Entre sus propiedades, también cuen-ta con
actividad insecticida y puede ser usado como
alternativa a insecticidas químicos que puedan
mermar el uso de controladores bioló-gicos con
el fin de lograr un manejo integral de plagas
(Rumpf, Frampton & Dietrich, 1998).
El imidacloprid es uno de los primeros
insecticidas neonicotinoides que actúa como
una neurotoxina en los receptores postsinápti-
cos de acetilcolina y que es usado en el control
de insectos chupadores, incluyendo áfidos,
queresas, mosca blanca o masticadores como
Coleóptera y Lepidóptera, gracias a que es ab-
sorbido rápidamente por la planta. Este insec-
ticida ha demostrado toxicidad contra contro-
ladores biológicos (Ware y Whitacre, 2004).
Entre los controladores utilizados en el
Programa Nacional de Control Biológico,
Servicio Nacional de Sanidad Agraria (PN-CB-
SENASA) está el Cryptolaemus mon-trouzieri
Mulsant, 1850. Este coccinélido es utilizado
para el control de especies de la fa-milia
Pseudococcidae, en especial el Planococ-cus
citri (Risso, 1913) en cultivos de cítricos,
aunque también ha sido utilizado para con-trolar
cochinillas de la familia Diaspididae con menos
efectividad (Katsoyannos, 1996; Iannacone y
Perla, 2011). También C. mon-trouzieri se
alimenta de mosca blanca, áfidos, queresas y
ácaros (Aghabaglou et al., 2013).
Es por esto que es necesario evaluar el
riesgo que puedan ocasionar estos dos in-
secticidas sobre los controladores bioló-
gicos afectando su desarrollo y prolifera-
ción, lo que resulta perjudicial a la hora de
aplicar un MIP (Manejo Integrado de
Plagas) (Stapel, Cortesero & Lewis, 2000).
El objetivo de esta investigación fue
evaluar el efecto tóxico de C. ambrosioi-
des e Imidacloprid, sobre C. montrouzieri.
Método
Diseño experimental
Para las pruebas de toxicidad con C. mon-
trouzieri con el extracto acuoso de C. ambro-
sioides, se usaron cinco concentraciones (20%,
10%, 5%, 2,5% y 1,25%), cada una con cuatro
repeticiones y un control negativo a base de
agua embotellada marca Cielo®. Por otro lado,
se evaluó el efecto toxico del imidacloprid 35%
(Nombre comercial DK-PRID) adquirido en
Drokasa® sobre C. montrouzieri con cinco
concentraciones (350; 175; 87,5; 43,75; 21,875
mg•L-1) a partir de la dosis sugerida para el
control de plagas señalada en la etiqueta del
producto (1 mL•L-1 o 350 mg•L-1)
(Iannaco-ne et al., 2011).
Materiales
Sustancia química: El imidacloprid es insec-
ticida sistémico, N-[1-[(6-Chloro-3-pyridyl)
methyl]-4,5-dihydroimidazol-2-yl] nitrami-
20 | Cátedra Villarreal | V. 2 | No. 1 | enero -junio | 2014 |