Arnaldo Geldres Echeverría, José Rodríguez Cotrado
elevadas de morbimortalidad), pero tiene un
costo elevado. Es invasiva, ya que obliga a
un período mayor de internación y puede
hacerse estéticamente indigna. Debe reser-
varse, hoy en día, para casos en que el pseu-
doaneurisma presente ruptura, compresión
de estructuras neurovasculares adyacentes,
isquemia de la piel, pacientes con dolor in-
tenso y que presenten rápido crecimiento.
En relación a la técnica quirúrgica, muchas
veces el cirujano prefiere entrar directamente
en la cavidad del Pseudoaneurisma y, por me-
dio de él, reparar la arteria, siempre con con-
trol angiográfico digital. Algunos creen que la
pérdida sanguínea aguda durante esa inter-
vención puede ser mal tolerada en pacientes
con una reserva cardíaca limitada. Rara vez,
una cirugía más extensa con reconstrucción
arterial utilizando injertos de material proté-
tico o de vena de safena puede ser necesaria.
El tratamiento quirúrgico puede presentar
complicaciones, como hemorragia, infección,
injuria arterial, obligando al paciente a una
internación e inmovilización más prolonga-da,
lo que por sí solo ya predispone no sola-mente
a otras complicaciones, sino también a
reintervenciones (Dos Santos C y Col. 2013).
Las heridas de la arteria subclavia y la axi-
lar representan únicamente el 5% del trauma
vascular, pero con mortalidades que oscilan
entre el 5 y el 3%. Su manejo quirúrgico es
complejo dada la necesidad de incisiones am-
plias, planos anatómicos distorsionados por el
sangrado y hematomas con potencial le-sión
neurológica asociada o sangrado masivo por
dificultad en el control vascular; por ello,
la vía endovascular es una buena opción y se
estima que cerca de 50% de los pacientes con
lesiones axilares o subclavias pueden mane-
jarse por vía endovascular (Jiménez C. 2012).
El tratamiento endovascular puede hacerse
por la colocación de stents revestidos, pseudoa-
neurismas asociados a fístulas arteriovenosas, o
pacientes que tengan contraindicación o no
quieran someterse a tratamiento quirúrgico.
El manejo endovascular ha demostrado ser
una adecuada opción terapéutica, sobretodo en
pacientes de alto riesgo elimina la necesi-dad de
una disección quirúrgica. Debe reali-zarse en
pacientes estables que presenten lesio-nes
focales y bien delimitadas. La mortalidad varía
entre 5 y 10%. (Sierra-Juárez M. 2012)
Referencias
Dos Santos, A.C., González, C., dos Santos,
F., do Amaral, S. & Rabischoffsky, A.
(2013). Pseudoaneurismas: Cuándo y
Cómo Tratarlos. Arquivos Brasileiros
de Cardiología, 26(4), 289-307.
Jiménez, C. & Peña, D. (2012). Tratamiento
endovascular del trauma vascular
pe-riférico. Revista Colombiana de
Ciru-gía, 27, 290-297.
Murilo, R. (2009). Trauma Vascular.
Venezue-la: Editorial AMOLCA.
Sierra-Juárez, M.A. (2012). Pseudoaneurisma
postraumático de la unión subcla-vio-
axilar. Revista Mexicana de Angio-
logía. 40(1), 33-36.
34 | Cátedra Villarreal | V. 5 | No. 1 | enero-junio | 2017 |