19Cátedra Villarreal | Lima, perú | V. 12 | N. 1 |enero - junio| 2024 | e- issn 2311-2212
Introducción
La visión es un parámetro fundamental para
en demasía en la independencia de la persona,
permitiendo que un individuo realice actividades del
día a día sin la ayuda o necesidad de otra persona,
efectuando actividades tan básicas como desplazarse
dentro de su vivienda, el aseo e higiene personal, la
alimentación, tanto en la preparación como durante el
consumo, para la recreación, ya sea en exteriores como
en interiores del hogar, pudiendo desplazarse por sí
solos, o mediante la lectura recreativa, o simplemente
visualizando programas en el televisor, películas en el
cine u obras en el teatro, hasta la participación en ciertas
actividades lúdicas tanto en el interior como el exterior
de su vivienda. Para ello se han ido desarrollando
múltiples herramientas, sobre todo desde 1959, cuando
la Organización Mundial de la Salud consideró que, en
el adulto mayor, la calidad de vida debe de ser medida
en términos de funcionalidad durante sus actividades
de la vida diaria, pudiendo ser estas de tipo básicas,
instrumentadas o avanzadas (Merellano-Navarro, 2017).
Actualmente, las principales causas de ceguera a
nivel mundial son la catarata, glaucoma y los errores de
la refracción; de éstas, la catarata es considerada como la
principal causa de ceguera reversible, siendo los países
subdesarrollados los más afectados (1,2,3). La catarata
es la opacidad parcial o total del cristalino, que produce
una degeneración de la calidad visual, existiendo
múltiples factores de riesgo para su aparición, como
enfermedades sistémicas, tabaquismo, trauma ocular,
factores hereditarios y, el principal, el envejecimiento
(Luján-Paredes et al, 2014).
Aproximadamente hay ciento ochenta millones de
habitantes a nivel mundial con algún problema visual, y
de estos, unos cuarenta y cinco millones se encuentran
pueden “desplazarse por sí solos” y necesitan una
asistencia familiar y social permanente (Campos et al,
2014). La pérdida visual produce un gran desmedro en
la calidad de vida de las personas afectadas y también
a su entorno familiar; asimismo va a representar uno
de los problemas más importantes de la salud pública,
a nivel social y económico, principalmente en los países
subdesarrollados, en los cuales se encuentran nueve de
cada diez personas ciegas de todo el orbe; es así que,
cerca del 60% de estas personas residen en África Sub
– sahariana, China e India. Además, se sabe también
que de este 90% de personas ciegas a nivel mundial, más
del 80% de ellas, sobrepasan los 50 años de edad (Pérez-
Luna et al, 2014).
En nuestro país, las cataratas van a ser causantes del
45% de los casos de ceguera aproximadamente; otras
cifras muestras un porcentaje más elevado, cerca del
56% a nivel nacional y de 31% en las zonas marginales
de Lima. El 83% de estas cataratas son a causa de la
vejez y en menor número están las producidas por
congénitas (MINSA, 2015).
El tratamiento de esta patología es el quirúrgico,
recomendado en pacientes diagnosticados que presenten
oculares de fondo (Loyola-Ordoñez, 2018). La cirugía de
cataratas en la que se extrae el cristalino que ha perdido
su transparencia, para que sea reemplazado por un
lente intraocular, en la actualidad es un procedimiento
técnicas operatorias, ya que anteriormente los pacientes
que se sometían a esta intervención podían permanecer
hasta siete días hospitalizados, aumentando así, el
riesgo de infecciones intrahospitalarias. La cirugía se
realiza con anestesia local, e incluso, puede usarse solo
anestésico tópico en gotas (Raczynska et al, 2016).
en la cual se deshace el cristalino en pequeños fragmentos
mediante ultrasonido, y coloca un lente intraocular
plegable, se realiza con micro incisiones autosellantes
a nivel de la córnea por lo cual no se necesita suturas
(Lambert et al, 2020); la extracción extracapsular de
cristalino, en la que se extrae el cristalino a través de
un corte esclerocorneal de aproximadamente 90 a 100
grados periféricos al limbo corneal, que son equivalentes
a una herida corneal de 8 a 10 mm, mediante una
maniobra de “presión y contrapresión escleral”, luego
de implantar un lente intraocular rígido, se sutura la
herida escleral con puntos no absorbibles, los cuales
pueden llevar a la aparición de un astigmatismo corneal
(Millones-Trinidad, 2019); y la intervención quirúrgica
de catarata con incisión pequeña, es una de las técnicas
con la que se obtienen grandes resultados como los de la
no se utiliza ninguna máquina al ser una cirugía manual,
esta es una característica muy importante, ya que, al
existir una diferencia abismal en cuanto a costos, y al
obtenerse un resultado tan similar en el post operatorio,
la cirugía manual de catarata de incisión pequeña es la
indicada para realizar los procedimientos quirúrgicos
de manera masiva, como, por ejemplo, en campañas