102 | CÁTEDRA VILLARREAL | V. 1 | NO. 1 | ENERO -JUNIO | 2013 |
RAqUEL CARO ZALDIVAR
Si bien el eje del contenido del libro se re-
ere a los aspectos físicos del ambiente y su
relación con la arquitectura, se presentan pun-
tualmente deniciones de esta que indican
que no solo se trata de la satisfacción de nece-
sidades psicológicas del ser humano incluyen-
do el confort en su amplio signicado.
Es así que se analizan los diferentes fenó-
menos que actúan en el medio ambiente trata-
dos desde un manejo integral, que al adaptarse
favorablemente en el diseño de hábitat pasan
de ser un problema para convertirse en facto-
res aprovechables en el proyecto arquitectóni-
co y la consecuente, igualmente satisfacción
del usuario.
El estudio no solo se reere factor clima
que impacta en los espacios construidos, sino
que también inuyen los vientos y su veloci-
dad uctuante, igualmente la luz como factor
lumínico, con ese gran aporte que aprovecha
el ser humano de la luz natural. La necesidad
de la luz articial como creación de la hu-
manidad, el aislamiento acústico y muchos
otros factores estudiados para conseguir con-
clusiones y recomendaciones que nalmente
aplicadas al diseño pueden ofrecer un hábitat
óptimo.
Como recomendación importante se men-
ciona la exibilidad en el diseño en general,
con la opción de posibilitar modicaciones,
que en el transcurrir del tiempo se presentan
con frecuencia y que posibilitan una mejor
organización del espacio habitable en un mo-
mento diferente.
Por ello, a la vez que se plantea el análisis de
la arquitectura y el ambiente, es nalmente de-
terminante la cultura tanto del profesional de
la arquitectura como del grupo humano que
va deniendo su hábitat.
Queda denido que la arquitectura no solo
atenderá las necesidades materiales, pues a tra-
vés de la propuesta estético - formal - funcional
se contribuye también con las necesidades psi-
cológicas del ser humano y por ello la arquitec-
tura mantiene en su tiempo una función social.
Por todo ello, el arquitecto Henry Biber nos
lleva a través de la lectura de su libro por un cami-
no no solo del análisis físico en cuanto al ambien-
te y su relación con las envolventes arquitectóni-
cas, sino que es precisamente el ser humano el que
actúa en sociedad y que debe aportar con respon-
sabilidad espacios habitables, acorde a su época y
sus condiciones intelectuales, sociales y técnicas.