178 Cátedra Villarreal | Lima, perú | V.8 | N. 2 |julio - diciembre| 2020 | e- issn 2311-2212
Introducción
Brain Computer Interface (BCI) es un sistema
de comunicación basado en el registro de señales
cerebrales (EEG). El electroencefalograma es la base y
soporte de dicha tecnología. Fue en el año 1929 que el
neurólogo alemán Hans Beger logró, por primera vez,
observar y registrar la actividad cerebral (variación de
señales eléctricas) de un paciente en un galvanómetro,
construyendo así los cimientos del estudio de la
electroencefalografía.
BCI es una novedosa tecnología que permite la
interacción del hombre con la máquina en un entorno
virtual o físico mediante un canal de comunicación
entre el sistema nervioso central y un dispositivo. En
los últimos años, dichos sistemas han suscitado el
interés de los importantes centros de investigación a
nivel mundial. Actualmente, en diversos campos de la
ciencia como la medicina, robótica, industria militar, y
y proyectos enfocados en el desarrollo de la tecnología
BCI.
neuromusculares que afectan el sistema nervioso
periférico que con el tiempo dejan a las personas en un
estado vegetativo, es decir, pierden la capacidad motora
posibilidad de recuperarlas mediante la creación de un
canal de comunicación entre el cerebro y el ordenador.
BCI es también una tecnología prometedora para
las tecnologías de prótesis de miembros, un área de
particular interés para el ejército de EE. UU., debido al
las tropas que regresan de Irak y Afganistán. (Graham,
2014).
de las más discriminativas es imprescindible a la hora de
diseñar BCI funcionales.
En la presente investigación se implementaron y
ampliaron los métodos empleados en trabajos previos,
obtenidos hasta la fecha. Para ello, se implementó
un sistema basado en algoritmos genéticos (AG) que
permitió realizar la selección de las características
correspondientes a dos estados mentales distintos. Este
dos clases, formadas por los estados mentales de los
eventos de reposo y movimiento de la mano derecha.
(Lobera & Ignacio, 2012).
personas con enfermedades neuromusculares severas
y discapacidades físicas, siendo la tecnología BCI una
alternativa prometedora para mejorar su calidad de vida.
Según la Comisión Especial de Estudio sobre
Discapacidades de enfermedades de tipo degenerativo
del Perú y de acuerdo a las estadísticas realizadas, las
enfermedades neuromusculares afectan a una de cada
1 000 personas. En el Perú, debe haber entre 25 000 y
30 000 personas afectadas, encontrándose que la tercera
parte de ellas reside en Lima. Asimismo, las personas
afectadas de estos males se ven obligadas a viajar fuera
del país para obtener un diagnóstico y tratamiento
adecuado (Zevallos & Fernández, 2004).
Recuperar o sustituir funciones motoras ha sido
una de las áreas más fascinantes pero frustrantes de
las investigaciones del último siglo. La posibilidad
de interconectar el sistema nervioso humano con un
sistema robótico o mecatrónico y usar este concepto
para recuperar alguna función motora ha fascinado
paradigma típico de trabajo en un paciente con una
lesión medular grave o una enfermedad neuromuscular
del cuerpo. Uno de los aspectos que ha permitido
estos desarrollos ha sido el avance en tecnología
BCI dado que son sistemas que permiten traducir,
resultado del pensamiento en órdenes para controlar
directamente dispositivos robóticos mediante un canal
de comunicación directa desde el sistema nervioso
central con los dispositivos, evitando el uso de los
caminos neuronales que ya no cumplen su función
trasmisora debido a la presencia de enfermedades
cerebral, parálisis cerebrales o lesiones en la columna
vertebral (Minguez, 2011).
El desarrollo del sistema de control de un brazo
robótico se basa en el monitoreo de las ondas Beta y
Mu, principalmente, debido a que estas se relacionan
con la acción e imaginación de los movimientos de la