ISSN Versión impresa 2218-6425 ISSN Versión Electrónica 1995-1043
ORIGINAL ARTICLE / ARTÍCULO ORIGINAL
BLASTOCYSTIS HOMINIS AND ENDOLIMAX NANA AN EMERGING INFECTION DURING
TOURISTIC GASTRONOMIC ACTIVITIES IN SINALOA, MEXICO: CASE REPORTS
BLASTOCYSTIS HOMINIS Y ENDOLIMAX NANA COMO UNA INFECCIÓN EMERGENTE
DURANTE LAS ACTIVIDADES TURÍSTICAS GASTRONÓMICAS EN SINALOA, MÉXICO:
REPORTE DE CASOS
Universidad Autónoma de Occidente, Av. del Mar 1200, Flamingos, 82149,
Mazatlán, Sinaloa, México
*Corresponding author: mayra.grano@udo.mx
ABSTRACT
Keywords: Alimentary Anthropology – Blastocystis hominis – diarrea – Endolimax nana – Mexico – protozoa – regional tourism
The present study aims to identify the causative agent of gastrointestinal infections in two tourists with
episodes of chronic diarrhoea and vomiting during gastronomic tourism activities in Mazatlan, Sinaloa on
the Mexican Pacific. During touristic activities, ceviche food and raw seafood are considered as
“gastronomic heritage with great tourist valorisation”, however, these regional foods could be related to
the transmission of intestinal parasitic infections among the tourists who consume them. This paper
presents two case studies with clinical laboratory analysis (coproparasitological and hemathology) of two
tourists; a) 57 year old man (international tourist) and b) 26 year old woman (national tourist).
Coproparasitological studies reveal the presence of Blastocystis hominis Alexeieff en 1911and Endolimax
nana Wenyon & O'Connor 1917, these protozoa are the causative agent of infection, and they can cause
acute or chronic diarrhea, generalized abdominal pain, nausea, vomiting and anorexia after eating prawn
ceviche or aguachile. The blood test revealed an increase in total lymphocytes: 2,800 and 3,100mm3
(1,200-3,400 mm3). For treatment against B. hominis and E. nana, metronidazole and antibiotics were
administered orally, resulting in resolution of symptoms and eradication of organisms. Co-infection with
these two protozoan parasites individually has been documented in Africa. However, not during tourist
activities due to consumption of regional food in Mexico. A brief description is made of the implications
for the tourism and public health sector in Mazatlan, Sinaloa, Mexico, a country with strong social food
identities.
Neotropical Helminthology
253
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic:253-264.
Mayra I. Grano Maldonado*
ÓrganooficialdelaAsociaciónPeruanadeHelmintologíaeInvertebradosAfines(APHIA)
Lima-Perú
VersiónImpresa:ISSN2218-6425VersiónElectrónica:ISSN1995-1043
Volume13,Number2(jul-dec2019)
Con la llegada de medios de transportes más
accesibles económicamente, millones de personas
viajan cada año desde los países denominados
desarrollados a los países en desarrollo localizados
en su mayoría en los trópicos y subtrópicos, según
la Organización Mundial del Turismo (OMT,
2018). México está ubicado en la zona neotropical
y este ambiente apoya una biodiversidad única que
atrae vastas actividades turísticas (Garrod et al.,
2018). En México, el turismo en 2017 fue de 235
mill de personas, siendo la ciudad de México la más
visitada con un 65,8% de acuerdo con DATATUR
(2018). En el mismo año, de acuerdo con datos del
Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa
(CODESIN), Sinaloa recibió un total de 3555.811
turistas, posicionando a Mazatlán, como el primer
lugar de los destinos a visitar por turistas (el
69,44% de los turistas visitaron Mazatlán,
Culiacán 17,25% y los Mochis 9,91%)
principalmente. La ciudad y puerto de Mazatlán
está ubicado en el noroeste de México en el litoral
del Océano Pacífico y está considerado como uno
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RESUMEN
Palabras clave: antropología alimentaria Blastocystis hominis – diarrea – Endolimax nana – México protozoarios – turismo regional
El presente estudio tiene como objetivo identificar al agente causal de infecciones gastrointestinales de
dos individuos con episodios de diarrea crónica y vómito durante actividades turísticas gastronómicas en
el puerto de Mazatlán, Sinaloa en las costas del Pacifico Mexicano. Es el caso, del cebiche y mariscos
crudos que están considerados como “patrimonios gastronómicos con gran valorización turística”; sin
embargo, estos alimentos regionales podrían estar relacionados con la transmisión de infecciones
parasitarias intestinales entre los turistas que los consumen. Este trabajo presenta dos casos de estudio con
análisis clínicos de laboratorio (coproparasitológico y hemograma completo) de dos turistas; a) hombre
de 57 os (turista internacional) y b) mujer de 26 años (turista nacional). Los estudios
coproparasitológicos revelan la presencia de Blastocystis hominis Alexeieff en 1911 y Endolimax nana
Wenyon & O'Connor 1917, estos protozoarios son el agente causal de infección, y que pueden causar
diarrea aguda o crónica, dolor abdominal generalizado, náuseas, vómitos y anorexia. El análisis de sangre
3 3
reveló un incremento en los linfocitos totales: 2.800 y 3.100mm (1.200-3.400 mm ). Para el tratamiento
contra B. hominis y E. nana se administró oralmente, metronidazol y antibióticos lo que resulta en la
resolución de los síntomas y la erradicación de los organismos. La co-infección con estos dos protozoarios
parásitos individualmente ha sido documentada en África. Sin embargo, no durante las actividades
turísticas por consumo de comida regional en México. Se hace una breve descripción de las implicaciones
para el sector turístico y la salud pública en Mazatlán, Sinaloa, México con fuertes identidades sociales de
la alimentación.
INTRODUCCIÓN de los destinos turísticos más importantes de este
país, donde el 66% de la población está dedicada
principalmente al turismo (Nava-Zazueta & Ibarra-
Escobar, 2010). En Mazatlán, existe la costumbre
de algunas cocinas regionales como es el ceviche
de pescado y el consumo de mariscos crudos como
el aguachile (camarón crudo aliñado con limón,
sal, pimienta y chile serrano). En este contexto, es
durante estas actividades gastronómicas
regionales, donde los turistas están en riesgo de
contraer una variedad de enfermedades infecciosas
que son endémicas en esta áreas, la más frecuente
de estas es la diarrea (Black, 1986). Este autor,
menciona que los estudios de grupos de viajeros a
América Latina y África han encontrado que
aproximadamente la mitad de los turistas
desarrollan diarrea durante su estancia en el
extranjero. Jelinek et al. (1997) describen como un
protozoario podría ser un factor de riesgo de
transmisión y causante de diarreas muy frecuente
entre los turistas durante viajes al extranjero. Estos
autores, realizaron un estudio de casos y controles
entre 795 turistas alemanes, donde el protozoario
Blastocystis hominis Alexeieff, 1911 se detectó en
69 de 469 (14,7%) turistas con diarrea y en 21 de
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Grano Maldonado
326 (5,7%) controles; los resultados de este estudio
sugieren que B. hominis está asociado con el
desarrollo de diarrea en viajeros a destinos
tropicales y que con frecuencia ocurren infecciones
concurrentes con otros organismos.
Blastocystis hominis es un protozoario unicelular
intestinal y es una causa común de enfermedades
gastrointestinales en todo el mundo. Los quistes de
B. hominis suelen ser redondos, miden entre 6 y 40
µm, con una gran vacuola (Abdulsalam et al.,
2012) y la propia vacuola está bordeada, por
numerosos núcleos. Endolimax nana Wenyon &
O'Connor 1917 es uno de los protozoarios
intestinales más pequeños que parasitan al ser
humano, miden de 6 a 12 µm. El núcleo a veces es
visible en preparaciones sin teñir, el citoplasma
presenta un aspecto granular y muy vacuolado
(Gomila et al., 2011). Estos organismos se
reproducen mediante fisión binaria. El modo de
transmisión de estos organismos es fecal-oral,
transmitido por el agua (agua contaminada) y los
vectores transmitidos por alimentos (alimentos
crudos) se han reportado como las fuentes más
probables. La patogenicidad se produce con la
ingestión de quistes maduros que conducen a la
lisis del epitelio intestinal y secreción de toxinas
diarreogénicas (Graczyk et al., 2005; Abdulsalam
et al., 2012). De acuerdo con, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y Centros de Control y
Prevención de Enfermedades en Estados Unidos
(Centers for Disease Control and Prevention,
CDC) estiman que más de 2 bill de personas en el
mundo, presentan alguna enfermedad
gastrointestinal causada por algún parásito
primordialmente en países en vías de desarrollo, o
comunidades vulnerables (OMS, 2016; CDC,
2019). Las enfermedades gastrointestinales
causadas por parásitos protozoarios se consideran
una de las infecciones más comunes a nivel
mundial como India, México, Venezuela, Malasia,
Argentina, Brasil entre otros (Farook et al., 2002;
Morales-Espinoza et al., 2003; Devera et al., 2006;
Traviezo-Valles et al., 2006; Abdulsalam et al.,
2012; Nascimento et al., 2005; Gamboa et al.,
2003). La presencia de parásitos intestinales en
países latinoamericanos son el resultado de las
deficiencias en los hábitos de higiene entre sus
habitantes (Iannacone et al., 2006; Devera et al.,
2006; Kulik et al., 2008). Aunado a la poca
atención por parte de los gobiernos en estos países
(Ehrenberg & Ault, 2005; Holveck et al., 2007).
Este estudio demostró que la co-infección por
protozoarios intestinales es posible durante las
actividades turistas alimentarias durante el
consumo de comida regional como el ceviche de
camarón crudo en Mazatlán, Sinaloa. Los platos
típicos regionales como el ceviche pueden ser
vector de patógenos co mo el Vibr io
parahaemolyticus en Sinaloa (Rodríguez-
Camacho et al., 2014; Rivas-Montaño et al., 2018).
En México, los estudios demuestran la presencia de
patógenos humanos del género Vibrio en alimentos
marinos consumidos crudos y poco cocidos
procedentes de ambas costas mexicanas (Hoffman,
2010). Regionalmente, existe una creencia que el
uso de jugo de limón mata” cualquier organismo
patógeno y además consigue una carne más firme y
sabrosa. En este sentido, hay una elección en la
preparación de alimentos a partir de emplear una
diversidad de especies marinas crudas como:
camarón Litopenaeus vannamei (Boone, 1931);
sierra Scomberomorus sierra Jordan & Starks,
1895; corvina Cynoscion spp Gill, 1861; pargo
Lutjanus spp Bloch, 1790; lobina Micropterus
salmoides (Lacépède, 1802); callo de hacha Atrina
maura Sowerby, 1786, etc.
En este contexto, este trabajo tiene como objetivo
identificar al agente causal de infecciones
gastrointestinales de episodios de diarrea crónica y
vómito durante actividades turísticas
gastronómicas en el puerto de Mazatlán, Sinaloa.
El consumo de mariscos, el ceviche y los moluscos
crudos como los ostiones Crassostrea corteziensis
(Hertlein, 1951) en los consumidores residentes y
turistas en Mazatlán, Sinaloa, lleva a considerar la
relevancia del estudio para la salud de la población,
vinculado a la incidencia de cuadros moderados y
severos de gastroenteritis en los periodos
vacacionales donde los turísticas prefieren comer
en los restaurantes improvisados a pie de playa
(Figura 1). Para reducir la tasa de infecciones
parasitarias en turistas nacionales e internacionales
y en el consumidor local se requiere promover el
uso de agua potable, el uso regularizado de letrinas
a pie de playa, realizar estudios de salud entre el
personal de manejo de alimentos, regularizar e
inspeccionar las licencias que generan los
certificados y permisos en los sistemas de salud
pública por parte de las instituciones
gubernamentales estatales.
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Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Emerging infection during touristic gastronomic activities
El estudio incluye dos estudios de casos, a) Un
hombre de 57 años- Turista internacional y Una
mujer de 26 años- Turista nacional. Los pacientes
asistieron a consultorio dico y clínica, las
muestras de heces se recolectaron en un recipiente
de plástico estéril, desechable y limpio, etiquetado
con el sexo, nombre, edad, fecha de recolección del
paciente y las muestras se enviaron a dos
laboratorios de diagnóstico especializado en el área
de estudio. Se les realizó una encuesta médica a
ambos pacientes. El examen parasitológico de
heces, se realizó de acuerdo al laboratorio, un
examen macroscópico pa ra deter min ar
consistencia, color, olor y presencia de sangre o
mucosidad. Y un examen microscópico con el
método de frotis de montaje en húmedo directo.
Posteriormente, se realizó un examen posterior al
medicamento solo al caso (b) de estudio. Se realizó
un análisis hematológico (química sanguínea y
biometría hemática).
Declaración ética
Se explicó el objetivo del estudio a los participantes
y se obtuvo un consentimiento verbal donde los
pacientes donaron sus muestras fecales.
Casos de estudio
a) Un hombre de 57 años- Turista internacional
Residente de Oregón, Estados Unidos que
recientemente había viajado a Mazatlán (altura:
1,94 m, peso: 102 kg; índice de masa corporal: 27,1
2
kg/m ), se presentó con quejas de dolor abdominal
indefinido y diarrea durante los últimos 3 días.
Declaró que comenzó a notar dolor abdominal
difuso e intermitente que no se alivió, ni se agravó
por cualquier factor. Describ el dolor como
agudo y declaró que los episodios diarreicos
durarían aproximadamente 20- 30 min antes de
resolverse por mismos. El paciente también
declaró que había presentado dolor abdominal
previo a la diarrea descrita como 5-8 evacuaciones
intestinales sueltas al día. Describió la diarrea
como desechos de gran volumen, acuosas, de color
marrón claro, fétida, sin sangre y carecían de
moco. Negó cualquier pérdida de peso
involuntaria, estreñimiento intermitente, melena,
hematemesis. Presentó una temperatura de 38,2
°C. También negó cualquier contacto por
enfermedad con alguna otra persona o uso de
antibióticos previos. Menciona que las molestias
causadas fueron seguidas del consumo de coctel de
camarón L. vannamei y aguachile (camarón crudo
marinado en limón, cebolla y chile serrano) servido
a pie de playa (Figura 1 y 2).
El historial médico y quirúrgico anterior no fue
notable y el historial familiar no fue significativo.
Incluyendo la ausencia de cualquier malignidad,
cáncer o trastornos gastrointestinales. Él negó el
uso de tabaco diario (puros ocasionales), alcohol o
drogas recreativas y declaró que solo estaba
tomando medicamentos en casa para controlar la
diarrea. Declaró que nunca había recibido
transfusiones de sangre.
b) Una mujer de 26 años- Turista nacional
Residente del estado de Sonora que reciente viajó
al puerto de Mazatlán (altura: 1,73m, peso: 97kg;
2
índice de masa corporal: 32,4 kg/m ), se presentó
con molestia y dolor intestinal durante dos días con
episodios de diarrea y vómito abundante,
acompañado de anorexia. Declaró que el dolor se
agravó al ingerir cualquier alimento. Describió el
dolor como agudo y declaró que los episodios
diarreicos durarían aproximadamente 10 min antes
de resolverse por mismos. La paciente también
declaró que había presentado dolor abdominal con
15 evacuaciones intestinales sueltas al día durante
tres días, antes de ir al médico. Describió la diarrea
como acuosa, de color amarillento a marrón, fétida,
sin sangre y carecían de moco. Pérdida de peso
involuntario, sin estreñimiento intermitente,
melena, hematemesis. Presentó una temperatura de
39,8 °C. También negó cualquier contacto por
enfermedad con alguna otra persona o uso de
antibióticos previos. De igual forma, menciona que
las molestias causadas fueron seguidas del
consumo de cebiche de camarón (el camarón en
crudo marinado en limón) con callo de hacha A.
maura y pulpo Octopus bimaculatus (Verril, 1983)
servido en un restaurante tipo palapa a pie de playa
(Figura 1 y 2). Declaró que se le generaron náuseas
y vomito consecuente después de haber sido
consumido.
El historial médico y quirúrgico no fue notable y el
historial familiar no fue significativo. Incluyendo
la ausencia de cualquier malignidad, cáncer o
trastornos gastrointestinales de importancia
MATERIAL Y MÉTODOS
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Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Grano Maldonado
previos. Ella negó el uso de tabaco o drogas
recreativas, no bebe alcohol, la paciente declara
que recibió transfusiones de sangre a los ocho años
y declara que tomó medicamentos para controlar la
diarrea.
Hombre de 57 años y mujer de 26 años.
Examen de la mucosa oral con señales de
deshidratación moderada por la presencia de
membranas mucosas secas, sin evidencia de
candidiasis oral. Examen abdominal presentó una
leve sensibilidad epigástrica sin vigilancia,
sensibilidad de rebote o rigidez. Evaluación de
laboratorio incluye un hemograma completo, un
panel metabólico completo. La prueba de sangre
oculta en heces fue positiva. Negativo para virus
de la inmunodeficiencia (Tabla 1).
Examen de heces
El examen de heces para los huevos y parásitos
realizado fue positivo para una co-infección de B.
hominis y E. nana. Ambos casos, dados los
síntomas diarreicos junto con la identificación en el
laboratorio de una co-infección de los protozoarios
B. hominis y E. nana, ambos pacientes comenzaron
RESULTADOS
257
Tabla 1. Examen hematológico de los turistas con enfermedad gastrointestinal durante actividades gastronómicas
regionales.* rango elevado de células.
Análisis de sangre
(intervalo)
Hombre de 57 años
Turista internacional
Mujer de 26 años
Turista nacional
Linfocitos totales:
(1200-3400) mm3
2,800*
3,100*
Monocitos:
(2-6) mm3
6,7*
5*
Linfocitos
(25-33) mm3
38,1*
32*
Eosinólos:
(1-5) mm3
9,5*
5*
Bandas
(0.0-0.5) mm3
0,4
0,3
Basólos
(0.0-0.5) mm3
0,4
0,0
Eritrocitos (Mill./mm3)
Hombres (4,5-5,7)
Mujeres (3,9-5,0)
4,65
5,25
Hemoglobina (g/dL)
Hombres 13-17
Mujeres 12-16
15
13,9
Hematocrito (%)
Hombres (41-52)
Mujeres (36-46)
44,4
41,8
Volumen corpuscular
medio (fL)
(82-96)
96 90,1
Concentración de
hemoglobina corpuscular
33,8 33,4
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Emerging infection during touristic gastronomic activities
con un tratamiento de 500 mg de metronidazol que
se tomarían 3 veces al día durante 10 días y un curso
de antibióticos por 5 días. Se recomendó a los
pacientes que volvieran a la consulta en 15 días
para reevaluar la sintomatología después de 10
días. Sin embargo, el hombre de 57 años regresó a
su país de origen, por lo que se recomendó que
visitara a su médico familiar local. La paciente iría
a su clínica familiar al final los medicamentos. Ella
se realizó un segundo examen de heces al culminar
los medicamentos, con resultados negativos para
B. hominis y E. nana.
258
Figura 1. (a-c) Restaurantes a pie de playa en la zona conocida como “playa norte” estos sitios turísticos se sirven especialidades
gastronómicas regionales como ceviche de pescado y camarón, aguachile entre otros. Estos sitios cuentan con letrinas comunes
cuya ubicación sobre la playa hacen de estos sitios una posible fuente de infección de patógenos.
Figura 2. Mapa de la bahía de Mazatlán, Sinaloa, México.
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Grano Maldonado
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Los tu r i s t a s q u e p a r t i c i p a n e n viajes
internacionales cada año suelen desarrollar un
síndrome diarreico agudo durante el viaje o poco
después de llegar a casa, a este síndrome se le
conoce como diarrea del viajero (DV). Feldman
(1984) describe en su artículo, algunas
características clínicas y epidemiológicas de la
(DV). Este padecimiento no es un diagnóstico
específico, sino un síndrome clínico con múltiples
etiologías. Posteriormente, otros autores
comienzan a registrar datos de los millones de
personas que viajan a los países en desarrollo, entre
el 20% y el 50% desarrollarán al menos un episodio
de diarrea, lo que la convierte en la enfermedad
dica s común que afecta a los viajeros
(Diemert, 2006).
Estos parásitos protozoos unicelulares
comúnmente identificados en espemenes de
heces de viajeros que han regresado de países
tropicales, por ejemplo, Jelinek et al. (1997)
describe el papel de B. hominis como un patógeno
para el hombre que ha sido discutido de manera
controvertida, mientras que la historia de los viajes
se ha implicado como un factor de riesgo de
transmisn. Se han realizado pocos estudios
controlados de la asociación entre B. hominis y
enfermedades sintomáticas. Estos autores,
realizaron un estudio de casos y controles entre 795
turistas alemanes que regresan de países tropicales
(India). Se evaluó la prevalencia del organismo
entre pacientes con y sin síntomas. Blastocystis
hominis se detectó en 69 de 469 (14,7%) pacientes
con diarrea y en 21 de 326 (5,7%) controles. Sin
embargo, se detectaron otros organismos que
causan diarrea en 18 de los 69 (26,1%) pacientes
sintomáticos con B. hominis. Así, 51 de 469
pacientes (10,8%) sintomáticos tenían B. hominis
en ausencia de otros patógenos en sus heces. Los
resultados de este estudio sugieren que B. hominis
es asociado con el desarrollo de diarrea en
viajeros a destinos tropicales y que frecuentemente
ocurren infecciones concurrentes con otros
organismos. Los resultados de este estudio en dos
casos de turistas uno internacional y otro nacional
en Mazatlán, Sinaloa, México (Figura 2)
concuerda con la investigación realizada por
Jelinek et al. (1997) donde valida la transmisión de
protozoarios parásitos durante actividades
turísticas. Asimismo Roberts et al. (2011)
reportaron que Endolimax nana era el parásito
protozo ario más común encontrado en
conjunciones con Blastocystis spp. seguido de
Giardia lamblia Kunstler, 1882 y Entamoeba
histolytica Schaudinn 1903. Nascimento et al.
(2005) y Elghareeb et al. (2015) registraron sobre
casos mixtos de infección de protozoarios. Sin
embargo, Elghareeb et al. (2015) encontró que G.
lamblia es el parásito más frecuente asociado con
B. hominis.
Es importante mencionar que B. hominis, presenta
varias argumentaciones especialmente en cuanto a
su posible papel como patógeno que continúa
siendo motivo de controversia. Inicialmente fue
considerado como un comensal, Alger (1997)
menciona en su arculo titulado” B. hominis
patógeno o comensal?” que: “actualmente no se
cuenta con evidencia que sustente un papel
patogénico en este organismo. Sin embargo, se
deben conocer los factores de virulencia en
estudios prospectivos controlados en poblaciones
bien definidas para descartar patogenicidad”. En
este contexto, estudios actuales (Tan, 2008;
Méndez Bustelo et al., 2015) sugieren que el
organismo Blastocystis sp. es patógeno y se asocia
a u n a a m p l i a e s c a l a d e t r a s t o r n o s
gastrointestinales. Cada vez más estudios apoyan
la participación de este parásito en patología clínica
(Nascimento et al., 2005; Roberts et al., 2011;
Elghareeb et al., 2015; Taylor-Orozco et al., 2016).
En la extensa revisión realizada por Del Coco et al.
(2017), estos parásitos son reconocidos como
causantes de episodios y desórdenes intestinales
(diarrea, enfermedad inflamatoria intestinal,
síndrome de intestino irritable, colitis ulcerosa); así
como, urticaria y anemia ferropénica. Sin embargo,
diversos investigadores indicaron la ausencia de
asociación entre el pasito y la enfermedad
clínica, aunque la patogenicidad de este parásito no
ha sido probada. Este amplio rango de respuestas a
la infección podría estar relacionado con la
diversidad genética de los aislamientos
provenientes de hospedadores infectados de
acuerdo a Del Coco et al. (2017).
Las características clínicas de la enfermedad que se
han atribuido a Blastocystis incluyen náuseas,
anorexia, dolor abdominal, flatulencia y diarrea
aguda o crónica (Jelinek et al., 1997). En este
trabajo se describe que ambos turistas coincidieron
DISCUSIÓN
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Emerging infection during touristic gastronomic activities
en el consumo de camarón crudo durante
actividades gastronómicas turísticas, y el resultado
del análisis de sangre reveló un elevado de células
(linfocitos) como resultado de una infección. El
método de diagnóstico preferido es un frotis teñido
permanentemente de una muestra de heces no
concentrada (Shah et al., 2012). La presencia de B.
hominis en muestras de heces de viajeros
sintomáticos debería hacer que los médicos
busquen otros co-patógenos no reconocidos (Abou
et al., 2001; Tan & Suresh 2006; Tan, 2008;
Tikhonova et al., 2012; Taylor-Orozco et al., 2016;
del coco et al., 2017; Ocaña-Losada et al., 2019).
Debido a la controversia sobre la patogenicidad de
B. hominis en humanos, los médicos a menudo se
enfrentan con el dilema de si deben o no ofrecer
tratamiento para la infección por B. hominis en los
viajeros que regresan a sus respectivas localidades.
Los medicamentos más comúnmente utilizados
para el tratamiento incluyen metronidazol y
trimetoprim-sulfametoxazol cuando el tratamiento
se considera necesario. La prevencn en los
viajeros debe centrarse en las precauciones con los
alimentos y el agua, ya que el organismo se
transmite por vía fecal-oral (Tan & Suresh, 2006;
Tan, 2008; Taylor-Orozco et al., 2016; Del Coco et
al., 2017; Ocaña-Losada et al., 2019).
En el Pacífico mexicano, en el sur del estado de
Sinaloa, Cabanillas-Beltrán et al. (2006)
reportaron por primera vez un brote de
gastroenteritis causada por cepas pandémicas de V.
parahaemolyticus O3:K6 en México fue reportado
en septiembre de 2004 y afectó a más de 1.250
personas debido al consumo de camarones crudos
o p o c o c o c i d o s c o n t a m i n a d o s c o n V.
parahamolyticus (tdh+/trh-), (tdh+/trh+) y O3:K6
patógenicos. En el mismo estado, entre 2004-2010
se reportaron más de 1, 230 casos de gastroenteritis
asociados con el consumo de camarones. Los
resultados demostraron que la cepa pandémica V.
parahaemolyticus O3:K6 ambiental fue la
causante de 79% de los casos reportados de
acuerdo con el estudio realizado por Cabanillas-
Beltrán et al. (2006). Las evaluaciones de la
calidad sanitaria de productos marinos evaluados
por López-Hernández et al. (2014) reportó la
prevalencia de Vibrio spp. en tres puestos de venta
de mariscos en 2004. Del total de 48 muestras, 18
fueron ostiones crudos, 12 de "ceviche" de pescado
(crudo marinado en jugo de limón) y 18 cocteles de
camarón (ligeramente hervidos). Las muestras de
ostión (77,7%), de ceviche (33,3%) y de cocteles
de camarón (16,6%) resultaron contaminadas con
Vibrio cholerae Pacini 1854 no-O1/no-O139 y V.
parahaemolyticus, revelando así el riesgo para la
salud que representa su consumo (Estrada-García
et al., 2005). En México, se han realizado estudios
de la presencia de estos patógenos, los estudios más
representativos son reportados por Casteda-
Chávez et al. (2005); Pardío et al. (2008); Martínez
(2011); Rendón et al. (2013).
Diemert (2006) describe que la diarrea del viajero
es una enfermedad leve, pero poda causar
dificultades significativas en el turista cuando viaja
al extranjero. Las precauciones para minimizar el
riesgo de desarrollar diarrea del viajero, es evitar
alimentos o bebidas potencialmente contaminados.
Si bien se considera que B. hominis y E. nana son
organismos no patógenos, este estudio en
Mazatlán, Sinaloa demostró que pueden asociarse
con diarrea en turistas como lo reportado por
Graczyk et al. (2005) y Shah et al. (2012). Los
resultados de este estudio en Mazatlán, Sinaloa son
evidencia reciente que las infecciones por B.
hominis y E. nana están asociadas con bajos
estándares de higiene deficiente y pueden
contribuir a la diarrea en turistas que visitan el
puerto. Un estudio realizado por Shah et al. (2019)
tuvo como objetivo determinar la prevalencia de
infecciones parasitarias entre los manipuladores de
alimentos en Irán. Las muestras de heces
recolectadas (n= 1530 individuos) se examinaron
mediante técnica directa, 1462 (95,6%) eran
hombres y 62 (4,4%) mujeres. Se encontraron
infecciones parasitarias intestinales en 92 (6,01%)
individuos. Este tipo de análisis se debe replicar en
los prestadores de servicios con acceso a los
alimentos en los lugares de consumo de turistas
más frecuentes.
El u so e mpí r i co t e mp r a no d e ag e nte s
antimicrobianos, incluidos los agentes de
trimetoprim-sulfametoxazol o quinolona, ofrece
un medio excelente para tratar la diarrea del viajero
y prevenir sus posibles complicaciones de acuerdo
con Adachi et al. (2003), estos autores menciona
el uso de antibióticos durante la diarrea del viajero
de pacientes americanos en México. Los viajeros
que desarrollan disentería, fiebre alta o diarrea
prolongada que dura más de 10 a 14 días deben
buscar atención médica para un diagstico
específico y una terapia antimicrobiana adecuada.
Neotropical Helminthology, 2019, 13(2), jul-dic Grano Maldonado
260
Existen resultados preliminares que muestran la
presencia de larvas de cestodos en la musculatura
de algunos peces empleados para el consumo y
elaboración de ceviche, asimismo la presencia de
metacercarias en ostiones consumidos a nivel de
playa (Grano-Maldonado et al., 2019abc). Estos
trabajos contribuyen al conocimiento de la biología
de los parásitos, la biodiversidad y la preferencia
del hospedero y posibles riesgos en la salud
humana que deberían ser considerados durante
estas actividades turísticas. Además, la posibilidad
de infección y riesgo zoonótico está presente y la
prevención del riesgo alimentario se discuten en
detalle con una consideración como enfermedad
parásita que emerge en México. De la misma
forma, un estudio antropológico profundo con las
interpretaciones socioculturales de la alimentación
regional (Grano-Maldonado & Mendieta-Vega
2019, ab) con una visión antropológica de la dieta
popular y tradicional, propia de la costas del
noroeste, la diversidad de identidades alimentarias.
En un ejemplo, a pesar de conocer los riesgos en la
salud, los habitantes regionales no dejaran de
consumir cebiche, ya que está consolidado como
parte cultural regional. Esta dieta mazatleca que
sería co ns id er ad a como un a identidad
gastronómica local y que se basa en condiciones
ambientales, ecomicas y socioculturales de
interacción de los sujetos y comunidades con su
medio (Cervantes, 2012; Conaculta, 2011, 2003).
Esta dieta porteña, junto a sus prácticas de
creación, producción y distribución de alimentos,
es la que se ofrece al turista como producto
gastromico de Mazatlán. Sin embargo, es
necesario que los visitantes conozcan los riesgos al
consumir pescados y mariscos crudos. Y que el uso
del limón no elimina el riesgo de contagio de
enfermedades, de acuerdo a las investigaciones de
algunos platos típicos regionales como el cebiche
puede ser vector de patógenos como el V.
parahaemolyticus en Sinaloa (Rodríguez-
Camacho et al., 2014; Rivas-Montaño et al., 2018).
En México, los estudios demuestran la presencia de
patógenos humanos del género Vibrio en ambas
costas mexicanas (Hoffman, 2010). Este estudio es
el primer registro de co-infección con estos
protozoarios parásitos durante las actividades
turísticas por consumo de comida regional en
México. Este trabajo encontró que el consumo de
alimento crudo de origen marino, el lugar donde se
consume, la poca higiene al preparar los alimentos,
pueden ser los factores más importantes para la
transmisión de infecciones parasitarias intestinales
en turistas que desconocen los sitios de consumo
más recomendado. La educación sanitaria y la
vigilancia de rutina eran necesarias para controlar
las infecciones gastrointestinales es imperativa en
la región.
El autor agradece a los pacientes su consentimiento
y permiso para la publicación de este artículo. A los
referees que contribuyeron científicamente con sus
comentarios para mejorar el contenido del mismo.
AGRADECIMENTOS
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