Otro aspecto a considerar fue la mayor abundancia
de individuos femeninos con características
masculinizantes (individuos intersexados),
representadas por la presencia de dos o más artejos
en el quinto par de patas (una hembra normal
presenta solamente un artejo y los machos cuatro
artejos en la quinta pata izquierda) (Boxshall
&Halsey, 2004).
También se ha observado en condiciones
experimentales que la actividad de pastoreo de
Acartia tonsa Dana, 1849 y su fecundidad
disminuyen al ser alimentados con el dinoflagelado
neurotóxico Karenia brevis (Davis,1948)(G.
Hansen et Moestrup, 2000), productor de marea
roja en el Golfo de México (Breier & Buskey,
2007).
En aguas costeras de Spitsbergen del área de
Kongsfjorden, Noruega, Walkusz & Rolbiecki
(2007) estudiaron los protozoarios ciliados
epibiontes y parásitos de Calanus finmarchicus
(Gunner, 1765), C. glacialis Jaschnov, 1955,
Metridia longa (Lubbock, 1854) y Paraeuchaeta
norvegica (Boeck, 1872). Audemard et al. (2001)
estudiaron el protozoario Marteilia refringens
Gritzel, Comps, Bonami, Cousserans, Duthoit &
Le Pennec, 1974 parásito del copépodo Paracartia
(Acartia) grani Sar G. O., 1904 en la bahía
Marennes-Oléron al suroeste de Francia.
Entre los helmintos que parasitan a los copépodos
se encuentran las fases larvarias de tremátodos
monogéneos, digéneos, céstodos y nemátodos.
Meyers (1990) menciona la presencia del
monogéneo Udonella sobre el cefalotórax de
copépodos pertenecientes a la familia Caligidae
que son parásitos de peces.
Por su parte, Madhavi (1968) registró a
Paracalanus aculeatus Giesbrecht, 1888
albergando a un didymozoido en la costa de
Waltair, bahía de Bengala, India. Steuer (1928)
recopiló la información disponible hasta ese
momento y señaló a las especies Pseudocalanus
elongatus (Boeck, 1865), Paracalanus parvus
(Claus, 1863), A. clausi, Calanus finmarchicus
Gunners, 1770, Temora longicornis Müller O. F.,
1775 y Centropages hamatus (Lilljeborg, 1853),
que albergan a varias especies de hemiúridos
apendiculados (con ecsoma) en diversas regiones
de Inglaterra y Mar del Norte, entre los que se
encuentran Dinurus (Dollfus, 1927) y Hemiurus
communis Odhner, 1905 (Lebour, 1923).
Hunninen & Cable (1943) describen el ciclo
biológico de Lecithaster confusus Odhner, 1905
obtenido experimentalmente de varias especies de
copépodos de Acartia en Massachusetts.
Respecto a larvas de céstodo del orden
Proteocephalidea, Falavigna et al. (2003) las
encontraron en la cavidad del cuerpo del primer
segmento cefalotorácico de copépodos
ciclopoideos del río Paraná, Brasil. Un macho y
una hembra pertenecen al género Paracyclops sp. y
otras hembras a Paracyclops sp., Thermocyclops
minutus (Lowndes, 1934) y Mesocyclops
longisetus (Thiébaud, 1912). El desarrollo de los
céstodos varió de hexacanto a merocercoide
completamente formado.
Mueller, 1965 (In: Meyers, 1990) registró que los
coracidios de Spirometra mansonoides (Mueller,
1935) puede parasitar del 70% al 80% de las
poblaciones del copépodo Cyclops vernalis
Fischer, 1853, causando el retardo en el desarrollo
por inhibición de la muda y castración.
Por otro lado, Huizinga (1966) infectó
experimentalmente a C. vernalis y Tigriopus
californicus (Baker, 1912) con larvas II del
nemátodo Contracaecum spiculigerum (Rudolphi,
1809) y se desarrollaron de 6 a 10 gusanos en cada
especie de copépodo. Los hospederos murieron de
uno a seis días y durante este tiempo se observó
incremento en la talla de los nemátodos, pero no
mudaron.
De & Maity (1999) realizaron infecciones
experimentales de larvas eclosionadas del huevo
del nemátodo Onchocamallanus bagarii (Karve et
Naik, 1951) en copépodos de las especies
Mesocyclops leuckarti (Claus, 1857) y M. crassus
(Fischer, 1853) en el oeste de Bengala, India,
obteniendo el desarrollo de las larvas III maduras
en su hemocele.
En México, solamente se conoce el papel que
tienen los copépodos dulceacuícolas de las
especies Mesocyclops leuckarti (Claus, 1857),
Eucyclops serrulatus (Fischer, 1851), Cyclops
strennus (Fisher, 1851) y C. viscinus Uljanin, 1875
en el estado de Tabasco, como primeros hospederos
intermediarios en el ciclo de vida del nemátodo
Gnathostoma (Hernández-Gómez et al., 2008).
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Neotrop. Helminthol., 5(2), 2011