Relacionando los factores socioeconómicos con la
toxoplasmosis en las gestantes atendidas en ambos
hospitales, se apreció mayor prevalencia de estos
factores en las gestantes de 15 a 30 años de edad, de
procedencia urbano-marginal, de ocupación amas
de casa con instrucción secundaria y que perciben
un ingreso familiar mensual menor de S/. 520
(equivalente a 186 dólares americanos mensuales).
La vivienda rústica predominó en las gestantes con
toxoplasmosis atendidas en el Hospital “César
Garayar”. Las condiciones de saneamiento
ambiental (abastecimiento de agua, eliminación de
basura y desagüe), fueron mayormente buenas en
las gestantes. Al análisis estadístico de los
2
resultados utilizando el X de Mantel - Haenszel se
observó relación significativa en las amas de
casa/trabajadoras del hogar con las empleadas
públicas (p=0,028) y en aquellas con vivienda
rústica (p=0,01) positivas a toxoplasmosis. Esto
indica que las amas de casa/trabajadoras del hogar
y las que tienen viviendas rústicas estarían con
mayor riesgo de adquirir toxoplasmosis (Tabla 1).
Relacionando los factores epidemiológicos con la
toxoplasmosis, se observó predominancia de
vectores mecánicos, ingesta de agua sin hervir, así
como de carnes poco cocidas, de embutidos, y
mucho más en las que comen frutas y verduras sin
lavar. En cambio, en la cohabitación con gatos fue
más prevalente la toxoplasmosis en aquellas
gestantes de ambos hospitales que no tienen gatos;
en las que viven con otros animales (mayormente
perros), se registró predominancia en las gestantes
atendidas en el Hospital “César Garayar”.
Estadísticamente se observó significancia en las
gestantes con toxoplasmosis que ingieren frutas y
verduras sin lavar (p=0,002) del Hospital “Felipe
Arriola” y en aquellas gestantes que cohabitan con
otros animales (p=0,023) del Hospital “César
Garayar”. Estos dos factores epidemiológicos
representan mayor riesgo para adquirir
toxoplasmosis (Tabla 2).
DISCUSIÓN
La prevalencia de anticuerpos contra Toxoplasma
es alta a nivel mundial, especialmente en países
tropicales y subtropicales con un promedio de 50%
a nivel internacional en la población
aparentemente sana (Díaz et al., 2001; Martínez et
al., 2005). Su importancia en salud pública reside
sobre todo en la gravedad de la infección congénita
y sus secuelas (Martin & García, 2003; Gómez,
2004). Por ello, hacer el diagnóstico serológico
permitirá prevenir la toxoplasmosis congénita,
debido a que un alto porcentaje de las mujeres cuya
primoinfección ocurre durante el embarazo y no
son diagnosticadas, ni medicadas, transmitirán la
infección al feto, quienes pueden desarrollar
lesiones oculares y del sistema nervioso central
(Riera et al., 2001; Triolo & Traviezo, 2006).
Los resultados del presente estudio muestran una
elevada seroprevalencia de toxoplasmosis en las
gestantes de los Hospitales “Felipe Arriola” y
“César Garayar”. Evaluando la frecuencia de
anticuerpos IgG e IgM mediante la prueba de
ELISA, se registró que 94,5% de las gestantes del
Hospital “Felipe Arriola” y 86,8% de las gestantes
del Hospital “César Garayar” fueron positivas a la
IgG anti T. gondii. Estos resultados demuestran que
la alta prevalencia de IgG en la población de
gestantes es consecuencia de una infección previa.
Otros investigadores peruanos registran
prevalencias menores, tales como Zegarra &
Cartagena (2002) (32,5%); Arévalo et al. (2002)
(56,7%) y Cubillas et al. (2000) (54,6%). Así
mismo, en gestantes de Latinoamérica se registran
prevalencias de IgG anti T. gondii con la prueba de
ELISA, 58% en Costa Rica (Zapata et al., 2005),
52,5% en Colombia (Castro et al., 2008), 35,8% en
Trinidad y Tobago (Ramsewak et al., 2008), 43%
en Venezuela (Riera et al., 2001); utilizando IFI
(Inmunofluorescencia Indirecta), 58% en
Venezuela (Jacome, 2007), 44% en ciudad de la
Habana, Cuba (Martínez et al., 2005); con ELFA
(Enzyme Linked Fluorescent Inmuno Assays)
56,6% en Minas Gerais y Paraná – Brasil (Oliveira
& Andrade, 2005) y con MEIA (Microparticle
Enzime Inmuno-assay) (Mandai et al., 2005). Estos
registros demuestran que la toxoplasmosis es una
infección con una elevada prevalencia en el
continente americano, lo cual va de la mano con el
comportamiento higiénico, alimenticio,
saneamiento ambiental y convivencia con
reservorios.
La prevalencia de anticuerpos IgG e IgM fue
moderadamente baja, 3,1% en las gestantes del
Hospital “Felipe Arriola” y 10,5% en aquellas del
Hospital “César Garayar”, similar a la de otros
estudios en los que oscilaron entre 0,4% y 11% de
las gestantes (Mandai et al., 2005; Oliveira &
Andrade, 2005, Castro et al., 2008; Ramsewak et
al., 2008; Martínez et al., 2009); si bien hay que
Neotrop. Helminthol., 5(1), 2011
35